Santos G. Monroy.– En aquellos años Puertollano era una ensenada para los náufragos de la noche, y en verano uno se descubría a pie de barra como un grumete en un barrio portuario, cantando al ron y a las estrellas. Los chiringuitos disparaban fractales láser sobre las peñas del cerro de Santa Ana, y la laguna de las Pocitas devolvía un efluvio marino a las caricias de amores furtivos.
A principios de los noventa los chiringuitos de Puertollano eran el no va más de la región, y entre hits bakalas y powerdance sonaba invariablemente el “Chiquilla” de Seguridad Social para delirio de aquella juventud de camisas floreadas en un desfase de madrugada. Fueron los años gloriosos de la banda de José Manuel Casañ, una de las que mejor han sabido sintetizar la esencia del rock y del punk con lo más cañí y sandunguero.
Agrupaciones mestizas de este calibre solo han existido otras tres en España: Radio Futura y su son cubano; Gabinete Caligari y su rock torero, y Manolo García y su ensoñación árabe. Por su parte, Seguridad Social recuperó la rumba y el pasodoble y lo agitó en lo más salvaje del ska, el reggae y el rock clásico. Era el suflé perfecto para una catarsis fiestera al filo del amanecer.
Comerranas, Quiero tener tu presencia, Acuarela… Un concierto de Seguridad Social es una reconciliación con la autenticidad de lo latino. Los directos de la banda conservan toda su potencia y frescura, salpicados de temas que revisitan aquellas fiestas del Puertollano noventero, cuando la insaciable aventura de la noche acababa en los patios de Almodóvar del Campo, en la disco de El Punto o en la decadente ruina industrial de La Fábrica.
Llegaba entonces la hora de regresar a casa, rumbo a la aurora, con los pulmones anegados en tabaco y el caminar un poco tarumba, como la rumba de Seguridad Social que a buen seguro sonará de nuevo en el Puertollano Winter Festival.
Ojalá vuelvan esos chiringuitos para el verano y quitar ruido por el centro, el ayuntamiento recibiría ingresos por los alquileres de los chiringuitos,se podrían construir con los planes de empleo de la diputación,con autobuses búho por las noches y evitar que gente bebida coja coches,en resumen dar vida y ocio al pueblo.
Ya en aquella época los hicieron desaparecer, primero fueron los del paseo y con el paso de los años también los del recinto ferial, al parecer hacíamos mucho ruido y los señoritos del turno de las 6 de la mañana no descansaban como era debido. Siempre ha sido mejor ver a nuestros hijos coger los coches un sábado por la noche para salir del pueblo. Qué pena, todo lo hacemos al revés. No sabéis la vida que le daban esos chiringuitos al paseo, ojalá vuelvan algún día y nosotros sepamos respetarnos unos a otros.
Sabes pues si la gente que madrugamos a las 6 y emcima en fin de semana se agradece descansar o quieres que cuando tu duermas vayamos a despertarte..
Se podría hacer todo en el recinto ferial que no hay casas cerca, pero es mucho mejor atascar la calle Numancia y alrededores de adolescentes y cincuentones con el síndrome de Peter Pan los fines de semana a que se meen, vomiten y caguen en los portales, dónde va a parar.
Vamos a ver falton, si se quitaron del recinto los chiringuitos era por que molestaba a las personas de las 600, o acaso las personas que viven en esa barriada, son de segunda, y los q viven en el centro sois o somos de primera?
Y te corrijo, los cincuentones no es q tengan el síndrome de peter pan, simplemente salen a divertirse y a tomar algo, o también hay una edad para eso?
A lo mejor usted está en casa porque le tienen prohibido salir, y eres de los típicos que sales un día en navidades, te tomas dos copas, y terminas liándola.
Venga amargati, intenta ser feliz
Un abrazo
Le ha faltado un «váyase a vivir al campo…», claro que si guapi, un besi.
Bueno, lo que sí es seguro es que existió una ‘Chiquilla’ que inspiró la mítica canción que consagró a Seguridad Social: la que, al final, se convirtió en la novia de José Manuel….
Hermoso, y quién es ese tal José Manuel?
Si Santos era precioso cuando pasaba por los patos para ir a entrenar al campo de futbol con 10 añitos y me encontraba con jeringuillas por el camino. Esta parte no la conocias? O eras tu uno de los que dejaba esos juguetitos para que un niño se pinchara?
Las jeringuillas también estaban en la plaza del Gongo y no eran culpa de los chiringuitos sino de una época que coincidió con los coletazos de la movida y el comienzo de la ruta del bacalao.
No había tanta falta de respeto como hay hoy en día,lo que se permite hoy no se permitía antes,ahora tenemos más discotecas que en la costa,y sigamos así,ciudad para invertir,ciudad a para vivir,y una mierda.