El consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, ha destacado la relevancia del vino y ha resaltado la importancia de las denominaciones de origen, puntas de lanza, en una región como Castilla-La Mancha, que forman parte de proyectos colectivos que agrupan a las bodegas y las cooperativas y a las personas que viven en el medio rural.
Así lo ha afirmado durante su intervención en la cata que se ha llevado a cabo en la tarde de ayer en el claustro del Ayuntamiento de Villarrobledo (Albacete), enmarcada dentro de las actividades que se desarrollan gracias al convenio suscrito entre la Fundación Tierra de Viñedos y la Organización Interprofesional del Vino de España en fomento de la cultura del vino.
El vino, ha recordado, es un alimento esencial de la Dieta Mediterránea y en una sola copa hay “mucho esfuerzo y una realidad diferente en cada una de ellas. Lo que hay en una copa de vino, somos nosotros”, ha esgrimido, “un sector agroalimentario potente en Castilla-La Mancha”, siendo la primera actividad económica.
Y tiene algo que no tiene otro producto, “una identificación directa entre el producto que llega al consumidor y aquello que sale de la tierra”, por lo que ha pedido que se presuma de él.
En esta cata los asistentes han podido conocer y probar cuatro vinos diferentes. En concreto, de la DO Méntrida, un Sauvignon Blanc de 2019; de la DO Manchuela, un vino elaborado con Bobal de 2018, así como un DO Ribera del Júcar, Syrah 2018 y de la DO La Mancha, un Cabernet Sauvignon 2017. Una cata comentada por Javier Ocón, enólogo, y en la que han participado, además, Valentín Bueno, alcalde de Villarrobledo; Ramón Sáez, delegado de Agricultura en Albacete o Elena Escobar, directora general de Alimentación.