El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha anunciado este lunes la construcción en Euskadi de una planta de producción de combustibles sintéticos, con cero emisiones netas, y otra planta de pirólisis que generará gas a partir de residuos urbanos, en la que la compañía española tendrá por socio al ‘gigante’ petrolero Saudi Aramco.
Las instalaciones, promovidas por Petronor, estarán situadas como primera opción en el puerto de Bilbao y su entorno, y supondrán una inversión inicial de 80 millones de euros, aproximadamente. Los socios de Repsol serán Petronor, el Ente Vasco de la Energía (EVE) y la propia Saudi Aramco.
En un rueda de prensa telemática, Imaz señaló que el grupo ha firmado con la mayor petrolera del mundo un memorando de entendimiento para un acuerdo de colaboración tecnológica en este proyecto, y para trabajar así «juntos» en el desarrollo de los combustibles sintéticos, aunque no quiso dar más detalles de la alianza.
Imaz, junto al presidente y el consejero delegado de Petronor, Emiliano López Atxurra, y José Gregorio Duque, respectivamente, ha presentado estos dos proyectos industriales «punteros en materia de descarbonización» que la compañía desarrollará con la participación de socios nacionales e internacionales pero «sin dar un salto al vacío», sino a partir de la «capacidades tecnólógicas e industriales ya existentes» en la compañía, ha indicado el directivo de Repsol.
En la comparecencia, los tres han destacado que, de este modo, Repsol avanza «decididamente en la transición energética» y en el objetivo de ser «una compañía cero emisiones netas en el año 2050». Además, han destacado que estos proyectos suponen «nuevo ejemplo de la necesaria colaboración público-privada» para afrontar retos como el de la lucha contra el cambio climático e impulsar al sector industrial de valor añadido «como una de las claves para lograr una rápida recuperación económica».
PRIMER PROYECTO
El primer proyecto, en el que se invertirán inicialmente 60 millones, consiste en la construcción de una de las mayores plantas de producción de combustibles sintéticos cero emisiones netas del mundo a partir de hidrógeno verde, generado con energía renovable. En su primera fase, la planta producirá 50 barriles al día de combustible sintético, con cero emisiones netas de CO2 en todo su ciclo productivo, y durante este mismo 2020 se prevé que dé inicio la ingeniería conceptual del proyecto.
Según han explicado en la comparecencia, la principal característica de estos novedosos combustibles es que se producen con agua y CO2 como «únicas materias primas» y podrán utilizarse en motores de combustión como los que se instalan actualmente en los automóviles en el Estado y en todo el mundo, también en aviones o camiones y otras aplicaciones.
Según han subrayado, la instalación, que estará totalmente operativa en un plazo de cuatro años, será «de referencia en Europa» por la tecnología puntera aplicada y por el uso del CO2 capturado en la refinería de Petronor y que, por tanto, no será emitido a la atmósfera. Además, han apuntado que el desarrollo de los proyectos supone un «reto tecnológico de primer orden» que estará liderado por el centro de investigación Repsol Technology Lab, que se encuentra en Móstoles.
En la comparecencia, han destacado que combinará el hidrógeno verde -energía 100% limpia al ser generada a partir de fuentes renovables- con el CO2 como materia prima en el proceso, y situará a Repsol y Petronor «a la vanguardia del desarrollo de los combustibles de cero emisiones netas».
En una primera fase, escalable a una posterior etapa comercial en función de los resultados, se obtendrán 50 barriles al día de combustible sintético, con cero emisiones netas de CO2 en todo su ciclo productivo, que permitiría cubrir las necesidades de combustible de la ruta aérea Bilbao-Madrid y está previsto que pueda realizar captura directa del aire. Este año ya se empezará con la ingeniería conceptual del proyecto.
CON RESIDUOS URBANOS
El segundo proyecto, ubicado junto al primero, también en el Puerto de Bilbao y su entorno como opción prioritaria, supondrá una inversión inicial de 20 millones de euros, liderada por Petronor, y consistirá en una planta de generación de gas a partir de residuos urbanos como papel, cartón, plásticos o telas, previamente tratadas. El gas obtenido se empleará para sustituir parte del consumo de combustibles tradicionales que la refinería vasca, una de las de mayor capacidad del Estado, utiliza en su proceso productivo.
Esta segunda iniciativa, según han explicado, se encuadra dentro de su estrategia de «impulsar la economía circular», que ya se aplica en muchas de las fases del ciclo productivo de la compañía a través de la tecnología y la innovación. Repsol ya ha puesto en marcha más de 200 proyectos en este ámbito, de cara a alcanzar las cero emisiones netas en 2050.
En una primera fase, la nueva planta de pirólisis podrá procesar unas 10.000 toneladas al año de residuos urbanos y su capacidad podrá ampliarse en fases posteriores hasta 100.000 toneladas al año, aproximadamente, el equivalente a todos los residuos urbanos del entorno.
Estas iniciativas supondrán un «importante impulso» al desarrollo tecnológico e industrial asociado a los planes de descarbonización, «tan necesario en este contexto de recuperación económica y de orientación a sectores con mayor valor añadido».
Imaz ha subrayado que estos proyectos demuestran la importancia de «mantener la neutralidad tecnológica» a la hora de buscar las alternativas necesarias para la descarbonización, teniendo en cuenta «todas las soluciones tecnológicas posibles para tener éxito en la lucha contra el cambio climático».
«España debe basar su estrategia de descarbonización en sus capacidades tecnológicas e industriales. La producción de hidrógeno verde y su combinación con la captura y uso de CO2 para producir combustibles con cero emisiones netas forma parte de la estrategia industrial de descarbonización de Repsol», ha indicado.
En este sentido, ha manifestado que, con este proyecto, la industria española se convierte en «un actor relevante» en la reducción de emisiones en Europa».
Y lo hace, ha proseguido, con una apuesta por la inversión en mitad de esta crisis «y desde el compromiso con el tejido industrial vasco». «Porque la salida de esta crisis exige innovar, reformar y transformar nuestra industria a través de la innovación, pero sin dar un salto al vacío, sino desde la innovación para mantener empleo y evitar deslocalizaciones, porque este es el camino».
El directivo ha subrayado que todas las formas de descarbonización son «válidas y complementarias». «E incentivarlas para que todas contribuyan sin exclusiones, acelerará la transición energética, a la vez que ayudará, como sociedad, a salir lo más rápidamente posible de la crisis económica provocada por el Covid-19», ha asegurado.
Asimismo, ha reafirmado el compromiso de la compañía con «liderar la transición energética» incluso en estos momentos de «incertidumbre económica», en los que también quieren reforzar su papel como «empresa que contribuye al desarrollo industrial del país». En este punto ha recordado que Repsol reducirá durante este año su Indicador de Intensidad de Carbono un 3% respecto a la base de 2017 y mantiene su compromiso y de inversiones de alcanzar el 10% en 2025.
Por su parte, López Atxurra ha destacado que el proyecto aglutina tres aspectos importantes en la actual coyuntura como son «la apuesta de futuro» por reducir la huella de carbono y la neutralidad tecnológica como instrumento; el reto de la industria y la tecnología como base de la transición energética; y la cooperación público-privada como herramienta inteligente para materializar un desarrollo industrial que consolide una sociedad de bienestar sostenible».