Jesús Millán Muñoz.- Me he preguntado muchas veces, si para los productos culturales tiene importancia su tamaño o sus dimensiones o su cantidad. Y, si lo tiene, porqué se le otorga valor a algunos y no a otros, teniendo en cuenta esa dimensión o volumen o tamaño.
La cuestión es sencilla, se valora tal enciclopedia porque tiene tal cantidad de páginas, de tal cantidad de millones de palabras, tal cantidad de artículos, tal cantidad de colaboradores o autores…
Se le otorga valor, o al menos, importancia, a aquella obra, pictórica o escultórica o códice medieval o impresión de hace tres siglos, porque ha alcanzado tal o cual precio en el mercado de subastas.
Se valoran el tamaño de los productos culturales, por ejemplo, la escultura más grande, los libros de mayor tamaño, el libro con más palabras de un único autor y un único título, etc.
No podemos rasgarnos las corbatas, hacerlas trozos, y utilizar distintas medidas para valorar la realidad, existen listas en casi todos los aspectos de la realidad, listas de famosos, listas de los más ricos del mundo, listas de los rascacielos más grandes del mundo, de los buques de mayor tamaño, etc.
De cualquier cosa, o de casi cualquier aspecto de la realidad, quizás la mente humana, necesita clasificar y taxonomizar, guste o disguste, una de las características del método científico, que nos ha permitido llegar a donde estamos, es la “cuantificación y la matematización”. O dicho, de otro modo, es más perfecto, “indicar que un líquido equis tiene treinta y siete grados, que decir que ese líquido equis tiene más temperatura que otro zeta”.
Sin entrar en el clásico problema de la filosofía de las matemáticas, si el número o la cantidad está dentro de nosotros mismos o la tomamos del exterior, o es una combinación de ambos mundos. No podemos negar, que tenemos una necesidad innata o ingénita, que hemos ido desarrollando y ampliando, de poner orden a la realidad, tanto interior o exterior, orden que puede ser utilizando conceptos o ideas o cantidades o numeraciones o realidades de diverso tipo y forma y contenido…
De ahí, la enorme necesidad de la clasificación, de las marcas, de los ranking, porque eso nos ofrece una característica, que nos puede enseñar algo de nosotros mismos, que el Canto del Rey Gesar, que es la épica o epopeya o poema más largo del mundo, consta alrededor de un millón de versos, nacido en el pueblo tibetano, y que se ha ido desarrollando y ampliado a lo largo de los siglos.
Este dato anterior, nos hace ver, que nuestra Iliada y Odisea es apenas nada o casi nada en tamaño comparado con ello, pero que La elegía de los varones ilustres de las Indias, que lo forman cien mil versos, que apenas nadie conoce esta obra, ya es una décima parte de su tamaño. Además creada por Juan de Castellano un español que emigró a América.
No podemos negar que algunas obras culturales, además de su valor en sí, de su antigüedad y de otros parámetros, uno de ellos, es el tamaño, que los templos de Karnak sean de los mayores del mundo en tamaño, como conjunto religioso del antiguo Egipto tiene su importancia…
Cierto es, porqué parece que se valora, siempre algunas medidas, y se repite, una y otra vez, que un libro, por ejemplo, En Busca del tiempo perdido de Proust es el que contiene mayor número de palabras, y porqué Guinness que le otorgó esa categoría, dejó de ampliar y de seguir con este record en concreto, según los datos que dispongo. O, dicho de otro modo, no deja de aumentar el ranking en cuanto al tiempo de los cien metros o de la carrera del Marathon, pero hasta dónde sé, ha “dejado de actualizar el record en cuanto a la cantidad de palabras de los libros, de un único título y un único autor”. Cuando este record no es dañino, ni para la moralidad, ni para los derechos humanos, ni para la salud biológica o psicológica.
Si dicha realidad anterior es cierta, ¿por qué una marca, ha dejado de renovar y buscar y actualizar ese record? ¿Y, si es así, por qué no surge “otra empresa”, que amplifique las marcas, siempre que sean legales y morales y de saludables y según los derechos humanos…?
Siguiendo con el ejemplo anterior, en una lista de la que dispongo datos, siempre tomada con relatividad, el libro de Proust en cuanto a tamaño, sería el número treinta y cuatro. Cierto es, que esa lista, no es completa, y no es perfecta, pero ni siquiera estaría entre los diez primeros. No tengo en nada en contra de esta obra de Proust, ni del autor, todo lo contrario, creo que es una de las obras geniales del siglo veinte, y quedará para la memoria de los siglos, sin entrar en cuestiones de análisis morales y éticos.
¿Pero por qué, casi todos los medios de comunicación, y en Internet también, siguen poniendo que la obra de Proust es la obra, de un único título y un único autor, con más palabras del mundo? No olvidemos que no se juzga, el valor o la calidad de la obra en sí, sino la cantidad de palabras, y que no sea obra de varios autores, sino una obra, de un autor o autora, de un único título, no se valoran las obras completas, ni su cantidad de palabras o páginas de un autor en sus obras completas…
¿Por qué seriamente, no se busca una lista de las obras o libros con más palabras del mundo, tengan ISBN o no lo tengan, que se puedan demostrar, porqué en algunos diccionarios o directorios, solo se insertan obras de estas características, pero que han sido publicadas o tienen ISBN, pero no otras, que tienen depósito legal…?
¿Por qué la obra Cuadernos o Cuadernos de la Mancha, que en su dimensión escrita, es una de las tres más grandes en números de palabras, de un único título y un único autor, no se insertan en esos ranking oficiales…?
¿Por qué una Epopeya o Epopeya Filosófica, que forma parte, de esa obra anterior, que está dentro de ella, pero que como épica o verso, es una de las diez más extensas en número de versos, no se citan en las valoraciones, cuando se realiza dichas menciones…?
¿Por qué la obra Cuadernos o Cuadernos de la Mancha, en su totalidad, como obra escrita y como obra de imágenes (pinturas y dibujos y fotografías…), una obra hipertextual, que está repartida por el mundo, pero que forma una unidad, de título y de finalidad y de autor, no se menciona como una de las grandes obras, al menos en tamaño del mundo… formada por varias decenas de miles de páginas escritas, y de varias decenas de miles de dibujos y pinturas y hojas de libros de artista, que estos están o deben estar por el mundo…?
¿Por qué en la lista de los libros más grandes en tamaño o volumen, el libro Poemas de Puertollano, no se cita nunca, en ninguna lista…?
¿Por qué de los varios Quijotes de JMM, más grandes del mundo en tamaño, entre los diez, varios Quijotes que existen y están en los territorios de la Mancha no se citan, ni se valoran, ni se recuerdan…?
¿Por qué entre las Biblias o Nuevos Testamentos más grandes en tamaño que existen, entre las diez más grandes, existen varias de JMM y que están o deberían estar en museos o fundaciones nunca se citan…?
Para terminar, puede que el tamaño o el volumen o las dimensiones en el sector de la cultura, sea un valor secundario, pero sea primario o secundario, porqué siempre se citan algunas obras, y se olvidan otras. Esta es la cuestión, o una entre tantas… Paz y verdad y bien…