El Congreso acoge este miércoles y jueves el debate de la moción de censura de Vox, que pretende hacer presidente del Gobierno a Santiago Abascal y que no cuenta con respaldo ni en los partidos del Ejecutivo de coalición ni en los de la oposición, por lo que todo apunta a que será la menos votada de las cinco registradas en la democracia constitucional.
El debate arranca a las nueve de la mañana y se desarrollará de acuerdo con lo establecido en el artículo 113 de la Constitución y el 177 del Reglamento del Congreso. Así, el primero en subir a la tribuna será el diputado por Barcelona y candidato del partido a las futuras elecciones en Cataluña, Ignacio Garriga, quien se encargará de defender la moción, sin límite de tiempo.
Ejercerá así el mismo papel que desempeñaron el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, en 2018 en la moción de Pedro Sánchez contra Mariano Rajoy, y la ‘número dos’ de Podemos, Irene Montero, con Pablo Iglesias en 2017 también contra el entonces líder del PP.
A lo largo de todo el debate, el Gobierno puede intervenir cuando le plazca. Es decir, algún miembro del Gabinete podrá replicar a Garriga si lo ve oportuno. Si nadie lo hace, tras el diputado catalán intervendrá Abascal, en su papel de candidato, para exponer durante el tiempo que necesite el programa político del Gobierno que pretende formar y que incluirá propuestas «novedosas», según apuntan desde Vox.
En las dos últimas mociones de censura fue el propio presidente, entonces Rajoy, quien replicó al candidato, y en esta ocasión Sánchez también responderá a Abascal. Pero, además, se prevé que tome la palabra en el debate el vicepresidente segundo y líder de Podemos, Pablo Iglesias.
Este lunes no estaba claro si Iglesias participaría en el debate, sobre todo teniendo en cuenta que Unidas Podemos avanzó que serían mujeres quienes interviniesen en el Pleno para contestar a Vox, lo que abría la puerta a que Sofía Castañón subiese a la tribuna en nombre del grupo confederal o incluso las ministras Irene Montero (Igualdad) o Yolanda Díaz (Trabajo y Economía Social).
LA OPOSICIÓN, DE MENOR A MAYOR
Tras el discurso de Abascal, y si no hay réplica por parte del Gobierno, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, interrumpirá la sesión y, cuando ésta se reanude, será el turno de los grupos parlamentarios, que intervendrán de orden de menor a mayor por un tiempo de treinta minutos.
Esto es, comenzará el Grupo Mixto, con Tomás Guitarte (Teruel Existe), Isidro Martínez Oblanca (Foro), José María Marzón (PRC), Carlos García Adanero (UPN), Pedro Quevedo (Nueva Canarias), Ana Oramas (Coalición Canaria), y la CUP.
El segundo grupo en intervenir será Bildu, representada por Mertxe Aizpurua, seguido del PNV (presumiblemnente Aitor Esteban), Ciudadanos (Inés Arrimadas), y los miembros del Grupo Plural: Néstor Rego (BNG), Joan Baldoví (Compromís), Íñigo Errejón (Más País) y Laura Borràs (Junts).
En función de la hora, continuará Esquerra Republicana (ERC) con Gabriel Rufián (ERC); Unidas Podemos con Lucía Muñoz y Sofía Castañón por Podemos, Roser Maestro por IU y una diputada de En Comú; Vox, que tiene su propio turno de intervención: el PP, presumiblemente con Pablo Casado (PP); para cerrar con el PSOE y Adriana Lastra.
A todos ellos podrá ir contestando Abascal uno por uno y ellos tendrán derecho a una réplica de diez minutos. Como no dará tiempo a que todos hablen el miércoles, en algún momento se parará la sesión para continuar al día siguiente por la mañana. En todo caso, los grandes grupos parlamentarios se esperan para el jueves.
Tanto Esquerra Republicana (ERC) como Bildu han intentando promover un boicot a Vox planteando a los grupos no intervenir en el debate para «hacer el vacío» a Abascal pero tanto el PSOE como Unidas Podemos declinaron la propuesta. Es más, se espera que todas las formaciones tomen la palabra y que los portavoces no renuncien ni a un minuto de su tiempo.
Concluido el debate, que previsiblemente se prolongará hasta el jueves, se anunciará la hora de la votación. El Reglamento establece que ésta será pública y por llamamiento, pero sólo podrán decir su voto de viva voz los presentes en el hemiciclo.
Para esta sesión, y dadas las restricciones por motivos sanitarios, se mantiene la recomendación de que los grupos no envíen cómo máximo a la mitad de sus diputados, aunque está por vez qué hacen los 52 de Vox.
PARTE DE LOS VOTOS SERÁN TELEMÁTICOS
La Mesa del Congreso decidió que los que no acudan a la Cámara puedan emitir su voto telemáticamente, que después será leído por el secretario de la Mesa. Así, se alternará la votación presencial y ‘delegada’ cuando se vaya nombrando uno a uno a los diputados para que comuniquen su ‘sí’, su ‘no’ o su ‘abstención’. La Mesa elegirá por sorteo quién empieza.
En el hipotético caso de que Abascal obtuviera el respaldo de la mayoría absoluta del Congreso, se consideraría «investido de la confianza de la Cámara» a los efectos previstos en el artículo 99 de la Constitución. Pero si, como sucederá, la moción es rechazada, los diputados que la han suscrito no podrán firmar otra durante el mismo periodo de sesiones, es decir, antes de febrero.
Abascal no tiene ninguna posibilidad de desalojar a Sánchez de la Moncloa y, de hecho, su moción es la que parte con menos apoyos de las debatidas hasta el momento. De entrada, ya está confirmado el ‘no’ de PSOE y Unidas Podemos, de Ciudadanos, de las formaciones independentistas (ERC, Bildu, Junts, la CUP y BNG), de las nacionalistas (PNV y CC) y de bena parte de los demás partidos minoritarios, entre ellos Más País y Compromís y el grueso de los miembros del Mixto (UPN, Nueva Canarias, Teruel Existe y el Partido Regionalista Cántabro).
La primera moción de censura data de 1980, cuando el PSOE de Felipe González intentó sacar de La Moncloa a Adolfo Suárez, y, la segunda, llegó siete años después, en 1987, cuando la Alianza Popular de Antonio Hernández Mancha hizo lo propio contra González. Ninguna de las dos prosperó, como tampoco lo hizo la que, 20 años más tarde, impulsó Pablo Iglesias en 2017 contra Rajoy.
En 1980, Felipe González logró el respaldo de 152 diputados (socialistas, comunistas, andalucistas y tres representantes del Grupo Mixto), frente al rechazo de 166 y la abstención de otros 21 –en la sesión se registraron 11 ausencias–. Es decir, el PSOE se quedó entonces a 24 votos de conseguir la aprobación de la moción de censura, lo que catapultó a González, que dos años después logró una holgada mayoría absoluta.
HASTA AHORA, LA MOCIÓN MENOS VOTADA LOGRÓ 68 VOTOS
Más lejos de la mayoría se quedaron las mociones de Pablo Iglesias, que recabó 82 a favor (Unidos Podemos, ERC, Compromís y EH Bildu), y de Antonio Hernández Mancha (68 votos de la entones Alianza Popular, antecedente del PP)
La última moción, la que permitió a Sánchez acceder a La Moncloa en junio de 2018, fue la única que prosperó al reunir 180 votos a favor (PSOE, Unidas Podemos, ERC, PDeCAT, PNV, Compromís, Bildu y Nueva Canarias) frente a 169 en contra (PP, Ciudadanos, UPN y Foro Asturias) y una abstención, la de Coalición Canaria.
La de Vox, apunta a ser la menos votada ya que, de entrada, Vox solo cuenta con el respaldo de sus 52 diputados, por debajo incluso de los 68 votos de la Alianza Popular de Antonio Hernández Mancha en 1987 y de los 82 que cosechó Pablo Iglesias y Podemos en 2017.