Carolina Agudo Alonso. Secretaria General del Partido Popular de Castilla-La Mancha.-Lamento tener que acercarles una dolorosa afirmación, una penosa constatación de hechos y una denuncia alta y concisa de que, durante el mes de abril del año 2020, la libertad de expresión quedó totalmente socavada en Castilla-La Mancha.
Y sí, han leído bien el matiz de totalmente, porque estaba siendo vilmente atacada por un régimen de amenazas, presiones, llamadas, y un entramado de dinero que compra voluntades y espacios en medios de comunicación, algunos hasta se atreven a saltarse a la torera su línea editorial si detrás del teléfono suena la bolsa.
Y es que todos conocemos de sobra las formas arcaicas de imponer líneas editoriales y titulares al más rancio y casposo estilo socialista castellano-manchego, no es sorpresa. Pero la crisis sanitaria derivada de la propagación del Covid-19 está llevando a Page un paso más allá.
Las personas que dirigen los designios de todos los castellano-manchegos se están viendo superadas por la situación que atraviesa la región, debido a ello están recibiendo un aluvión de críticas en redes sociales hasta ahora desconocido, unas críticas que los ciudadanos vierten porque ven con sus propios ojos como mueren familiares y conocidos, como se contagian sanitarios por el déficit de equipos de protección o como las residencias se están convirtiendo en un foco dramático de infección y pérdida de seres queridos.
Esa piel excesivamente fina provoca en el Gobierno de Page una reacción muy cercana al miedo, regada con una buena dosis de arrogancia, como la que viene demostrando desde el inicio de la crisis en todas sus declaraciones públicas que ya le han costado más de un disgusto y muchas carreras de sus asesores para tapar vergüenzas.
Pero el hecho ocurrido ayer supera todas las expectativas puestas en un Page agotado, desbordado y sobrepasado tanto en el aspecto de la gestión como en el comunicativo, al no saber ya por dónde llegan las críticas. Lo que presenciamos durante la comida del domingo en las redes sociales públicas de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha fue bochornoso.
Mientras un ejército de cargos socialistas, presionados por la dirección regional a comentar el directo de la rueda de prensa de Page en Facebook, jaleaban a su líder (algo en absoluto criticable) todo aquel que ponía un comentario negativo o crítico con la actuación del Gobierno de Page recibía un rotundo bloqueo por parte de los administradores de la cuenta de Facebook de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
Como leen, no se froten los ojos, la cuenta de la administración regional, que representa a todos los ciudadanos de Castilla-La Mancha, censurando y bloqueando a ciudadanos de la región. La censura ha llegado, en 2020 y de la mano de un gobierno socialista, a nuestra querida tierra.
No se alarmen, es una más de este Gobierno de Page, autoproclamado progresista pero hecho a esos antiguos vicios de poner lo público al servicio del aparato, las administraciones al servicio del PSOE, ¿les suena?