Cruz Roja Albacete y Médicos del Mundo siguen trabajando con los inmigrantes temporeros que están en cuarentena tras detectarse el pasado mes de julio un brote de COVID-19 en el asentamiento en que se alojan a las afueras de la ciudad. Además de ayudarles a contactar con familiares y amigos que residen en otros puntos de España, les van a pagar los billetes de autobús en caso de que decidan marcharse a otras provincias siguiendo las rutas de las campañas agrícolas.
Así lo ha confirmado a Europa Press, el presidente de la institución humanitaria albaceteña, Francisco Pérez, que ha asegurado que el Ayuntamiento va a facilitar un «centro donde poder estar» a aquellos temporeros que, finalizada la cuarentena a la que se han visto sometidos por orden judicial, decidan permanecer en la ciudad.
Y es que Cruz Roja está llevando la gestión del polideportivo Tomás Navarro Tomas, una de los dos ubicaciones donde se ha llevado a los temporeros que han positivo, cerca de 130 hasta el momento tal y como confirmó el Gobierno regional el pasado lunes.
«Tras confirmar Sanidad esos casos positivos se ha vuelto a poner a cero el contador de la cuarentena. Ahora están en grupos de 20-25. En el centro que gestionamos se están dando altas de forma paulatina. El fin de semana pasado se dieron 10 altas, a mitad de semana otras ocho y cinco en el día de ayer conforme estas personas van cumpliendo los 14 días y los médicos del Sescam certifican que han cumplido la cuarentena», ha explicado Pérez.
Además de habilitar las camas, redes wifi o suministros eléctricos, Cruz Roja está prestando a estas personas de diversas nacionalidades ropa y productos de higiene. También reciben la ayuda de los trabajadores sociales, que les ofrecen asesoramiento jurídico con su documentación, además de brindarles apoyo moral y ánimo.
«Hay una barrera importante con el idioma y aunque tenemos traductores de inglés y francés y mediadores les explicamos el por qué este confinamiento y que tienen que cumplirlo».
Y es que después de que estos más de 400 varones de origen maliense, senegalés, marroquí o argelino tuvieran que ser repartidos en grupos reducidos en diversas instalaciones municipales tras un primer encierro en grupo en las instalaciones del Instituto Ferial de Albacete (IFAB), el presidente de Cruz Roja Albacete ha defendido que el Ayuntamiento «tuvo que afrontar una situación muy novedosa y gestionar en muy pocas horas».
No obstante, y pese a precisar que el problema de los asentamientos de temporeros no es algo nuevo en Albacete pues esta situación lleva repitiéndose en la ciudad desde hace más de dos décadas y todo el mundo conocía que «sus condiciones de vida no eran idóneas, Francisco Pérez se ha mostrado confiado en que lo ocurrido este 2020 a raíz del brote de coronavirus sirva para mejorar su día a día.
«Son trabajadores necesarios. No hay suficiente mano de obra nacional. Quizá esto haya servido para que la sociedad civil, las administraciones y los empresarios mejoren sus condiciones de vida, que para todas las personas, por el solo hecho de nacer, han de ser dignas», ha concluido.
NO SON CULPABLES, SON VÍCTIMAS
También ha hablado con Europa Press la vicepresidenta de Médicos del Mundo en Castilla-La Mancha, Idoia Urgarte, que ha lamentado que los peores presagios que esta organización vaticinó cuadro días después de que los temporeros fueran encerrados –denunciaron que el IFAB no era un espacio seguro y estas personas sufrían unas condiciones «lamentables»– «desgraciadamente se han terminado cumpliendo y se ha dado un contagio en cadena difícil de controlar».
Y es que Ugarte, que ha insistido en que todo el mundo que domine los fundamentos básicos de la salud pública pudo prever que aquel encierro tan solo era «caldo de cultivo», ha señalado que ya en abril, con motivo del Día Mundial de la Salud Médicos del Mundo ya alertó del peligro que suponía esta histórico asentamiento de la carretera de Peñas Negras, habitado no solo por temporeros.
«El 19 de abril se dio un brote que tuvo una buena respuesta por parte de las autoridades sanitarias, pero no se pusieron ni los medios y ni los recursos suficientes» para prevenir otros, ha criticado Ugarte, que ha añadido que el 9 de julio Médicos del Mundo convocó al Ayuntamiento, a la Delegación Provincial de Sanidad y a la Subdelegación del Gobierno a una reunión a fin de coordinar un protocolo de actuación. 10 días después explotaba este asunto que aún colea.
«Desde entonces la predisposición de Médicos del Mundo ha sido ofrecer nuestra conocimiento sanitario y de gestión de pandemias», ha defendido la vicepresidenta castellanomanchega de esta organización, que ha criticado la lentitud con la que se ha actuado, pues la adopción de medidas «se ha dilatado».
Pero ahora, ha proseguido Ugarte, Médicos del Mundo tiene gran preocupación por el futuro inmediato de «estos chicos», pues ha alertado de que el recurso que el Ayuntamiento albaceteño va a habilitar «no da cobertura a toda las personas que lo van a necesitar».
Después de destacar que la organización que representa ha aportado el enfoque cultural en el abordaje de este conflicto, «algo que no se debe perder de vista», ha denunciado que la situación que han sufrido «estos chicos» ha sido «muy dura».
«Se les ha llegado a culpabilizar y son víctimas, no el problema», ha concluido Ugarte, que ha lamentado que pese a la situación de vulnerabilidad que presentan estas personas han sufrido racismo y xenofobia».