Jesús Millan Muñoz.– Aquella tarde el de Portoplano se quedó en silencio en su casa-hogar-vivienda-piso, esperando que el sosiego volviese a su cuerpo-mente-alma. Toda la existencia la había dedicado a pensar-repensar la realidad, desde multitud de aspectos.
Ahora, ahora ya con una cierta edad, no sabía que pensar, ni que sentir, ni que decir, ni siquiera si había servido o valido la pena, vivir de esa forma, siempre detrás de la realidad, siempre buscando datos, siempre nuevos conceptos, siempre preguntas. Pero después pensaba que dedicar la existencia a buscar mayor grado de verdad y bondad y belleza y racionalidad y prudencia había sido una vida feliz. Y si existe el Buen Dios, el Buen Dios esperaba le recompensaría y lo valoraría, lo que los humanes no lo habían hecho.
– Honrar, amar, querer a tu padre, hijo, hermano, nieta, abuela no puede llevarte a no darte cuenta de sus grandes virtudes y también de sus grandes desvirtudes o errores o defectos.
– ¿De cuántas formas se puede organizar un sistema social? ¿Y cuales, aunque sean mejores, no funcionan, y otras peores funcionan de forma más correcta? ¿Porque todavía en nuestra sociedad, la segunda causa de multas, después de la velocidad sea no ponerse el cinturón de seguridad, quién te dice a ti, que una organización sociopolítica mejor, lo sea sobre el papel, pero los humanes, no quieran seguirla o aceptarla…? ¿Y por tanto no funciona correctamente lo ideal y lo mejor, y otra más imperfecta, funciona mejor a la larga y a medio plazo…?
– Siempre en todo lo humano tenemos el problema qué es naturaleza y qué es cultura…
– Podemos ser tolerante, en muchas realidades y aspectos de las cosas, pero que seamos tolerantes, no quiere decir, que se esté de acuerdo con todo. Somos, por ejemplo, tolerantes con la ebriedad, dejamos que las personas caigan en ese estado, permitimos que personas realicen esos actos, pero no quiere decir, que pensemos que es bueno, ni desde el punto de vista biopsicológico, ni económico, ni familiar, ni moral, ni espiritual-religioso, etc.
– ¿Cuánto y qué la sociedad y el Estado debe proporcionar o dar a cada individuo, y cuánto el individuo debe dar a la sociedad y al Estado…?
– Toda crisis económica, tiene muchos padres y muchas madres, pero una, una que nadie quiere reconocer, es si se han otorgado de forma correcta los puestos de trabajo, a y en todos los niveles de la realidad, pública y privada. Es como fundamentar bien un rascacielos, si los pilares están bien, soportarán casi todo, pero si no, cuándo venga una crisis se agravará. ¡Pero esto no gusta que se diga…! ¡Para eso, entre otras realidades, hay que buscar sistemas objetivos y justos y equitativos de proporcionar los puestos de trabajo, a y en todos los niveles y sectores, públicos y privados! ¡Analizar cómo se pueden perfeccionar dicha cuestión…!
– ¿¡Han pensado ustedes, cómo se puede sentir una persona, que llega su vejez y su jubilación, que haya estado toda la vida trabajando y estudiando, cumpliendo las leyes jurídicas y las morales de su sociedad, y por mucho que lo haya intentado, no ha sido capaz de ascender o de tener un puesto de trabajo bastante modesto y mediocre, en relación a su formación…!? ¡¿Han pensado usted esto, y esto será el origen de futuras revueltas, revoluciones sociales y políticos, esto estará en la base, entre otros motivos…!?
– ¿Por qué no seriamente, todavía que quizás estamos y estemos a tiempo, no buscamos si para tal generación literaria, sea la del noventa y ocho, la del quince, la del veintisiete, la del treinta y seis, la del cincuenta, la del ochenta…, que ya han cristalizado, digamos en una docena de grandes nombres y obras, existen todavía en los cajones, otros autores y autoras, con sus obras, metidas en sus vientres de sus despachos o de los ordenadores, y que se deberían recuperar, y estar al lado de esos grandes, o al menos ser secundarios…? ¿Por qué no buscan los especialistas, quizás, personas y obras, que todavía existan, en los rincones, en todos, de esta Península Ibérica, quizás, quizás en cualquier pueblo, en cualquier barrio de la gran ciudad…?
¿O acaso es que no interesa la reevaluación, la rebaremación, el reanálisis, la recuperación de obras y autores, aunque sea para indicar que existieron o existen, para elevarle su categoría cultural…? ¿Son los que ya están y no pueden estar otros, y esto en todos los campos de la cultura…?
– Toda la historia se puede sintetizar y resumir, que con la razón y el saber ortodoxo de cada época poner límite a la irracionalidad y a la irracionalidad. Eso es todo.
El de Portoplano pensaba que estamos en una tormenta enorme de angustia que recorre la civilización, quizás porque demasiados seres humanos han olvidado las convicciones metafísicas que durante siglos han sido el pilar y el fundamento de cada ser humano y de la sociedad. Con el Buen Dios el ser humano respira mejor, sin Él entra en crisis de distinto grado…