Un negocio de patchwork de Daimiel se reinventa movilizándose para la fabricación de mascarillas de tela

Un negocio de patchwork de Daimiel se ha puesto manos a la obra para fabricar mascarillas con destino al hospital de Tomelloso. El objetivo es entregar 500 unidades de uno de los dos prototipos que superó la prueba requerida desde los propios sanitarios del hospital con materiales específicos facilitados para este designio.

Desde el lunes, el establecimiento de la calle José Ruiz de la Hermosa ‘A todo Trapo’ apenas tiene descanso. La pauta diaria alcanza las 100 mascarillas, tras un trabajo intenso de coordinación y ejecución por parte de una reinventada Susana Enríquez Pons, quien lidera un grupo de trabajo al que se han sumado costureras voluntarias, en su mayoría alumnas de sus talleres, que se esmeran para sacar adelante una necesidad que comenzó como reinvención de cara al público y que ahora ya tiene salida sanitaria.

La experiencia está resultando “gratificante”, por la contribución social hacia unas circunstancias que requieren de este servicio, como comenta la propia Susana, quien considera “todo un reto” este proyecto.

Entre tanto, se cuela una necesidad. La de gomas elásticas necesarias para unir a las mascarillas, para lo cual hace un llamamiento de cara a seguir componiendo estas piezas con un destino tan especial como éste.

Se cuela así un proyecto que ya ha tenido su primer destino, y que, confiamos pueda prolongarse a otros receptores que lo demanden, si fuese necesario. De momento, (y como hemos escuchado) el ‘Ejército Solidario de Costureras de Daimiel’ ya está dispuesto como un auténtico batallón organizado.

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