Jesús Millán Muñoz.– Película de 2016 del director Jackson, basada en el libro: History on Trial: My Day in Court with a Holocuast Denier de Deborah Lipstadt. Traducida en la versión al castellano La Negación, sobre el Holocausto-Shoah judío.
– ¿Cómo demostrar algo?
¿Cómo demostrar algo que es evidente?
¿Por qué resulta tan difícil demostrar lo evidente?
¿Y en la vida real, en multitud de temas y cuestiones…?
– Me temo que en el siglo veinte, que hubo miles de campos de prisioneros, campos de trabajo, campos de concentración, guettos, campos de exterminio en toda Eurasia, en distintos momentos y épocas, la mayoría de ellos se irán olvidando y borrando en el tiempo. No quedará nada, porque los que estuvieron y sobrevivieron, sus historias, la mayoría no las narraron, o lo hicieron en un círculo muy pequeño y muy poco, quizás unas frases, o, y se destruyeron las pruebas. Y todo, todo se ha ido borrando.
Incido en el concepto de Eurasia, Europa y Asia, y reitero, el concepto, en diversos momentos o décadas, y reitero, aunque no lo he dicho bajo distintos regimenes sociales y sociopolíticos y culturas-ideologías-filosofías…
Quizás, la humanidad necesita olvidar, para seguir viviendo y sobreviviendo, quizás necesita recordar, para intentar seguir viviendo y sobreviviendo.
Analizo el problema del mal, desde la filosofía-metafísica, pero esto me ha llevado durante décadas a analizar múltiples casos de mal y de maldad y de Mal, en personas, individuos, colectivos, grupos. En esas fronteras entre la ley y la no-ley, entre la ley justa y la ley semijusta, y multitud de otros temas. Multitud.
He escrito algunos artículos sobre este tema, estos temas, algunos desde hace muy pocos años los he publicado. En los escritos he tocado durante mucho tiempo, temas esenciales y colaterales sobre esta cuestión. Pero siempre, llegamos a la misma conclusión, las teorías de Leibniz sobre el mal y la maldad, y las teorías del judeocristianismo, sobre el pecado original y el Tentador, y la hipótesis de Arendt sobre la banalidad del mal.
En medio, he ido, circunscribiendo-encontrando multitud de otros matices, otras razones, otras causas, otros fines, otras metas. Quizás, la naturaleza ambivalente que el ser humano tiene o es, o, y, constituye su naturaleza y circunstancia, su capacidad de libertad-voluntad-inteligencia, le permite, lo mejor o, y lo peor.
Tenemos que vivir y sobrevivir, como individuos, como especie. No acuso de nada a nadie, ni a nadie de nada. Solo he deseado entender el mundo, o muchos aspectos del mundo, y dentro del mundo, está el problema del bien y del mal o del bien y del no-bien, o del mal o del menos mal. No solo en aspectos de eficiencia, una buena operación quirúrgica o la fabricación de un buen pan, es decir, la diversidad de puntos de vista, posibles y fractales, diversas dimensiones de los distintos saberes. Es decir, el bien o el mal instrumental o eficiencia.
Pero también existe otro mal y otro bien, el mal moral o el mal o bien ético. El seminal y el semibien moral. También, existe un tercero, el bien o el mal espiritual-religioso, como pecado, es decir, como ofensa a uno mismo, ofensa a otro u otros, ofensa al Buen Dios. Este tercero, que aunque para mí, sea lo esencial, no tocaré. Porque hay demasiada complejidad, y hay demasiados individuos que ya no creen o no quieren creer que existe o al menos, la posibilidad de que exista la Trascendencia-Trascendente-Misterio-Lo Otro-Dios-Buen Dios…
Temo que los humanos, volvamos a cometer los mismos errores, temo que bajo otros colores-ideologías-ideas-banderas-razones-motivos-fines-metas, temo, que los humanos volvamos a caer en los mismos agujeros…
Durante décadas, me he preguntado, ¿por qué lo evidente no es evidente, por qué a lo largo de la historia lo evidente, no es evidente? ¿Por qué, dicen, aunque no lo he confirmado, que hay grupos minúsculos, que dicen que la tierra no es redonda? ¿Por qué, en el tema de la película, se niega una realidad, o esta realidad, en un tema concreto? ¿Pero por qué, sabiendo que en Eurasia, y Eurasia es Eurasia, en demasiados lugares de este continente, en el siglo veinte, hubo, algún tipo de esos “campos”, y por qué se niega, se olvida, se debilitan las razones, casos, argumentos, datos, personas…?
No, podemos seguir viviendo y sobreviviendo, si no olvidamos, es una de mis convicciones más profundas, si no perdonamos. Pero no podemos seguir viviendo y sobreviviendo, si no recordamos y analizamos la historia y la Historia, para de verdad, no volverla a repetir, la misma historia con otra música.
Desconocía, hace unas horas, esta película, desconocía este juicio histórico. Desconocía todo sobre ese tema concreto. No desconocía como es lógico, que según el Yad Vashem hubo al menos varias docenas de miles de campos diversas clases en Europa.
Pero, no estamos aquí narrando, solo “el tema de esta película concreta”, sino el tema del mal y de la maldad y del bien y de la bondad, del semibien y del semimal. Da lo mismo la etiqueta o la bandera o el color. No solo el mal colectivo o social o estatal o ideológico, sino también el del individuo consigo mismo, en que se produce en el trabajo, en la escuela, en las familias, en…
Estamos en unos momentos, ahora mismo, bajo los efectos de una epidemia. No es comparable a la de 1347-1349. Han existido muchas a lo largo de los siglos. Creíamos que en Occidente, ese flagelo del Apocalipsis estaba superado. Pero ahora, nos enfrentamos, a esta realidad, estamos dentro de un barco en un mar que no sabemos lo que sucederá…
¡Llevo demasiados años viviendo y existiendo, intentando entender y comprender el mundo, buscando racionalidad, y en casi todo, me encuentro la irracionalidad! ¡Estoy cansado, de tanto buscar, de tanto encontrar pautas y modelos y razones y regularidades, y siempre encontrarme con la “anarquía de motivos y de razones y de causas y de actos”! ¡De tantas veces, al bien lo llaman mal, y viceversa…!
Pero volvemos al tema de la película, que en definitiva, no solo habla del bien y del mal, ni de un tipo de genocidio, sino de todos, del problema del pecado original en la concepción judeocristiana, del tema de Caín y Abel, del tema de la Naturaleza profunda y esencial del ser humano, del cielo que somos y del pozo que somos, de pan y del hambre, de la guerra y la felicidad…
¡Toca todo esto, y muchos más! Por si alguien duda, yo no soy judío, y que yo sepa, no soy descendiente en ninguna línea de bisabuelos o tatarabuelos judíos. No estoy en contra de nada, ni de nadie, ni de ninguna ideología, ni de otra, ni siquiera de las que creo que están equivocadas…!
¡¿Pero no entiendo, no comprendo, por qué tanto trabajo entender el problema de lo que es evidente y lo que no es evidente…!? ¡¿Por qué negar lo evidente, por qué no negar lo no-evidente…!?
¡No se puede o debe negar lo real, después, busquen todas las razones-motivos-causas que ustedes quieran para explicarlo…! ¡No llamen a lo real no-real, a lo no-real que es real, al bien que es mal, al bien que es mal! ¡Pongan el nombre correcto y después busquen atenuantes, agravantes, razones, causas, motivos, fines, metas…! ¡Y, así puede que no repitamos la historia con otro instrumento o música….!
¡En estos días y semanas aciagos quizás esta película nos pueda consolar un poco! ¡Paz y pan y bien y salud…!