Emilio Nieto López, primer decano de la Facultad de Educación de Ciudad Real.– Muchas veces te he cantado y he bendecido tu existencia porque siendo el granero de la capital has dado alimento a sus habitantes y has creado bienestar para muchos agricultores de esta tierra que, año tras año, han ido depositando el trigo en tus graneros y sus esperanzas en tus celdas sabiendo que su sudor sería un día recompensado.
Fuiste, eres y posiblemente serás el mirador de nuestra ciudad. Tu silueta se difumina en el horizonte de esta tierra llana creando un nuevo paisaje vertical, como si desearas tocar las estrellas y batir con tus máquinas la mies en ti depositada y cuidadosamente custodiada durante todo el año, esperando una nueva ventura donde el sol del verano vuelva a dorar el trigo para guardarlo calladito en tus grandes senos.
Muchos te miran sin saber lo que representas. Otros ni siquiera alzan la vista para comprenderte; no saben lo que fuiste ni mucho menos lo que representaste durante muchos años. Naciste en años de penuria, de hambruna, de incertidumbre y de sudor, vertido en los surcos de los campos de Ciudad Real, para servir de almacén y poder mitigar las necesidades de esta gente que un día viera nacer a Don Quijote de la Mancha, vagando por estas tierras llanas y sin horizontes definidos.
Sin lugar a dudas, como dice el insigne arquitecto Cesar Aitor Azcarate Gómez en su libro, tesis doctoral, Las catedrales olvidadas , eres la mayor y más esbelta construcción que, en los tiempos modernos, se levanta hacia el cielo y desde allí contemplas el vivir de los seres humanos que te rodean. Fuiste casi todo, almacén, distribuidor de trigo, garantía de precios para los pobres agricultores, sostén garantizado del pan que llegaba a las mesas de ricos y de los pobres. Tu origen se remonta en la historia de los tiempos hasta la imperial Roma con el famoso PORTICUA AEMILIA como recinto sagrado para guardar el trigo, que molido se convirtiera en pan.
El ser humano siempre ha considerado al trigo como el principal elemento natural de sustento. Los faraones custodiaban este rico producto en sus graneros para los tiempos de escasez y de hambre, tal como nos lo cuentan los libros sagrados y multitud de escritos. En nuestra ciudad el primer PÓSITO estaba ubicado en uno de los extremos de la Plaza Mayor y su datación se remonta al siglo XVI con un almacenamiento superior a las 12.000 fanegas (la fanega castellana puede ser una medida de volumen o capacidad y una medida de superficie. Su peso no era uniforme en toda España pero se puede aproximar a los 70 Kg.) por lo tanto se podría almacenar unos 840.000 kilogramos de trigo. Nadie mejor que la Dra. Dª. Isabel Mansilla Pérez con su tesis doctoral Los Pósitos para conocer los graneros y la importancia de éstos para la alimentación de los ciudadanos y el control de la producción de trigo.
Nace el SEMPA (Servicio Nacional de Productos Agrarios) de la mano del ingeniero agrónomo D. Dionisio Martín Sanz, natural de Tudela del Duero y subsecretario del Ministerio de Agricultura en los años 1937 con el objetivo de garantizar la producción de trigo, su distribución y manteniendo una política de precios garantizados para todos los agricultores del campo español. Entre los años 1940 a 1984 se creó la Red Nacional de Silos y Graneros llegando a poseer más de 141 silos. En total se construyeron, en toda España, unos 672 silos y 277 graneros en las principales capitales y localidades de nuestro territorio cambiando la fisonomía del paisaje urbano con sus torres mirando al cielo.
En la provincia de Ciudad Real entre los años 1954 a 1985 se construyeron unos 27 silos en las localidades más importantes con una capacidad de almacenamiento de trigo que rondaba los 94.995 Quintales Métricos. En 1954 se realizaron las obras de los silos de Almuradiel, Villanueva de los Infantes correspondientes al tipo o letra C y el de Valdepeñas del tipo D. En 1965 se construyó el silo de Ciudad Real perteneciente al tipo de silo H y en 1972 se completa toda la instalación con tres elementos tal como se puede ver en la actualidad.
Estas catedrales olvidadas han hecho un gran servicio a los ciudadanos y en especial al campo español, al garantizar los precios a los agricultores así como la distribución normalizada del trigo para convertirlo en el preciado producto que siempre ocupó un espacio importantísimo en la alimentación del ser humano. La vida de estos gigantes, varados en el olvido y por algunos despreciados, tuvo su final anunciado en el año de 1986 cuando nuestro país entra a formar parte de la UE (Unión Europea) y el mercado del trigo y demás productos agrarios se liberalizan de tal manera que el SEMPA quedó supeditado al Fondo Europeo de Orientación y Garantía Agrícola ( FEOGA) así como a las directrices de la política agraria europea a través del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA)
En 1996 Castilla la Mancha asume las transferencias en materia de agricultura por lo que la Consejería de Agricultura se hizo cargo de todos los medios y personal que trabajaban en la regulación del mercado del trigo almacenado en las mayores construcciones industriales del siglo pasado. Solamente han quedado en funcionamiento aquellos silos incluidos en la Red Básica de Almacenamiento en la que, por supuesto, no se incluyó nuestro abandonado silo de Ciudad Real.
Desde entonces han pasado más de 33 años y a pesar de que algunas corporaciones municipales han contado contigo para rellenar sus programas electorales, con promesas nunca cumplidas, sigues ahí impertérrito y mirando al cielo esperando que como a Lázaro una mano cariñosa le diga: levántate y anda. Si me lo permites, yo te tomo de la mano y me la llevo al pecho para oír tus latidos y tus sufrimientos después de tantos beneficios repartidos. Claro que sí te mereces ser lo que fuiste, un inmenso granero de esperanza y de gratitud por eso en tus grandes celdas debe volver a latir la historia de lo que fue nuestra tierra de siega, de sudor y de lamento. El gran Museo de Agricultura Regional debe ubicarse en tu alma herida por el abandono. Tres grandes salas para que las visiten nuestros hijos, nietos, sobrinos y en definitiva ciudadanos de España, donde podamos contemplar la historia de nuestra agricultura, los procesos de nuestros magníficos vinos manchegos, el olor y todo el caminar de los verdes olivos que cada día se levantan del suelo quemado para darnos el oro líquido que llega a nuestras mesas. Ese andar por rastrojos, montes, llanuras, calzadas, riscos y ríos debe también estar presente en ese alma que debe volver a latir como antaño.
De ninguna manera, las autoridades municipales pueden seguir dejando en el olvido la principal puerta de entrada a la ciudad desde el sureste camino de Granada y comunicando un pueblo con tanta historia como Miguelturra. Es hora de acometer las obras pertinentes para convertir la edificación más alta de la ciudad en el minarete de la cultura y de la historia de nuestra tierra manchega.
La torre debería ser la brújula de la esperanza desde donde la ciudad pudiera ser contemplada y las inmensas celdas, antes guardianes de nuestro alimentos, ahora recuerdo de la historia de un pueblo que supo llegar a tiempo para rememorar su historia interior y esculpir en sus cinceles la palabra cultura. Cultura hecha realidad en sus salas repletas de lo que fuimos y de lo que somos. Porque el ayer deber ser visualizado por el hoy y convertido en el saber del ser humano que es capaz de reescribir su nueva vida. GRAN MUSEO DE AGRICULTURA REGIONAL EN LAS INSTALACIONES DE EL SILO DE CIUDAD REAL, CATEDRAL OLVIDADA.F
Bueno, tal vez la rehabilitación de los silos sea una oportunidad de revitalizar la economía en zonas rurales, reutilizando estos edificios con nuevos usos, equipamientos y servicios que contribuyan a generar empleo…..
Sí, Charles; igual que otros edificios históricos como la Casa de Cultura, la de Cruz Roja, la antigua estación de ferrocarril,…
Patrimonio que perderemos si ninguna administración lo remedia…
A veces siento vergüenza de llamarme ciudadrrealeño…
Esos silos no sirven ya para nada…sus características son específicas para almacenar y no para otra cosa.
Te equivocas, «El fino». Date una vuelta por Villanueva de la Serena (Badajoz) y verás los antiguos silos convertidos en cuartel de la policía local.
Bah!! Mejor derruirlo, no vale nada más que para lo que fue construido y hoy es un sinsentido, y en su lugar crear espacio que haga más respirable la ciudad.
A ese modo de pensar responde la destrucción del patrimonio histórico arquitectónico de la capital. «Vivaerbino», a ver si te das una vuelta por otras comunidades, como Cataluña o Madrid y ves las maravillas que se pueden llevar a cabo en edificios industriales reconvertidos en centros culturales. Por ejemplo, el Matadero de Madrid.
SI los SILOS se hicieron para almacenar cereales y ahora en Ciudad Real no se cultiva el cereal, sino que la gente que tiene tierras sólo DECLARA LAS TIERRAS DE SECANO, PARA COBRAR (CO-BRAR), LAS SUBVENCIONES, PUESSSS, LOS SILOS «HAN PASADO A MEJOR VIDA».
Precioso texto histórico. Ya tiene la corporación la fundamentación de un gran proyecto por realizar. Dar vida a un monumento tan importante y no dejarle taaaan olvidado. Si Ciudad Real tiene pocos vestigios históricos es porque Alcaldes anteriores estaban faltos de sensibilidad. Confiemos en esta corporación femenina, que demuestre otra actitud y se pongan nanos a la obra antes de que de derrumbe.
Confiemos? No sé. Creo k soy ilusa.