Repsol invertirá un total de 18.300 millones de euros en el próximo lustro (2021-2025) para acelerar su plan de transformación hacia una compañía cero emisiones netas y ser protagonista en la transición energética. Puertollano formará parte de esas estrategias, fundamentalmente en la producción de hidrógeno.
La nueva ‘hoja de ruta’ lanzada por el grupo presentada este jueves, el segundo plan desde que Josu Jon Imaz asumió las riendas ejecutivas de la compañía, incide así en un proyecto para transformar Repsol en el horizonte de la próxima década, pero manteniendo como pilares la generación de caja que permitirá financiar esta apuesta por el crecimiento y una retribución atractiva para los accionistas.
Según Imaz, Puertollano va a tener un papel fundamental en la producción de hidrógeno, porque uno de los proyectos estrella tecnológicamente hablando de la compañía, se desarrollará en Puertollano conjuntamente con Enagás.
El proyecto se basa en la tecnología de fotoelectrocatálisis que consiste en fabricar hidrógeno a partir de luz solar sin pasar por electricidad. El agua ionizada, los fotones del sol inciden sobre el agua, rompen la molécula de agua y se genera hidrógeno sin que haya electricidad en los pasos intermedios. “Es una tecnología interesante que podría ser en el futuro, más competitiva que el resto, que tiene más incertidumbre tecnológica, pero que vamos a apostar por ella”, ha asegurado Josu Jon Imaz.
En el área Química, en Puertollano, se fortalecerá la estrategia de Economía Circular apostando por proyectos encaminados a potenciar proyectos de materiales diferenciados y altamente especializados y a la fabricación de poliolefinas recicladas reutilizando materiales posconsumo y evitando que éstos vayan al vertedero.
La compañía recuerda que el Complejo Industrial de Repsol en Puertollano es pionera en muchos campos como refinería en materia de en economía circular y con la fabricación de HVO (aceites vegetales hidrogenados, que introducimos en unidades de desulfuración). Además, en el Complejo Industrial de Repsol en Puertollano se llevó a cabo, este verano, una prueba pionera en España con la fabricación de más de 7.000 toneladas de biojet para aviación.
Respecto a las cifras globales, las inversiones en iniciativas bajas en carbono del grupo representarán un 30% del total, ascendiendo a los 5.500 millones de euros, con el foco especialmente puesto en su expansión internacional en este ámbito.
Así, la compañía apostará por la descarbonización de su cartera de activos y el desarrollo de un nuevo modelo operativo que pondrá en valor sus actuales fortalezas para sumar nuevos pilares en los que se apoyará la compañía en el futuro como son el nuevo negocio Cliente y la generación baja en carbono.
Este plan estratégico 2021-2025 que lanza la compañía en medio de un escenario marcado por la crisis del Covid-19 que ha impactado especialmente sobre el sector petrolero, representará así un impulso para el grupo en su camino hacia ese 2050 en que pretende ser una compañía cero emisiones neta.
Al final del periodo, la compañía presidida por Antonio Brufau prevé que su resultado bruto de explotación (Ebitda) supere los 8.200 millones de euros.
«Con este nuevo plan estratégico, basado en nuestras fortalezas, damos un paso significativo hacia el objetivo de ser una compañía cero emisiones netas, siguiendo una ruta rentable y realista, con la que podremos crecer, maximizando el valor para nuestros accionistas y asegurando el futuro», indicó el consejero delegado del grupo, Josu Jon Imaz.
UN ESCENARIO DE 50 DÓLARES EL BARRIL
Repsol ha diseñado este plan sobre un escenario de 50 dólares el barril de Brent y 2,5 dólares el Mbtu (medida para el gas), precios sobre los que la empresa prevé generar caja para cubrir las inversiones y remunerar a los accionistas, llegando al final del periodo con un nivel de endeudamiento similar al de 2020.
Para llevar a cabo esta nueva ‘hoja de ruta’, Repsol ha definido un nuevo modelo organizativo formado por cuatro áreas de negocio -‘Upstream’, Industrial, Cliente y Generación baja en emisiones-, con lo que prevé incrementar la obtención de resultados diferenciados y el afloramiento de valor.
Entre ellas, figura esa novedad del área Cliente, que se encargará de satisfacer cualquier necesidad energética y de movilidad de sus clientes, que actualmente superan los 24 millones y que aglutinará todo lo que es Movilidad, GLP, Movilidad eléctrica, Comercialización de electricidad y gas, Soluciones energéticas y Lubricantes.
El plan de Repsol establece el objetivo de incrementar el Ebitda de esta división en 1,4 veces, hasta alcanzar los 1.400 millones de euros en 2025. Además, la compañía también prevé aumentar hasta los dos millones el número de consumidores de electricidad y gas y, al mismo tiempo, de movilidad eléctrica.
Asimismo, dentro de este nuevo modelo, el grupo plantea la entrada de socios o inversores en el área de Generación de baja en emisiones, o incluso su salida a Bolsa, como ya anunció recientemente Josu Jon Imaz, lo que considera que supondrá «un importante impulso para la consecución de objetivos y garantizará un mayor retorno de nuestras operaciones».
ALCANZAR LOS 15 GW EN 2030
Este área de Generación baja en emisiones pasará a ser así una de las ‘joyas de la corona’ de la compañía con un impulso inversor para aumentar su cartera de activos, con el objetivo de ser un operador global, y con unas metas de alcanzar los 7,5 gigavatios (GW) en 2025, a un ritmo de unos 500 megavatios (MW) anuales, que se disparará en la segunda mitad de la década a los más de 1 GW al año para elevarse hasta los 15 GW en 2030.
Una de las iniciativas ‘estrellas’ del grupo en esta apuesta por las renovables será la ampliación en 1 GW de capacidad de la central de bombeo de Aguayo, con una inversión de unos 700 millones de euros.
A esto se sumará la adquisición de activos internacionales para impulsar la expansión fuera de España, iniciada ya este verano con la alianza con Ibereólica en Chile, con la exploración de oportunidades en otros mercados de Europa y América. En concreto, Repsol cuenta para la próxima década con una cartera de unos 8,9 GW en el mercado internacional -unos 4,9 GW eólicos y 3,8 GW solares-.
Con este plan de crecimiento, Repsol prevé que el Ebitda de este área se multiplicará por ocho frente al resultado de 2019, hasta los 331 millones de euros, mientras que las inversiones alcanzarán los 1.400 millones de euros anuales en 2025, ocho veces superiores a las realizadas en 2019.
EL ‘UPSTREAM’, PRIORIZADO EN ÁREAS CLAVE Y EN VALOR
En lo que respecta al ‘Upstream’ (Exploración y Producción), se enfocará en áreas geográficas clave, priorizando el valor sobre el volumen y reduciendo las emisiones de su cartera de activos. Así, la compañía se centrará en desarrollar proyectos de ciclo corto, que puedan ser gestionados con flexibilidad y con una intensidad de capital limitada, que se sitúa entre las más bajas del sector.
La producción se situará en una media aproximada de 650.000 barriles equivalentes de petróleo diarios en el periodo del plan y la presencia global se reducirá a catorce países.
Este área generará 4.500 millones de caja libre entre 2021 y 2025, cinco veces más que entre 2016 y 2020, considerando el mismo escenario de precios. Además, bajará en un 20% su ‘breakeven’ de caja, hasta situarse por debajo de 40 dólares por barril para el periodo.
Mientras, en el área Industrial, el plan de Repsol pasa por hacer de sus siete grandes complejos industriales en España, Portugal y Perú unos ‘hubs’ multienergéticos, capaces de generar productos de baja, nula o incluso negativa huella de carbono y de impulsar nuevos modelos de negocio basados en la digitalización y la tecnología.
Otra de las grandes apuestas del grupo será el hidrógeno renovable, donde prevé alcanzar en 2025 una producción equivalente de 400 MW, con la ambición de superar 1,2 GW en 2030.
RECUPERAR LA COTA DEL EURO POR ACCIÓN EN 2025
En lo que se refiere a la remuneración al accionista, otra de los pilares sobre los que se asienta el nuevo plan, la compañía combinará el pago en efectivo con recompra de acciones, con el objetivo de ser «una de las remuneraciones más atractivas del sector y del Ibex».
De esta manera, a pesar de sacrificar parte de esa remuneración para acelerar su crecimiento -tras alcanzar el euro por acción bajo la fórmula de ‘scrip dividend’ en 2020-, en 2021 el dividendo será de 0,60 euros por título (‘scrip dividend’ más dividendo en efectivo), cantidad que se incrementará progresivamente a lo largo del plan, hasta alcanzar los 0,75 euros por acción.
Así, prevé un incremento del 25%, desde los 0,6 euros de 2021, en esa retribución a sus accionistas a lo largo del periodo, con una fase de crecimiento a partir de 2023 que le permitirá superar esa cota del euro por acción, incluyendo la recompra de acciones que se realizaría a partir de 2022, en 2025.
Este plan de dividendo de Repsol supone así una reducción de la retribución media 2021-2025 de en torno al 15% frente a la propuesta previa de la compañía.
Repsol acelera en la transición energética con su nuevo Plan Estratégico…..
Podías opinar también sobre las manifestación de sus trabajadores en Madrid. ¿No será que, con la «transición energética», les preocupa la posible pérdida de puestos de trabajo?. A ti, ya veo que no te preocupa.