La próxima remodelación del Paseo del Bosque de Puertollano ha levantado la polémica consustancial a las grandes obras que pueden redefinir una ciudad. Ya pasó en su momento con la primera reforma inaugurada en 1988. El diseño arquitectónico de Francisco Bernalte dejó descolocados a propios y extraños con su estética hormigonera, entre romana y egipcia, y esas columnatas estriadas rematadas al norte por la extraña fuente del obelisco, poblada de figuras de niños, hoy desaparecidas.
El resultado final, ese paisaje de Antigüedad clásica de opereta, transmite cierta desubicación, sin referencias sentimentales al pasado y esencia de Puertollano, algo que debiera recuperar el proyecto que ahora se estudia.
De hecho sigue habiendo detalles desconcertantes en el actual Paseo del Bosque, como las enigmáticas marcas grabadas en varios bloques de hormigón en el lado de los pares, aparentemente sin conexión con el resto del conjunto patrimonial.
Los dibujos representan motivos de caza: un cazador apuntando con su escopeta, perros persiguiendo a un ciervo, una liebre saltarina, un hombre apoyado en un bastón. ¿Piedras sobrantes de otros monumentos? ¿Marcas de cantero? El caso es que los diseños tienen más conexión con los grabados mesopotámicos y, aún más, con los jeroglíficos egipcios, una cultura a la que pertenece el propio obelisco de la fuente. Quién sabe si este tramo de lienzo no respondería a un truncado proyecto de ornamentación simbólica. Ahí dejamos la incógnita, para quien se atreva a resolverla.
Ja ja ja ja… flipas Santos en colores.
Un interrogante que debería mantenerse…..
Son marcas para que los aliens sepan donde tienen que aparcar la nave, que no os enteráis macho
Es el hobby del concejal Canano cuando ni trabaja ni está aquí. Un impulso de sus neuronas neandertales.