Santos G-Monroy.- La trompeta de Enrique Rodríguez “Enriquito” se abraza en las espirales del tiempo, revisitando el cante jondo de las minas de Puertollano con la fusión vanguardista del jazz. Enriquito, de sangre puertollanera, enhebra el sentimiento poético de la negritud y la música de los esclavos con el Lorca de Poeta en Nueva York, para desembocar con una pasmosa naturalidad en la pena negra de los forjadores de Puertollano.
Enriquito con Puertollano, delicioso café con leche. Fusión musical y social. La ciudad minera como referencia cultural y yacimiento de una industria que aún se bañaba en el crepúsculo de la brutalidad y la violencia del derrumbe y del grisú. Esas son las claves que podría darnos el programa ‘Cine de Barrio’ emitido este sábado por a La 1 de Tve, y que bien pudieran ser un punto de partida para recuperar la leyenda y el subyugante patrimonio industrial de la ciudad con el refuerzo de las artes.
Alaska, Enriquito, Antonio Molina y Puertollano. ‘Cine de barrio’, que ha celebrado su 25 aniversario con la emisión de la película «Esta voz es una mina», han rendido este sábado un auténtico homenaje al pasado de la ciudad desde la modernidad, limpiando la naftalina, sacudiendo el polvo, iluminando la realidad y la historia de Puertollano desde una lógica contemporánea.
No es exactamente la mina Norte el lugar de rodaje de la mítica película, como afirma Enriquito, sino los cercanos pozos de San Felipe y San Julián, pertenecientes al complejo de la mina San Esteban. Pero el detalle es lo de menos. Lo importante es que esa herencia del drama en las tinieblas, el sonido del hierro contra el hierro como espadas en la batalla, las piquetas en la aurora de las poleas, el rezo silencioso en el siniestro descenso, el flamenco en el carbón, el sudor en la escoria de la tierra, las ilusiones en la ceniza han sido rescatadas por Enriquito desde un mestizaje cultural que revaloriza a Puertollano, a sus gentes y a su patrimonio.
Sin duda, un camino más a seguir por administraciones y ciudadanía: Puertollano debe salvarse a si mismo recuperando el valor de su cuenca minera.
Magnífico homenaje a su abuelo minero (Isidro Rodríguez), a toda aquella sociedad dedicada a la minería en nuestro país y,por ende, a la ciudad donde nació. Excelente…..