La Federación Empresarial Provincial (FECIR), ante la decisión del Gobierno de España de prohibir toda actividad económica no esencial, no puede sino alertar de la situación que genera en un tejido productivo ya de por sí afectado por esta Crisis del Coronavirus.
Según Carlos Marín, presidente de FECIR, «Los empresarios y autónomos de la provincia reconocen que ésta es una situación especial y difícil para todos. Y jamás pondrían en peligro la salud de sus trabajadores y/o clientes; pero anunciar esta medida (sin entrar en que sea necesaria a nivel sanitario), a menos de 48 horas de su aplicación, va a generar nuevos problemas en los negocios, que se verán obligados a cerrar, de la noche a la mañana, sin coordinar el cese de la producción o garantizar las medidas mínimas de seguridad que garanticen el reinicio de la actividad, una vez pase el Estado de Alarma”.
En opinión de FECIR, como ya está siendo habitual desde el inicio de la crisis, las pymes, autónomos y empresas son las grandes perjudicadas de las medidas de un Gobierno que demuestra una constante improvisación, ya que durante toda la semana ha habido intervenciones tanto del propio presidente del Gobierno como de la ministra de Trabajo y, de ser esta prohibición una de las acciones programadas y previstas, se podría haber anunciado algo en alguna de estas intervenciones, para así dar más “capacidad de reacción” a empresarios y autónomos.
Una ocasión más, el Gobierno de España ha mostrado una total falta de sensibilidad hacia el tejido empresarial de este país, el único capaz de reactivar la economía y generar los puestos de trabajo que sostengan el tan citado estado del bienestar. Lejos de apoyar a la clase empresarial (como ya están haciendo el resto de países de nuestro entorno, como Italia, Francia o Alemania), cada decisión del Ejecutivo no ha hecho sino perjudicarla, generando nuevas cargas, sospechas (hacia su responsabilidad con los trabajadores) y nuevas amenazas de sanciones.
Decisiones unilaterales como la de endurecer el confinamiento, “sin consulta o, al menos, información con suficiente antelación a los agentes sociales (y podríamos añadir que con “total nocturnidad”) dejan, una vez más, a pymes, autónomos y empresas sin capacidad de organización, lo que dificultará, aún más, su supervivencia a esta crisis». Algo que nos llevará a un futuro aún peor, según el presidente de FECIR, que el vaticinado hasta hace unos días, «pues de seguir sin medidas efectivas, reales y consensuadas hacia el sector productivo, la preocupación, una vez pase la crisis sanitaria, no tendrá que ser el número de ERTE concedidos; ni recuperar los puestos de trabajo perdidos o facilitar financiación para el pago a proveedores. La preocupación y el verdadero problema al que se enfrentará nuestra provincia (y el país) será el considerable aumento de concursos de acreedores y la desaparición de nuestro tejido empresarial”.
Por todo ello, FECIR vuelve a reclamar medidas “que, de una vez, garanticen la supervivencia del verdadero motor de la economía y el empleo”.