Encaje de bolillos

El encaje de bolillos es una tarea de costura tradicional, que se realiza sobre el armazón o almohadilla, llamado mundillo, de forma manual, para producir encajes, blondas, guipur y otras tareas que quedaron fuertemente tocadas con la mecanización de los telares.

En sentido figurado, elencaje de bolillos alude a la filigrana exagerada que realizan algunos actores para salir del paso o salir del atolladero. A veces soltando morcillas.

Y en sentido extremo, señala, a los ejercicios de difícil encaje y peor costura, que se realizan para convencer al incrédulo.

Ejercicios de persuasión cercanos al filibusterismo.

Así la actualidad nos depara como consistenteejercicio deencaje de bolillos, las declaraciones repetidas/desmentidas/rectificadas/consensuadas/anudadas/ del Ministro de Transportes, José Luís Abalos, en su encuentro nocturno en Barajas con Delcy Rodríguez.

Más cerca de nosotros la bolillería –no sé si se admite la expresión– se resuelve en clave de política municipal menor.

No es que la política municipal sea menor, pero a veces, sus protagonistas, la hacen menor.

Muy menor. Muy menor verdadera.

Así el debate promovido por el Grupo Municipal Unidas-Podemos en torno a la enseñanza de los bolillos y sobre la encomienda a que concejalía pertenece el portazgo del bolillo. ¿A Igualdad?, ¿a Cultura?, ¿a Participación?

El relato pormenorizado, que copio de este diario, no deja lugar a dudas de la enorme medianía del bolillo.

Al inicio de la actual legislatura, Unidas Podemos Ciudad Real, presentó una moción para que los cursos, actualmente impartidos desde la Concejalía de Igualdad, pasaran a ofrecerse desde otras concejalías más apropiadas. Estos cursos versaban desde yoga a pilates, pasando por encaje de bolillos, señala la formación en una nota de prensa”.

Ya en la anterior legislatura, Unidas Podemos, entonces Ganemos, presentó esta iniciativa sin que consiguieran los votos suficientes para sacarla adelante. Lo mismo sucedió cuando la volvieron a presentar la última vez. La propuesta no consiguió los apoyos suficientes, ya que contó con los votos en contra del PSOE y Ciudadanos”.

Sin embargo, aun habiendo votado en contra, con una intervención argumentando lo apropiado de que estas actividades se ofrecieran desde la Concejalía de Igualdad, durante la celebración del Consejo Local de la Mujer, el gobierno de Zamora y Masías “tuvo que rectificar” y anunció el cambio de estas actividades de la concejalía de igualdad a la concejalía de participación”.

Recientemente, el equipo de gobierno ha anunciado que están ejecutando dicho cambio a través de la creación de una Universidad Popular.  Nos alegramos de que el equipo de gobierno haya entendido que este cambio era necesario, las actividades como yoga o encaje de bolillos son muy demandadas y necesarias, pero no tenían cabida dentro de la Concejalía de Igualdad”, ha señalado la portavoz de Unidas Podemos”.

Con lo cual, con la petición que la alcaldesa Zamora acaba de realizar a la Diputación de una Universidad Popular, queda resuelto el conflicto del encaje de bolillos.

Ya sabemos que durante años se apoyó la iniciativa de las Universidades Populares como alternativas formativas en el medio rural. O en aquellos casos de municipios con escasa oferta educativa.

Con finalidades más de mantener al cuerpo de docencia y aprendizaje que de titular, al carecer de atribuciones para ello.

Pero la sensación es que el interés inicial de las Universidades Populares– que cuenta con una trayectoria histórica bien visible– ha ido decayendo y perdiendo su perfil cultural por uno más artesanal y costumbrista.

Mas cercano a la Educación y Descanso del viejo sindicalismo vertical, que a las también franquistas Universidades Laborales.

Aunque esta si impartían docencia y titulación.

Cosas del pasado.

El problema, se me objetará, no es de contenidos –que rozan las actividades artesanales, el mundo recreativo y el entretenimiento activo de adultos– sino de denominaciones y de resultados.

Baste ver el enlace de la web de la Diputación Provincial, donde se nos indican los objetivos de ese universo rotulado con la imponente expresión de Universidad.“Y por eso uno de los objetivos iniciales de las UUPP es aprender a aprender, sin otro interés ni meta que la satisfacción personal y la felicidad que la misma provoca”.

Lo dicho Educación y Descanso.

Y de aquí arranca, sorprendentemente, el alegato municipal en defensa de su solicitud para el próximo curso – “el Ayuntamiento de Ciudad Real concurrirá a la Convocatoria de subvenciones de Diputación Provincial de Ciudad Real para la concesión de ayudas para la puesta en marcha de Universidades Populares durante el ejercicio 2020”–.

Y “Así, el Ayuntamiento de Ciudad Real pretende potenciar las actividades de educación no formal, para el uso constructivo del tiempo de ocio, acciones de formación y mejora de la salud, que son muy demandadas por la ciudadanía, a través de esta Universidad Popular. Actividades que hasta ahora se venían realizando desde la Concejalía de Igualdad, y que, en virtud de lo aprobado hoy, pasarán a la Concejalía de Participación Ciudadana”.

Habrá quien desde este razonamiento esbozado pregunte el sentido de la Universidad Popular de Ciudad Real, cuando contamos –no sólo con centros y estudios universitarios y ciclos formativos de FP– sino con el Centro de Educación de Personas Adultas Antonio Gala, con la Universidad de Mayores José Saramago y con otros ámbitos asociativos y culturales que se superponen con la naciente Universidad Popular de Ciudad Real.

Una superposición que precisa por tanto de ese insustituible encaje de bolillos.

Periferia sentimental
José Rivero

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3 COMENTARIOS

  1. Lo cierto es que la historia de las Universidades Populares se sigue escribiendo, con más tecnologías y redes sociales, pero con la misma ilusión que las guió en sus orígenes: acercar la enseñanza, gratuita y de calidad, a todos los ciudadanos y ciudadanas, desde aquel 8 de marzo de 1903 en Valencia, impulsada por sectores republicanos…… 

  2. En el caso de Puertollano, Pepe, doy fe del enorme beneficio social de la UP que, creo, llegó a dirigir Alfonso González Calero durante su estancia laboral aquí. Yo mismo asistí a cursos de dibujo por el mero placer de hacerlo, pero fueron sobre todo las mujeres las que se apuntaron con un entusiasmo inusitado. Hubo casos de maridos que se negaban a que sus mujeres se apuntaran a un curso porque eso, de alguna manera, las liberaba de las «obligadas» tareas del hogar. DE algún modo la UP las emancipó un poco. Los barrios de Puertollano se dinamizaron de forma exponencial. Eran otros tiempos, claro. Puede y es un dato a tener en cuenta que en la capital y sobre ese generoso tapete formativo que se ofrece, la futura UP sea una «bolilla» más de la bolillería a encajar en el paño, pero ¿no es mejor una atractiva celosía bien hilada que un vulgar paño de cocina? Nada que ver con la Educacíon y Descanso del régimen que las fundó.aunque, en efecto los tiempos y los gustos han cambiado, pero fíjate aunque fuera solo por la preservación de la artesanía y las costumbres, ya estaría justificada la Universidad Popular de Ciudad Real. Buen día. Te leo.

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