El presidente castellano-manchego, Emiliano García-Page, ha asegurado que el Gobierno regional va a tener, en el próximo curso escolar 2020-2021, «un sistema de vigilancia permanente en todos los centros» de la comunidad para que «a la menor alarma, poder, literalmente, reaccionar». De ahí que haya considerado que no se debe «generar ningún tipo de inquietud innecesaria». «Responsabilidad toda, inquietud, la justa».
De este modo se ha pronunciado el titular del Ejecutivo regional antes de presentar en las Cortes regionales un proyecto de 5G, marco en el que también ha asegurado, tal y como había anunciado poco antes la consejera de Educación, Cultura y Deportes, Rosa Ana Rodríguez, que antes de que comience el curso el Ejecutivo va a hacer pruebas de diagnóstico a todos los docentes y a todo el personal que trabaja en la educación, tanto pública como concertada de la Comunidad Autónoma.
En este sentido, y según ha informado en nota de prensa el Gobierno regional, García-Page ha subrayado que «el coronavirus es un problema sanitario, no tiene otra interpretación».
Increíble las excusas y revueltas dialécticas que busca este hombre para seguir sin bajar las ratios, sin reducir las horas lectivas del profesorado que subió Cospedal (todavía 20 frente a las 18 de la situación preCospedal), y en definitiva para seguir deteriorando la educación pública atendiendo sólo a lo cosmético y dejando pudrirse lo fundamental. Ni con una pandemia mundial se le quita de la cabeza la idea de que la educación ha de ser lo peor posible para seguir criando toreros, camareros y albañiles.