Antonio Algora, obispo emérito de Ciudad Real, continúa en estado grave tras su ingreso, el pasado domingo, en el hospital de La Paz de Madrid. Según ha informado el Obispado en una nota, no ha empeorado su complicada situación derivada de una neumonía bilateral causada por la COVID-19.
«El hecho de que permanezca estable, intubado y con cuidados intensivos, anima a la esperanza. El proceso de curación puede ser lento sin cambios significativos inmediatos», señala el Obispado.
Algora ingresó el domingo, 20 de septiembre, con el diagnóstico de neumonía causada por la COVID-19. En la madrugada del martes, sufrió un empeoramiento que motivó su intubación y la aplicación de cuidados críticos. Desde esos momentos no ha habido ningún signo que indique un agravamiento de su estado.
La diócesis de Ciudad Real pide «a todo el pueblo de Dios», laicos, monasterios y casas religiosas, consagradas y consagrados, sacerdotes y parroquias, «que continúen rezando y ofreciendo la eucaristía diaria por la fortaleza en la enfermedad de nuestro obispo emérito y por su recuperación».