Carta del obispo de Ciudad Real, Gerardo Melgar.- Hago mía la nota y las medidas de prevención que la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Española ha hecho públicas ante el inicio de la salida del confinamiento. A través de ella, quiero dirigirme a todos los fieles de nuestra diócesis de Ciudad Real y de manera muy especial a todos los sacerdotes.
A los obispos nos alegra y damos gracias a Dios, de que la enfermedad vaya siendo controlada y pueda iniciarse, aún con muchas reservas y precauciones, la recuperación de algunas actividades habituales de nuestra vida común. Tras este tiempo de dolor y sufrimiento a causa del fallecimiento de seres queridos y de los graves problemas sanitarios, sociales, económicos y laborales, hemos de afrontar esta situación con esperanza, fomentando la comunión y sintiéndonos llamados a ejercer la caridad personal, política y social.
Compartimos el gran dolor de miles de familias ante los fallecimientos causados por esta pandemia. Hemos orado por su eterno descanso y por el consuelo de familiares y amigos; queremos expresar nuestro deseo de celebrar en las próximas semanas las exequias con quienes lo soliciten en cada parroquia, y, más adelante, cuando lo señale la Conferencia Episcopal Española, que quiere que sea el mismo día en todas las diócesis, como expresión de comunión de toda la Iglesia en España, tendremos una eucaristía de acción de gracias por la superación de la pandemia, de oración por el eterno descanso de los fallecidos, de oración por sus familiares y como expresión de la esperanza en Cristo resucitado.
Agradecemos de nuevo el trabajo realizado con generosa entrega por tantas personas de los servicios sanitarios y de numerosas actividades que hacen posible la vida cotidiana en nuestra sociedad. De forma especial, reconocemos la disponibilidad y el servicio de los sacerdotes, consagrados y laicos en estas semanas.
Continuaremos impulsando con las personas que se ven afectadas por la crisis económica y social, el trabajo de Cáritas y de otras instituciones eclesiales para paliar estas consecuencias de la pandemia. Como bien sabéis, por iniciativa mía, el Obispado tiene abierta una cuenta bancaria para que sacerdotes, religiosos, hermandades y todas las personas que lo deseen puedan ejercitar la caridad cristiana con su aportación económica. No hacemos otra cosa que seguir los principios de la Doctrina Social de la Iglesia y la acción de los católicos en la reconstrucción de la vida social y económica, siguiendo el “plan para resucitar” del papa Francisco.
Os recuerdo que la cuenta del Obispado en favor de Cáritas es ES16-3190-2082-2820-0912-4716, poniendo como concepto: “CAMPAÑA SOLIDARIA COVID-19 y os sigo invitando a que colaboremos generosamente en favor de los más necesitados. El informe de lo recaudado hasta ahora que me ha pasado el ecónomo es el siguiente:
Recaudado hasta el día de hoy (30/04/2020): 117.131,34
Donación sacerdotes ……………………………… 28.509,34
Donación cofradías, parroquias, etc. …………26.056,00
Donación seglares ………………………………….10.555,00
Donación anónimos …………………………………2.011,00
Donación Obispado…………………………………. 50.000,00
Enviado a Cáritas (17/04/2020) 75.000,00
Enviado a Cáritas (27/04/2020) 15.000,00
Enviado hoy (30/04/2020) 25.000,00
TOTAL ENVIADO 115.000,00 Pendiente de ser enviado: 2.131,34
Después de semanas, sin expresar comunitariamente nuestra fe en templos parroquiales, capillas y oratorios, queremos recuperar progresivamente la normalidad de la vida eclesial. En esta fase de transición, mantenemos la propuesta de dispensar del precepto de participar en la misa dominical y recomendamos vivamente a personas de riesgo, mayores y enfermos, que consideren la posibilidad de quedarse en casa y sigan las celebraciones por los medios de comunicación. Pedimos a los sacerdotes y colaboradores que hagan un esfuerzo por facilitar la celebración y la oración, cuidando las medidas organizativas e higiénicas. No debemos olvidar, queridos sacerdotes, que en el grupo de las personas de riesgo nos encontramos, por edad, muchos de nosotros. Por eso, os pido que extreméis la prudencia, y seáis muy responsables a la hora de observar las normas e indicaciones que os comunicamos, mirando la salud de vuestros feligreses y la de cada uno de vosotros. Las personas, que acudan a la iglesia para las celebraciones o para la oración personal, deben hacerlo siguiendo las pautas y recomendaciones que unimos a esta nota, siempre a expensas de las normas de las autoridades sanitarias.
Instamos a las autoridades de las diversas administraciones públicas, a los partidos políticos y organizaciones empresariales y sindicales, a otras asociaciones e instituciones, así como a todos los ciudadanos, al acuerdo y colaboración en favor del bien común. Todos estamos llamados a ser responsables en la convivencia para evitar en lo posible la expansión de la enfermedad y ayudar a los pobres y a quienes más padezcan las consecuencias de esta pandemia.
Nos unimos en la oración común que afianza la fraternidad, suplicamos la gracia del Señor y la luz del Espíritu Santo para discernir lo que Dios nos quiere decir en esta circunstancia; pedimos especialmente por los investigadores a fin de que alcancen un remedio a la pandemia. Nos ponemos bajo la protección materna de la Virgen María en las múltiples advocaciones con la que la invocamos en nuestra diócesis de Ciudad Real.
Ciudad Real, 4 de mayo de 2020
Que manera de despreciar el trabajo de los profesionales de la sanidad……. » los obispos dicen :A los obispos nos alegra y damos gracias a Dios por que la enfermedad sea controlada » Si los enfermos se sanan es gracias a dios…….si mueren es culpa de los medicos.Con 30 millones diarios de los presupuestos…..se puede y se debe ser generoso, no hacen nada extraordinario.
El riesgo asociado a las prácticas religiosas es en cierto modo lógico. Y es que la religión puede ser una ayuda, pero también un riesgo……
Todo se sabrá y pagaréis por ello.