El Hospital Universitario de Guadalajara, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM), está participando en el Registro Internacional de Evaluación Clínica Covid-19. Se trata de un trabajo que cuenta con la participación de 45 hospitales de ocho países y que tiene como objetivo conocer y caracterizar la Covid-19 y sus posibles tratamientos para facilitar la toma de decisiones, tanto clínicas como logísticas.
El registro Health Outcome Predictive Evaluation (HOPE) COVID-19 está coordinado por el doctor Iván Núñez Gil, cardiólogo intervencionista del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, con el apoyo de la Fundación Interhospitalaria para la Investigación Cardiovascular (FIC).
El trabajo incluye hasta la fecha a 6.000 pacientes, tanto vivos y dados de alta como pacientes finalmente fallecidos, que fueron ingresados tras infección por SARS-CoV-2 (Covid-19) o con alta sospecha, y se estima que a la finalización de la recogida de datos y con la participación de nuevos hospitales, el registro pueda incluir a unos 10.000 pacientes.
El Hospital de Guadalajara ha incluido a 550 pacientes en el estudio, siendo la doctora María Viana y el doctor Ramón Arroyo, ambos del servicio de Cardiología, los investigadores principales por parte de este centro. Se ha contado en este estudio con el apoyo de las doctoras Itsaso Rodríguez, Giovanna Uribe y Eva Díaz, de este mismo servicio, así como del doctor Alberto Silva, por parte de Medicina Intensiva y, finalmente, de los residentes de Cardiología Alicia Castillo, Belén García y Claudio Torán.
El objetivo es aumentar el conocimiento en torno a la enfermedad y plantear hipótesis de estudios futuros para responder a las múltiples incógnitas que se han planteado a lo largo de esta crisis sanitaria. Se trata, explica la doctora Viana, de estudiar qué características del paciente en el momento del ingreso podrían orientar cómo será su pronóstico o evolución para poder tomar decisiones desde su llegada a urgencias.
Para ello se contemplan factores como la edad, patologías previas como enfermedades pulmonares o cardiacas crónicas, hipertensión, inmunodepresión, pacientes con tratamientos de coagulación o usuarios de determinada farmacología.
Asimismo, se tienen en cuenta factores como la raza para tratar de determinar cómo influye la genética en la posible evolución de la enfermedad, así como la procedencia del paciente y aspectos ambientales o relacionados con hábitos o estilo de vida, entre otros muchos. En este sentido, “los resultados, por ejemplo, no son los mismos si comparamos los casos de China, los europeos o los americanos”, asevera María Viana.
La doctora Viana ha puesto de relieve la importancia del trabajo de todas las especialidades “unidas en una causa común frente al Covid-19, que nos ha pillado a todos desprevenidos”. Este registro ha contado con una importante y desinteresada colaboración de numerosos centros hospitalarios con el objetivo de “hacer luz sobre esta enfermedad”. Y, ha señalado, “aunque es imposible saber al cien por cien cómo será la evolución de un paciente, con este estudio queremos tratar de preverlo”.
En el diseño de este proyecto de investigación clínica se han implicado expertos de distintos campos, desde Medicina Interna, Medicina de Familia, intensivistas, epidemiólogos, cardiólogos o anestesistas, entre otros.
La recogida de la información se lleva a cabo en una web que almacena una base de datos, siempre garantizando el anonimato de los participantes.
En los primeros análisis, que se darán a conocer próximamente, se han analizado parámetros asociados a la mortalidad por la enfermedad y aspectos relativos a la presentación clínica, la analítica o la evolución hospitalaria. El registro recoge datos clínicos fundamentales de la enfermedad y de su evolución.
El registro HOPE COVID-19 está abierto para que pueda participar cualquier centro hospitalario del mundo, y para ello los interesados en colaborar pueden hacerlo hasta el 31 de mayo.