Menos existencias en el mercado, un incremento progresivo de las exportaciones -con más de 700.000 toneladas hasta el mes de agosto a nivel nacional- y una previsión de 120.000 toneladas en la región, indican que el punto de partida de la próxima campaña del aceite de oliva en Castilla-La Mancha es bueno y debería ayudar a que se inicie con “buenos precios, rentables y competitivos”.
Así lo ha indicado hoy el consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, de manera previa al encuentro mantenido en Toledo con la mesa sectorial del aceite de oliva, representantes con quienes se mantuvo una reunión en julio y en esta ocasión se ha analizado el próximo pistoletazo de salida de la campaña, la situación sector y las medidas que se adoptan desde las administraciones.
Junto a la directora general de Alimentación, Elena Escobar, el consejero ha abordado diferentes cuestiones con los representantes de las organizaciones profesionales agrarias Asaja, UPA y COAG, además de cooperativas agroalimentarias y los representantes de la Federación Española de Industriales Fabricantes de Aceite de Oliva (Infaoliva); de la Asociación Española de la Industria y el Comercio Exportador del Aceite de Oliva (Asoliva); de la Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (Anierac), así como de la Interprofesional del Aceite de Orujo de Oliva (Oriva).
De lo que se trata, ha dicho Martínez Arroyo, es ayudar para que sea una campaña “estable”, que conlleve una situación “económica sostenible” y que sea “rentable para todos los eslabones de la cadena”.
En el encuentro de esta mañana se ha analizado la situación del olivar de bajo rendimiento, para el que desde la región se ha solicitado que en la futura PAC tenga un apoyo concreto a través del primer o segundo pilar. Desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, ha comentado el consejero, se han mostrado receptivos a la propuesta realizada desde Castilla-La Mancha y que supondría que se produzca un cambio para que cuente con más ayudas que el olivar intensivo o superintensivo, como venía sucediendo hasta ahora debido a una política basada en los derechos históricos.
Además, se ha hablado también de la inclusión en la futura PAC de un ecoesquema para tratamientos de podas, donde se encontraría también los del olivar, lo que supondría una aportación más a la renta de los agricultores.
Se trata, ha dicho el consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural de hacer al olivar de bajo rendimiento “competitivo, rentable y con futuro”. Actualmente, supone el 86 por ciento del cultivo que tiene Castilla-La Mancha y que se encuentra en las manos de 83.000 propietarios, lo que pone de manifiesto el “gran componente social de este cultivo”, ha finalizado.