Rosa Melchor. Alcaldesa de Alcázar de San Juan.– En Alcázar cuando agosto va terminando ya huele a feria. Bajan un poco las temperaturas, el aire trae olores, sonidos y recuerdos de otros años, de otras ferias. Este año a pesar de que todo parezca igual, todo es distinto.
Este año aunque ya estemos en la época no habrá feria. Esto no ocurría desde 1938 en que la guerra civil impidió que se celebrara. 80 años después y por culpa de una pandemia mundial volvemos a no poder celebrarla como nos gusta y como merecemos.
Estos son tiempos difíciles. Lo son. El 2020 está siendo un año muy complicado pero todos junt@s saldremos de él.
En este año aciago hemos perdido a muchos de nuestros vecinos y vecinas que han fallecido por COVID y tanto ellos como su familia y amigos merecen nuestro respeto por eso, también como muestra de duelo, este año en Alcázar de San Juan no habrá feria.
Llevamos meses tomando decisiones muy complicadas, que lo están siendo, porque afectan directamente a la vida de las personas, a la vida de mis vecinos y vecinas. Y esta, la de suspender la feria ha estado entre las complicadas. Se suman muchas voluntades, muchos sentimientos, muchas circunstancias. Pero lamentablemente no queda otro remedio. Lo primero, la salud.
Este año no habrá gigantes y cabezudos, ni verbenas, ni ensalá de limón, ni pipirrana, ni machacón, ni pisto, ni gachas, ni bizcochá. Tampoco espectáculos infantiles, ni toros, ni conciertos, ni pólvora, ni tómbolas, ni pollos asados, ni churros, ni casetas donde comernos un pincho moruno. No tendremos ocasión de disfrutar, un año más, de uno de los nuestros anunciando el comienzo de la feria porque no habrá pregón, ni torneos deportivos de feria, ni encendido de luces, ni algodón dulce. Este año no habrá feria.
Sé lo que esto supone para la economía local, para muchos autónomos y pequeñas empresas, para sus ya maltrechas cuentas en este 2020.
También soy consciente de lo que supone para las ilusiones infantiles, en este año en el que tanto han contribuido con su buen comportamiento para frenar el virus.
Y no soy ajena de lo difícil que va a ser para nuestros jóvenes pasar estos primeros días de septiembre, antes de regresar a clase, sin poder disfrutar de la feria.
Del mismo modo entiendo que muchos de nuestros mayores casi tienen establecido en el calendario como época de salir a pasarlo bien con sus semejantes estos días de septiembre.
Pero lamentablemente no queda otro remedio. Lo primero, la salud.
Este año tanto autónomos como asalariados, jóvenes y mayores, empleados de empresas públicas y privadas, hombres y mujeres, comerciantes y hosteleros, niños y niñas. Todos.
Tenemos el deber de cuidarnos unos a otros porque lo que le pase a uno de nuestros vecinos nos pasa a todos. Y ahora no es figurado. Ahora es real. Un solo positivo, si no nos cuidamos, puede contagiar a toda la ciudad. Lo que significaría colapso de la sanidad, pérdida de vidas, cierres de empresas, despidos, paro, pobreza y retroceso de nuestra ciudad. Alcázar es una ciudad próspera y con mucho futuro, nuestra casa, en la que vivimos todos. Y para seguir disfrutando de nuestra ciudad y de la compañía de nuestros vecinos hemos de tener precaución.
Todos hemos de hacer un esfuerzo y guardar energías, ganas y fuerzas para la feria del próximo año. Porque lo más importante es que el año que viene estemos bien y estemos todos y todas.
