Manuel Valero.– Esta mañana he buscado en el diccionario todo el listado de exabruptos para regalarle los oídos a este año inmisericorde. No lo he encontrado. Y ante tanta noticia brutal que te acuchilla, invisible o por la espalda, me he agarrado a la sedación de mi experiencia en el centro de las personas sin hogar que cerró sus puertas el último día de septiembre.
Al menos me servirá, me digo, para respirar un poco y que, como dijo el poeta Hernández, no me duela hasta el aliento. Bastante dolor vamos acumulando en el costado y el corazón. Son muchos los nombres caídos en la pandemia. Algunos conocidos; otros desconocidos por nosotros pero amados por sus familias y sus amigos. En apenas días han sido dos, el obispo emérito de Ciudad Real, Antonio Algora, y la compañera periodista Helena Casado, aunque Helena no fue botín del bicho repugnante. Su muerte fue repentina, pero duele igual. Uno se levanta con el corazón encogido por la secuencia que nos traerá el día naciente, pasa absolutamente del espectáculo político de nuestros representantes y se parapeta en los cálidos círculos de su vida. Las monjitas de La Caridad también se van, como si este año fuera el malecón de un puerto donde atraca el barco de la muerte y el abandono. Y antes, ya lo saben, se cerró el centro de los sin hogar.
Yo pasé por allí y me aferro al recuerdo indeleble que me dejaron las personas que participaron en un taller de lectura que les impartí. Fue una experiencia humana, curativa. Había hecho un curso de voluntariado en Cáritas, ahora que tiene uno más tiempo que dinero para regalar, y entendí como me enseñó el Camino de Santiago, que así como el camino no acaba en la bella plaza compostelana frente a la imponente catedral, tampoco el curso de voluntario acababa en la recepción de la credencial que te acredita. Tanto uno como otro eran el punto de partida.
En la casa de las personas sin hogar conocí a hombres y mujeres sacudidos por la vida. No hablábamos de ello, -aunque ellos se desahogaban de manera natural- porque mi labor era entretenerlos una mañana leyendo, explicando lecturas, redactando y opinando de cuanto estaba pasando ahí afuera antes del bicho. Compusimos poemas colectivos a verso por cabeza, escribí un pequeño relato después de que ellos me dijeran el curso que debería seguir la historia, hicimos dos números de un periodiquillo de uso interno, y escribí un pequeño diálogo teatral que representaron dos de ellos -Eustaquio y Alejandro-, inspirado en el Godot de Samuel Beckett, salvando las distancias cósmicas entre mi texto y el del genial dramaturgo dublinés.
Las mañanas se pasaban como por ensalmo y a medida que transcurría el taller nos fuimos acercando, tranquila, humanamente. Si uno contribuyó a llenarles un poco la vida, ellos me enriquecieron de tal forma que hubiera continuado para llenarme la cartera hasta que hubiera sido menester. Cuando la entonces alcaldesa de Puertollano, Mayte Fernández, me encargó dar el Pregón de Feria de 2019 les pedí invitación para los muchachos y las dos muchachas que por entonces había en el centro y también a ellos me dirigí en el protocolario introito de las salutaciones. Fue bonito verlos allí, en un ala del patio de butacas, bajo el mismo techo que las autoridades locales.
Pero comenzaron a llegar las noticias malencaradas. Primero fueron los rumores que ya venían de lejos hasta que a primeros de marzo de este año espinoso, en una reunión de voluntarios a la que fuimos convocados, se nos comunicó el cierre definitivo. La pandemia le dio un respiro, sarcásticamente. El coronavirus ya estaba rondando, tanto, que uno de los voluntarios, Juan Carlos, fue tomado por el bicho y hospitalizado, con la suerte de no requerir UCI. Fue dado de alta después de semanas encamado. Se dio la circunstancia de que esa tarde, el 3 de marzo, nos reunimos sin ningún tipo de precaución porque marzo apenas había aparecido en el almanaque y no había alarma, no era necesario, según el portavoz sanitario del Gobierno. Yo me vine con Juan Carlos en el autobús charlando amigablemente. No sé si lo he tenido, pero durante cuatro días tuve un leve dolor de cabeza y al atardecer durante media hora me entraban calorás que me ensopaban. No tuve fiebre, ni tos, ni otros síntomas.
Durante el confinamiento llamé un par de veces para ver cómo andaban los chicos y ninguno de los estables había sido contagiado. Uno de ellos se integró en los planes de empleo del Ayuntamiento, otra chica también logró enderezar la deriva y se marchó a su pueblo a trabajar. Lo más sorprendente de todo es que a pesar de la profundidad de la herida que los llevó a derrotar sin rumbo, todos los chicos, cada cual a su modo, tuvieron un comportamiento ejemplar durante el taller. Uno de ellos era muy lector, había estado en prisión y había leído la Biblia de la primera palabra a la última; otro era abogado; otro, un vasco relacionado con el mundo del espectáculo en los años 70 y 80; otro, camarero; otro marinero; otro un rumano que falleció de cáncer… Uno se pregunta si entre la propia organización de la Iglesia, las instituciones civiles y los ciudadanos se pudo haber algo para evitar la clausura del centro.
El cierre definitivo me lo recordó ayer la noticia de la marcha fuera de Puertollano de las monjitas de La Caridad. Y como hace tiempo que considero una solemne estupidez mostrar pedigrí de ateísmo para acreditarse de izquierdas pata negra, como la misa diaria para acreditarse de derechas de fina estampa, lo lamenté, como lamenté en la manera que podemos hacerlo, la muerte del emérito Algora. Malhadado sea este año del que solo se puede exprimir lo bueno de haber sobrevivido a la enfermedad y la muerte, y a la ruina, y al cierre de negocios imbuidos todos en esta triste nueva normalidad. Tomo lo poco que nos haya dado para llevarnos a la boca. Por lo demás, qué quieren que les diga. Hay experiencias a las que vale la pena agarrarse para que tu barco no encalle en las rocas asesinas de este número maldito. Suerte.
Ánimo Manuel. Así estamos la mayoría, cansados, hartos de todo esto. No tengo claro como acabaremos
Los mismos para tí
Momentos difíciles y dolorosos…..
Lapidaria tu frase, Charles. ¡Cuánto te admiro, qué envidia!
Llegados a este punto, poneos a bien con vuestra conciencia. No hay otra salvación.
Pues no es por llevarte la contraria, Valero pero uno, que tiene familia e hijos, tiene mucho a lo que agarrarse, un trabajo que hacer cada día, retos personales y profesionales. Y todo ello con un objetivo claro: carpe diem.
Es lo bueno de no creer en ningún mundo futuro,sin necesidad de militancia atea. Simplemente por convicción. Cada uno es libre de vivir como quiera, pero yo me quedo con el carpe…
Personalmente, sin ser ateo de pata negra, ni rojo de pata negra ni nada de «pata negra», más bien de Nico o Incarlopsa, creo que este año es muy malo en lo que se refiere a la pandemia, inhumano diría, pero en muchas cosas está siendo un buen año, y a eso hay que agarrarse.
Mira, esto no va mal porque haya un gobierno u otro, va mal porque el ser humano es su peor enemigo. Va mal porque hay muchísima gente que es incapaz de pensar en los demás o ser solidario. Va mal porque nos han educado en el egoísmo. Pero va mal lo del virus y los más necesitados. El resto está cojonudo. Mira cualquier reportaje en el barrio de Salamanca.
El problema económico es terrible en empresas que dependen del turismo o la hostelería, pero el resto siguen adelante. De hecho ya sabes que hay una carrera por ganar en bolsa, ojo, no por tener la vacuna, sino por forrarse con ella en bolsa. O sea, que no a todos les va mal.
Podemos entrar en depresión e incluso podemos creer a los Trolls que nos quieren amargar la existencia con sus ideas rancias, pero también podemos aprender a vivir estos años cumpliendo unas mínimas normas sanitarias y sabiendo que no siempre vienen las cosas de frente.
De esta vamos a salir, no sé si estaré entre los que lo consigan, tampoco me quita el sueño. Pero haré todo lo posible por cuidar de los míos y los de al lado, porque hay gente que sin nuestra ayuda no lo conseguirá. Alguien tiene que ser contrapeso de los amargados.
Que pedante eres tocayo Hobbes.
Quizás es mejor ser pedante que ser un cretino que solo aparece a insultar en un sito donde se intenta dialogar, que es lo que busca el autor del artículo. Plantéatelo. Lo mismo ya tienes edad para darte cuenta solito e irte a forocoches donde seguro que estás en tu salsa.
PD: Anda haz un esfuercillo y ponte un nick que pienses tú, porque si no eres capaz ni de eso…
Obvio, es lo que dice el articulo
Pero hay que decirlo las veces que haga falta, Valero. Aunque sea repetitivo.
Con las anteriores pandemias también murió muchísima gente y todo el mundo lo pasó mal, pero se salió. En la crisis económica de los 70 parecía que esto se había ido al carajo, después de la Guerra igual, en la crisis de 2008 tres cuartos de lo mismo…
Si no lo decimos y somos obvios como en este caso, ganan los pelmazos de «el mundo se acaba, limpien su conciencia». Esos que no tienen límite esparciendo energía negativa a su alrededor, pero que no ayudan a nadie ni por mal de morir.
El otro día iba a escribir que también me apenaba que este hombre, Algora, hubiera muerto de Covid, exactamente igual que lo hago con otras personas que mueren y sale publicado en MCR, pero solo pensar en la que me iban a liar los rancios me hizo pensar que mejor no decir nada…y mira cómo han dejado la noticia los de siempre….Así es que, ahora lo digo aquí: que la tierra le sea leve a Algora, porque era una buena persona al servicio de los demás.
No se trata de eso Hobbes de luto, claro que la vida continua, pero ¿a ti no te ha pasado que hay días que por unas noticias u otras, se te desfallece un poco la moral? A mi sí y menos mal que están los círculos cálidos de tu vida: tu familia, tus amigos, el barrio y la imperiosa necesidad de seguir. Los que tenemos la suerte de escribir en un medio, nos desahogamos. En cuanto a lo demás, uno ya hace años que dobló la esquina que identifica o desindentifica creencia religiosa con esta o aquella ideología. La única ideología a mi entender es tratar de ser buena persona, caritativa o solidaria que en el fondo son la misma cosa, aunque haya que rascarse el bolsillo o los principios. Y tu párrafo final, (Antonio Algora era buena persona), te engrandece. A mi me apanó mucho también el fallecimiento de Helena Casado y hay días que percibes el mundo como si se hubiera salido de su órbita. Buen domingo,
Claro que la vida continua y que todos resistimos a nuestra manera en los círculos cálidos de nuestra vida: la familia, los amigos, el barrio… ¿Pero a ti no te pasa que ante la recepción de noticias en este contexto no se te afloja un poco la moral? A mi sí. Hace años que doblé la esquina que identifica o desindentifica creencia religiosa con esta o aquella ideología. La primordial es ser buena gente, caritativa o solidaria, que en el fondo son la misma cosa. Antonio Algora era buena persona. Y me dolió también la noticia de la muerte de la compañera Helena Casado. De modo que tu reconocimiento final por el fallecimiento del emérito por el bicho, te engrandece. Buen domingo.
Por supuesto. Te das la hostia y te levantas. Y la día iguiente te la llevas otra vez y te vuelves a levantar.
Y, el día que no lo hagas, estás jodido. O con un respirador puesto.
Hay que se un poco duracell. Porque acaso no es eso la vida? Una lucha constante, donde hay meteduras de pata, algún acierto, cambios, problemas, errores, zancadillas….
Sólo hay una cosa que me deja KO y es cuando veo que alguien querido de alrededor nos deja. Es una especie de tirón que te arranca algo por dentro y deja un hueco imposible de rellenar, pero hasta de eso se sale…o se intenta. Por cierto, también conocía a Helena, era un encanto.
Qué Dios le bendiga, don Manuel. Siquiera sea por su generosidad y amor al prójimo mostrado. Las cosas que más valen no se pagan con dinero.
Buen artículo Manuel. Nos hace recordar lo que realmente merece la pena en la vida.
Este presente me parece ser el resultado de errores fatales de nuestra cultura. Un individualismo atroz y una constante evasión de la realidad o de la verdad subyacente en ella.
Los presentes conflictos y divisiones me parecen derivar de la distinta actitud que adoptamos ante realidad: resistencia, miedo o adaptación.
Siempre fue así. Nos empeñamos en que la vida se ajuste a nuestros sueños hollywoodenses eso genera nada más que frustraciones, lo cual genera violencia, odio y/o depresión.
La pandemia sólo ha puesto de manifiesto lo que realmente somos y lo sensatos o no que hemos sido en nuestras vidas y pone a prueba nuestra capacidad de adaptación a una realidad donde todo no es malo, y ante la cual somos constantemente cuestionados. Es el momento en que honestidad y adaptación son la misma cosa sin que eso signifique renunciar a nuestros principios, que si son sólidos porque llevamos una vida coherente, nos hará personas fuertes y sin miedo. Es el momento para ser adultos.
Completamente de aacuerdo
Echar la culpa de esta pandemia al individualismo atroz, cuando la causa es un virus originado en un régimen comunista, me parece contradictorio. ¿Estábamos mal antes de la pandemia en un sociedad con un individualismo atroz, y ahora estamos mejor? Evasión de la realidad, infantilismo… o algo peor, don Antonio. Mucho peor.
Espero que ahora te sientas mejor Manuel después que creti y el tal Antonio R te hayan abierto los ojos. No habíamos caído en las simplezas que dicen. Vaya par de animadores
No llame simpleza a lo que a mucha gente le está causando patologías psicológicas: el rechazo sistemático de la realidad. Esta sociedad está infantilizada y cree que la realidad se moldea al gusto de las emociones. Esto no es una simpleza es un grave obstáculo de desarrollo personal hacia la madurez. La sociedad de consumo tiene tanta culpa como las ideologías de esta infantilización. Lo que nos parece miedo al virus es miedo a la libertad y a descubrir lo que no nos gusta de nosotros. Nos desarrollamos como personas y sociedad de forma realista o nos pegamos el gran batacazo. Vivimos en el batacazo, y tiene sentido que la pandemia nos lo haya hecho descubrir. Ahora, que cada cual rectifique o acabe en una profunda depresión. De dignos es rectificar.
Pero quien es creti? Vaya día llevo!
No te pillo jobito. Estaré espeso. Te puedes explicar mejor? Y qué es exactamente lo que quieres decir? Gracias
Pues Manuel tú solo te has contestado. Creti te dice que si los amigos que si la familia etc. Ante la simpleza TU mismo le has contestado que eso está claro y que hay que seguir. Y digo que menos mal que te ha abierto los ojos sino no salimos de esta. Ni el pajarraco este ha captado tu mensaje, ni tú te has leído las gilipolleces que ha puesto
Mira Antonio con todo mi respeto toda la cantidad de gilipolleces que has puesto ni va conmigo ni es la realidad de la gente. La tuya y la del creti quizás.
Ahora caigo. A mi me parecen opiniones muy respetables y argumentadas según su criterio. Gracias
Jajajaja creti es montoncito de m, jobito el haber estudiaaooo, cretino a babor etc etc el Hobbes. Este tipo dice que él vive en un sitio VIP y que le va muy bien y al que no, que se joda y que hubiera estudiaaooo. Así se las gasta el cretino este y luego va de justo sensato etc. Es un pobre progre pero sin coherencia, el mayor insultador que hay por aqui
Lo orgulloso que debe estar tu padre de ti mermadete. Le mandas todo esto que escribes para que vea lo bien que te educó.
Por cierto, le conociste?
Por supuesto. Te das la hostia y te levantas. Y la día iguiente te la llevas otra vez y te vuelves a levantar.
Y, el día que no lo hagas, estás jodido. O con un respirador puesto.
Hay que se un poco duracell. Porque acaso no es eso la vida? Una lucha constante, donde hay meteduras de pata, algún acierto, cambios, problemas, errores, zancadillas….
Sólo hay una cosa que me deja KO y es cuando veo que alguien querido de alrededor nos deja. Es una especie de tirón que te arranca algo por dentro y deja un hueco imposible de rellenar, pero hasta de eso se sale…o se intenta. Por cierto, también conocía a Helena, era un encanto.
Jajajajaja
Lo que cabrea y mucho es que en lugar de comentar los artículos, todos los que publican aquí, se esté de acuerdo o no, que para eso escribimos…al final todo se tuerce con zarandeos entre los participantes. Pero ya lo he dicho en varias ocasiones.Si de mi dependiera exigiría identificación previa. No sé si se podrá pero lo intentaría.Os parece justo que cualquier columnista de MICR reciba un rapapolvo cuando él da la cara o que entre vosotros os pongáis a parir? A mi, no.
Llevas razón Manuel. Todo va bien hasta que creti aparece y alguien le lleva la contraria y ya empieza a insultar. De todas formas lo siento, no volverá a ocurrir. ( J. Carlos I)
Joder, es que es mucho más sano debatir que enzarzarse como en los programas de telebasura. Yo soy más del estilo La clave. Se aprende más.
Balbín y la gran sintonía de Carmelo Bernaola que es lo único que recuerdo y que era un programa muy serio
Esta mañana escuchaba una entrevista en la que le preguntaban al protagonista si la estupidez tiene cura, y el hombre, sorprendentemente ha dicho que si, que se cura con autocrítica y empatía.
En ese momento me he convencido de que en el caso de este impresentable de Neutral el montona no, no tiene cura…
En cuanto a lo de la identificación sigo pensando igual que hace dos años. Tal y como ha quedado demostrado, identificarse no libra al medio de los Trolls que quieren reventar cualquier atisbo de diálogo, y aquí hemos tenido un ejemplo infumable.
Yo,Valero, he intentado dialogar contigo y mira lo que me he encontrado por parte de eso. Y no, ante tipejos como éste no me da la gana callarme. Siempre podrá MCR borrar mis comentarios. Sin problema. En el momento que haya que indentificarse no me interesará MCR, solo me faltaba que encima me tengan que señalar por la calle los rancios por decir las cosas claras. Porque no te olvides, en esta ciudad se hace eso. En 2020, que es lo más triste.
Hobbes de luto dice:
3 mayo, 2020 a las 10:51
(…) O sea, y mi comentario solo puede ser entendido por quien no tenga las orejeras rancias: desde el punto de vista de las pérdidas humanas (que a cada familia nos ha tocado lo nuestro), ha sido tan malo el virus? O ha sido un alivio de situaciones realmentr dramáticas que nos llevan a pensar si merece la pena vivir encamado en un sitio donde te visitan una vez a la semana, y lo normal es que ni siquiera sepas quiénes la persona que te visita.(…)
Mira que eres cansino y tergiversador, obsesillo.
Tantas cuantas veces publiques mi comentario te recordaré la lista de mayores que han pedido en notaria desheredar a sus neoliberales hijos por haberles abandonado.