Maribel y Toñi son las culpables de uno de los alicientes más distintivos del Festival Internacional de Cine de Calzada de Calatrava, en ésta su séptima edición.Una muestra que es un claro guiño al mismo Pedro Almodóvar, por el título con que la han bautizado, ‘La flor de nuestro secreto’, pero también por ese mimo tan artesanal con que el realizador calzadeño firma sus obras. La analogía es inequívoca: el celuloide es sustituido por hojas ilustradas a mano, embobinadas en tapasde tomo y lomo pariendo así unos libritos impregnados del todo de encanto y ensoñación, en un universo narrado desde lo audiovisual.
Lo primero que querían transmitir las artífices de esta exposición, por ser también la primera vez en que se enfrentan al criterio cercano del público visitante, era dar las gracias a la organización de la cita cinematográfica. “Nos hace mucha ilusión estar aquí”, señalaban para desvelar que la última etapa en la preparación, la elaboración del vídeo que muestra el proceso, “sobre todo lo que representa es creatividad; hemos trabajado desde todo momento ha sido un concepto muy creativo,dándole personalidad a cada una de las piezas de la obra”.
“Lo que hemos hecho ha sido comenzar con un cuaderno, un cuaderno que ha tomado forma que,dependiendo de cada idea que queríamos representar, ha ido evolucionando”, explican. Con ello aluden al trabajo con diferentes materiales y técnicas de encuadernación y acompañarlo de unos textos.Todo un universo de encuadernación, libros e ilustraciones acompañados de prosa poética cargada de escenas cotidianas, sentimientos y juegos de palabras. Todo ello con una clara influencia de literatura, cine y música, sin faltar un ápice de ironía, acidez y humor.
Sobrepasando fronteras formales
En el último paso quisieron ir “un poquito más allá y crear el audiovisual de lo que era el texto, de manera que en esos vídeos se ha elegido la técnica ‘stop motion’ para que el mismo libro se pudiera mover solo, sin nuestra ayuda y coger esa vida que trabajas de verdad”, apuntan.“Los textos, en realidad, están representados a través de videos y están hablados, narrados”.
Con estos mimbres no es de extrañar que tan vanguardista proyecto, o como juego tal y como prefieren sugerir, surgiera “a partir de una simple encuadernación, en un taller de encuadernación, probando técnicas y luego, de repente, nos dimos cuenta de que, mezclando las disciplinas de la encuadernación y de la ilustración, nos quedaba algo bonito”.
Pero no se quedaron ahí tampoco, inconformistas como se las percibe, y decidieron ir “un poco más allá”cuando, “un día, jugando un poco, se nos ocurrió escribirle como una especie de historia a uno de los libros.Nos pareció bonita la idea”.
Sobre las artífices, el tándem Betty Wilma Creaciones
Tan singular concepción y fusión de artes y técnicas merece hacer semblanza de sus responsables, las que en Internet se hacen llamar Betty Wilma Creaciones, en un guiño a infantiles tiempos de ‘Picapiedra’, pero con tintes marcadamente manchegos. Y quienes, en la vida más prosaica, trabajan como profesoras de la Escuela de Arte de ‘Pedro Almodóvar’ de Ciudad Real capital.
Toñi Badillo, alias ‘Betty’, es una valdepeñera que se dice amante del detalle y la perfección y esprincipalmente educadora, fotógrafa y diseñadora,aunque también cabría decir costurera, carpintera, pintora, restauradora y todas aquellas actividades en las que se necesite más maña que fuerza.
Por su parte, la almagreña Maribel D.López, alias ‘Wilma’, se ve artista multidisciplinar, pintora, ilustradora, educadora y creativa;capaz de desarrollar su estilo peculiar en cualquier trabajo que le pidan: escenografía, cartelería, pintura mural, ilustración editorial, complementos…
Temas y contenidos en la muestra
Más allá de lo puramente formal hay contenido tangible también en temáticas y argumentos a lo largo y ancho de una muestra que se puede disfrutar cada noche desde que el Convento de San Francisco abre al público, hacia las 21,00 horas.
Cada una de sus piezas es única, hasta el punto de que, remarcan con modestia, sin vehemencia alguna, que “no se puede reproducir igual, ni saldría un texto igual tampoco, porque ese texto se ha ido forjando a través de toda esa trayectoria que ha llevado la creación de cada uno de los libros”.
Piezas que representan cada una de ellas desde viajes a canciones, días especiales y sentimientos, momentos con amigos o el particular mundo de la mujer. También, como no puede ser de otra manera tratándose de este marco, hay reservado espacio al cine, en una suerte seriada de meninas ilustradas que defienden la zona manchega,“nuestra cultura”, dicen. Y también a muchas películas de Almodóvar en ese referido “guiño”al universal cineasta calzadeño.
Tamaña concepción solo tiene una explicación. La unión tan estrecha de Maribel y Toñi y el mucho trabajo que ha habido entre bambalinas, detrás de toda la exposición.
El oasis intelectual de la cultura y el arte
Muestra que, reconocen,“teníamos muchas ganas de dar a luz, porque además este año, como nos hemos visto ya todos los días, ha sido un trabajo muy intenso”, razones de sobra para reiterar su agradecimiento porque el Festival calzadeño haya depositado toda su confianza, además, en “una época muy difícil para las exposiciones de arte”.
Gratitud de la que quieren hacer partícipes a quienes se están acercando a contemplarla. “La gente ahora mismo demanda cultura, demanda arte”, apostillan para referir que esta posibilidad es también una “salida mental” con la que poder desconectar del actual contexto de pandemia y haciéndolo, además, con las máximas medidas higiénico-sanitarias.
“Durante el confinamiento nos ha pasado a nosotras y creo que le ha pasado a mucha gente,hemos tirado de cultura y nos hemos dado cuenta de que necesitamos escribir, escuchar música, dibujar, pintar, hacer deporte, o sea, todo eso a lo que en los institutos se da menos importancia. […] Se ha visto que estos meses de encerrona todo el mundo lo necesitaba”, reconocen en una perfecta conclusión para este otro alimento espiritual que también debe nutrir al ser humano.