Alberto Parrilla. Coordinador de IU Valdepeñas.– El 7 de abril de 2020, Valdepeñas estaba confinada, eran días arduos y difíciles, solo salíamos de casa para hacer la compra y para trabajar si teníamos la dicha o desdicha de pertenecer a un colectivo de trabajadores esenciales.
Ese día, el Alcalde de Valdepeñas, Jesús Martín, sin que nadie lo esperara, hacía unas declaraciones en las que aseguraba la cancelación de las “Fiestas del Vino y la Vendimia 2020” y de la Feria para poder destinar el dinero del presupuesto en bonificaciones a pymes, planes de empleo y ayudar a los colectivos vulnerables afectados por la Covid-19.
Como no podía ser de otra manera, y haciendo gala de una madurez apabullante, el pueblo valdepeñero en su conjunto aplaudió, con mucha pena, eso sí, estas medidas.
Primeros de agosto pasó por Valdepeñas sin las habituales luces feriadas, patatas asadas y sin nuestro FestiValdepeñas, todas las personas entendieron que no era momento para estas celebraciones, en ningún caso corrieron ríos de tinta criticando la cancelación de nuestra querida Feria de Agosto. Y para que este mes no pasara yermo, el ayuntamiento, acertadamente bajo mi punto de vista, comenzó a realizar actuaciones culturales en las Bodegas A7 donde tuvieron cabida distintos colectivos, asociaciones y agrupaciones locales, donde el aforo era limitado, se respetaba la distancia de seguridad y la sensación de asepsia era más que adecuada.
Llegamos al 18 de agosto. En Rueda de Prensa y sorpresivamente, la Teniente Alcalde de Festejos, Vanessa Irla, proclama la celebración, en el ámbito de unas “Fiestas del Vino y Vendimia Atípicas”, de un total de 97 actividades organizadas por el Ayuntamiento y en la que no iban a faltar conciertos, corrida de toros, actividades culturales, lúdicas, deportivas, sociales y vecinales.
Esta decisión por parte del Equipo de Gobierno pilló al pueblo de improviso y no se hicieron esperar las reacciones en las distintas redes sociales donde una mayoría de personas se posicionaban en contra de la decisión tomada.
Es cierto que el presupuesto de este año era mucho menor que años anteriores, que en la mayoría de actividades hubiera habido limitación del aforo y que, como si el ayuntamiento de Valdepeñas tuviera una bola de cristal (o gobernara su mismo partido político en la Comunidad), todas las actividades se adaptaban perfectamente con grupos de 10 personas, al decreto que 4 días más tarde sacaría la Junta de Comunidades.
El 25 de agosto, es el Alcalde, en el que en rueda de prensa cancela las “Fiestas de la Vendimia y el Vino 2020”. Jesús Martín haciendo gala de su locuacidad y sin rastro de autocrítica, explicó que casi todas las actividades las hubieran podido mantener, aunque el decreto del Gobierno de Castilla La Mancha prohibía expresamente las fiestas populares. El nombre de Fiestas del Vino se mantuvo así por tradición y “la gente identifica esto como Fiestas de Vino, que es como ha calado en la ciudadanía”, porque la ciudadanía entiende que, si a algo se le llama “Fiestas del Vino 2020”, en el cartel pone “Fiestas del Vino 2020” y el programa se titula “Fiestas del Vino 2020” nos cueste asimilar que no sean “Fiestas del Vino”.
Eso sí, van a mantener la corrida de toros, que en las plazas la COVID-19 no puede entrar, que durante estos días estamos viendo una cantidad de despropósitos en la organización de las corridas de toros que no lo entiende nadie. En Valdepeñas, no vamos a ser menos.
Todas estas idas y venidas y estas decisiones que parecen tomadas sin ningún tipo de previsión me hacen plantearme una serie de preguntas que no llego a entender como nadie del gobierno local de Valdepeñas se plantease antes.
¿Es aceptable el uso partidista de la cancelación de las Fiestas en abril, para posteriormente proclamarlas y luego volver a cancelarlas?
¿Por qué si conocían el decreto que iba a sacar la Junta unos días después no llamaron a las actividades culturales, conciertos, eucaristías, etc, de cualquier otra forma que no se pudiera relacionar con fiestas populares?
¿Por qué, si se pueden mantener casi todas las actividades, según plantea el Alcalde, cancelas todo menos los toros?
¿El dinero invertido en la promoción de estas fracasadas Fiestas del Vino (diseño e impresión del cartel, programa y revista de las Fiestas del Vino 2020) se va a dejar de invertir tal y como se dijo en abril en los negocios afectados por la COVID?
En definitiva, estar al frente de un Ayuntamiento durante estos momentos no debe ser fácil, pero tomar decisiones precipitadas, sin consenso político ni social y no escuchar a la ciudadanía solo tiene un responsable.