Elaborar geles y cremas de aceite de oliva o calimocho –bebida resultante de la mezcla de vino tinto y refresco de cola–, destinar un 0,7% a las zonas rurales al igual que ya se hace con la cooperación al desarrollo, rehacer la LOTAU y alumbrar políticas que no nazcan «desde los despachos situados en capitales de provincia» sino bajar al terreno y pisar los pueblos, son algunas de las recetas que los grupos de Acción Local de Castilla-La Mancha sugieren aplicar para frenar la despoblación en la región.
Así lo han reclamado José Antonio Talavera, del Grupo de Acción Local Asociación para el Desarrollo del Campo de Montiel y Campo de Calatrava; Vicente Caballero, presidente del Grupo de Acción Local CEDER Alcarria y Cortes Buendía, alcaldesa de Yeste y representante del Grupo de Acción Local Sierra del Segura, en una nueva sesión de la Comisión no Permanente de Estudio para alcanzar un Pacto contra la Despoblación en Castilla-La Mancha celebrada este martes en el Parlamento regional, a la que finalmente no ha asistido, aunque sí estaba previsto, el alcalde de Salvacañete y vocal del Grupo de Acción Local PRODESE, Vicente Giménez Garrido.
El primero en intervenir ha sido el alcalde de Almedina y representante de Grupo de Acción Local Asociación para el Desarrollo del Campo de Montiel y Campo de Calatrava, José Antonio Talavera, que tras asegurar que lleva 30 años luchando contra la despoblación, ha detallado que su proyecto de transformación rural se sustenta en cuatro pilares: industrialización rural, agua, mantenimiento de talento y mujer.
Al igual que ha reclamado que la industria sea sostenible y diversificada, ha abogado por potenciar la manufactura de los productos que ofrece el campo castellanomanchego para fabricar, por ejemplo «geles y cremas de aceite de oliva, zumos de uva y calimocho o almendras y pistachos para vender a granel».
Tras reclamar mayores recursos hídricos para una zona seca como es la del Campo de Montiel, el alcalde de Almedina ha sugerido una serie de medidas fiscales para luchar contra la pérdida de población, con una reducción del 50% en el IRPF en derechos de jubilación o crear una nueva casilla en la Declaración de la Renta que permita, al igual que se hace con la cooperación al desarrollo, destinar el 0,7% del PIB a las zonas despobladas.
Rehabilitar las viviendas vacías para destinarlas a alquiler, cambiar el modelo de residencia de mayores, a fin de que no sea «como un hospital sino como un modelo doméstico», o estimular la maternidad y la paternidad en las zonas rurales, con primas que emulen las ayudas que existen en los países nórdicos y favorecen la crianza, son otras de sus recetas para combatir la pérdida de habitantes que sufre no solo el Campo de Montiel y Campo de Calatrava sino muchas otras comarcas de la región.
QUE LA PREOCUPACIÓN POR LA DESPOBLACIÓN NO SEA UNA MODA
De su lado, el presidente del Grupo de Acción Local CEDER Alcarria, Vicente Caballero, ha defendido que al ser la despoblación un problema global y no local su abordaje precisa de la intervención interadministrativa, a nivel provincial, regional, estatal y europea, pues este problema se escapa a las competencias municipales.
Luego de avisar de que hay pueblos en situación de «no retorno» y de que es necesario «redoblar esfuerzos» para que la calidad de vida en ellos no se deteriore, se ha mostrado confiado en que la apuesta por las zonas rurales de las administraciones «no sea una moda, como ocurrió con el desarrollo rural» y éstas se doten de proyectos concretos, y sobre todo, de presupuesto para poder ejecutarlos. «Siempre hay presupuesto para lo qué quieren los que están gobernado», ha apostillado.
No obstante, el presidente del Grupo de Acción Local CEDER Alcarria ha añadido que hay otras acciones que se puedan realizar en favor de los pobladores rurales y que no precisan de dinero, como el hecho de incluir la perspectiva rural en la elaboración de la leyes «que se hacen desde los despachos urbanitas» o de revisar las normas que están entorpeciendo el desarrollo de la economía en muchos pueblos, como la LOTAU.
Suficiente financiación para que las corporaciones locales puedan atraer a nuevos pobladores y garantizar servicios básicos de calidad, crear plazas específicas para que los empleados públicos
fijen residencia en los pueblos, una discriminación positiva en cuanto a fiscalidad y rehabilitar casas para ofrecer a los nuevos pobladores son otras de las propuestas que ha dejado caer en la Comisión del ramo.
De igual modo, ha reclamado aumentar los efectivos de la Guardia Civil para garantizar la seguridad ciudadana, pues «cada vez hay menos», mantener las líneas de tren convencional, «porque no todo es AVE» y potenciar las cabecera de comarca como zonas de esparcimiento y de ocio.
Al igual que el representante del Grupo de Acción Local Asociación para el Desarrollo del Campo de Montiel y Campo de Calatrava, que ha puesto sobre la palestra las carencias hídricas de la región, el presidente del Grupo de Acción Local CEDER Alcarria ha concluido reclamando que el «agua que sale» de Castilla-La Mancha «sin dejar ningún rédito» se quede en la región, donde muchos pueblos tienen que abastecerse con cisternas por falta de recursos.
GESTIONAR LAS OFICINAS CONTRA LA DESPOBLACIÓN
Por último, Cortes Buendía, en representación del Grupo de Acción Local Sierra del Segura, ha denunciado la «exclusión» que sufren muchos pueblos de la región al no permitirles el Gobierno regional ser centros eólicos, algo que les sitúa como «pueblos pobres, que se tienen que endeudar para poder prestar servicios» frente a los eólicos, «donde los vecinos no pagan impuestos».
Sobre las ‘Oficinas contra la Despoblación’ anunciadas por el presidente del Gobierno central, Pedro Sánchez en su discurso de investidura, Buendía ha reclamado que éstas sean gestionadas por los grupos de Acción Local, pues son los que acumulan experiencia y son nexo de unión con el territorio.
La representante de la Sierra del Segura ha reclamado también que la formación profesional se adapte a las necesidades que conocen estas entidades de ámbito comarcal, y que en estos momentos presentan muchas deficiencias de gente formada.
A renglón seguido, y tras quejarse de que la LOTAU, como buena muestra de que «las leyes se hacen desde despachos de las capitales de provincia sin pensar en los habitantes del medio rural», frena el desarrollo de los municipios, ha lamentado que muchos ayuntamientos, sin financiación suficiente, tengan que asumir el mantenimiento de cientos de kilómetros de carreteras, sobre todo en esta zona de la Sierra del Segura. «Solo desde Nerpio a Albacete capita hay 151 kilómetros», ha dicho.
La también alcaldesa de Yeste ha asegurado que el COVID-19 «ha destapado las debilidades» del medio urbano y que éste necesita del rural para poder «caminar, respirar hacer turismo seguro», por lo que ha reclamado la mejora tanto de la conectividad como de la cobertura móvil para que los núcleos rurales puedan acoger a viveros de empresa o emprendedores que se decanten por el teletrabajo.
Por último, y para aumentar la densidad poblacional de los pueblos, Cortes Buendía ha reclamado incentivos demográficos y habilitar microcréditos para los emprendedores que apuesten por instalarse en los pueblos.