Carlos Barraquete.– En un escenario como FITUR, donde los grandes destinos nacionales e internacionales despliegan sus encantos turísticos, la antigua y auténtica comarca, más unida que nunca, se abre paso para dirigirse a aquellos que quieran disfrutar de un destino diferente.
Lo primero que te sorprenderá será la belleza de su entorno, sencillo, apacible e intenso. Un mar grande de tierra cuarteado por bellos colores y repleto de matices.
A partir de aquí, podrás recorrer la comarca en compañía de amigos inolvidables; de personajes universales como don Quijote y Sancho; de autores de la literatura como don Francisco de Quevedo, Jorge Manrique o Lope de Vega; de beatos y santos como Santo Tomás de Villanueva; de pintores y artistas como Fernando Yáñez de la Almedina; de humanistas como Bartolomé Jiménez Patón, de personalidades históricas como el rey Justiciero, llamado por sus enemigos el Cruel, Pedro I de Castilla, muerto en duelo con su hermano a los pies de nuestro castillo de la Estrella en Montiel.
Pero en esta ocasión, el Campo de Montiel se presenta ante el viajero ofreciendo su cara más divertida, a través de sus fiestas. Una importante selección de eventos festivos y culturales que funden Cultura, Historia, Tradición y Gastronomía, para hacernos vivir experiencias únicas, divertidas e inolvidables
La Borricá, Montiel Medieval, Las Bodas de Camacho, las Jornadas Ibero Romanas, la Semana de Zarzuela, el Festival de Música Clásica, La gran Fiesta del Pimiento, los Encierros de San Miguel, La Ruta de los Patios, las Hogueras, Romerías, Conciertos, folklore…, estas son solo algunas de las fiestas y eventos culturales a los que puedes asistir en la Comarca del Campo de Montiel.
Un total de 38 eventos distribuidos a lo largo de todo el año para que, cualquier mes, cualquier momento sea bueno para emprender nuestra aventura.
No hay grandes hoteles ni cadenas hoteleras.
Allí tenemos alojamientos con encanto y trato afable.
No encontrarás las grandes cadenas de restauración que nos encontramos en todos los lugares.
Hay bares, cafeterías y restaurantes únicos.
No hay muchas franquicias, las que invaden todos sitios, ni grandes avenidas en las que practicar el shopping.
Hay pequeños comercios, cercanos, singulares y serviciales.
No hay muffin, hay deliciosas magdalenas y productos de horno.
No hay fast food, hay buen queso, buen aceite, vino, pisto, cordero…
En definitiva, 400 años después… No hay molinos. Hay gigantes.
Queridos amigos… las fiestas del Campo de Montiel son en este caso, la excusa perfecta para realizar el viaje, pero más allá de lo festivo, de lo cultural, de lo histórico… nos encontraremos con destino auténtico, que se conserva en estado puro, con pueblos que aún saben a pueblo, en los que el principal protagonista es el silencio, roto a veces por sus gentes y por estas fiestas a las que, desde este mismo momento, estáis invitado.