Decía Igor Stravinsky que “La facultad de crear nunca se da sola, va acompañada del don de la observación”. La fantasía y la imaginación son propios de todos los seres humanos.
Cualquiera podría inventar una coplilla, o un cuento para que un niño duerma; podría diseñar o decorar una estancia … podría “re-crear” o imitar situaciones que haya observado antes.Cuando un problema se convierte en un reto, la creatividad es necesaria para darle solución. Pero no se puede magnificar la cuestión: la creatividad es cuestión de actitud y capacidad. Como además, la realización de una creación artística, por sencilla que sea, requiere un mínimo de habilidad y conocimiento técnico, las producciones de calidad, o las profesionales, son limitadas. Aun así, la creatividad nos enriquece como personas, y por eso merece la pena estimularla, ya sea como artista o como espectador – que es quien en última instancia deberá comprender la obra con todas sus consecuencias.
La obra artística es consecuencia de las múltiples decisiones que uno va tomando en cada momento del acto creativo, en total libertad. Por eso, pertenece al rincón más íntimo de las personas, aquel que nada ni nadie puede invadir. No obstante, la obra artística resulta estéril si nadie más que el artista la contempla: necesita un público. Y para ser comprendido por el público, debe observar los códigos convencionales, comunes. Puede ser que el artista se encuentre cómodo con dichos códigos, o puede que no del todo. Sin embargo, la libertad creativa es un concepto difícil de conducir, pues siempre hay condicionantes, básicamente de dos tipos: de comunicación, y de estilo y técnica. Ahí se halla la raíz del conflicto, del dilema del artista: renunciar a su propia identidad por complacer al espectador, o intentar complacerle igualmente proponiendo algún tipo de alternativa. Éste es el principio de la actitud transgresora del arte, que muchos artistas han podido intuir, pero que no han tenido la capacidad de materializar. Eso es justamente lo que revela al genio, aquel que puede vislumbrar la manera en que el arte puede evolucionar, y además es capaz de materializar magistralmente. Convierte la verdad en belleza (aunque manifieste el mayor de los horrores), y su actitud constructiva se fundamenta en la bondad. Por eso, cuando la transgresión es puro nihilismo, no es arte, es pose. Por eso, cuando el espectador identifica el arte moderno con el espanto, lo que sucede es que el espectador no entiende los códigos necesarios para valorarlo. No se trata, pues, de que el arte sea exclusivo, elitista, sino – como decía al principio – de educar al público. Al fin y al cabo, las obras de arte reflejan de un modo u otro al ser humano y a su entorno.
Genios como Miguel Angel, Velázquez, Goya, Beethoven, Frank Lloyd Wright, etc. fueron plenamente conscientes de que el valor de sus obras iba más allá de la inmediatez del encargo. Las relaciones del genio con la de aquellos a quienes puede servir, nunca fueron fáciles. Han tenido que pasar muchas cosas para que dejasen de ser tratados como artesanos, para ser considerados como artistas libres e independientes; entre ambas definiciones hay un matiz que las diferencia, no ya sobre el tipo de objeto, sino sobre el trasfondo de dicho objeto. El artesano es un oficial, el artista es un oficial creador.Antonio Buero Vallejo, en su obra Las Meninas, hizo un retrato de aquel retrato, a partir de las tensiones que mantuvo el pintor con la Corte de Felipe IV, y su reconocimiento como caballero de la Orden de Santiago. Hay un trasfondo permanente en las obras de Buero – el dilema ético entre medrar y comprometerse – ya reconocido en su tiempo, que le han convertido en un autor clásico.
El arte cumple una función social, y el artista debe ser plenamente consciente de ello: no es solo ocio recreativo, sino manifestación del Pensamiento. El arte empuja a la evolución del Pensamiento; y en consecuencia, los artistas que colaboran en esa evolución, desde su libertad de expresión y de pensamiento, deberían ser respetados en la medida en que contribuyan a dicha evolución. Más que dar respuestas, plantean cuestiones para que el espectador reflexione sobre ello, e indague en su intimidad ¿Y qué Pensamiento reflejan los artistas de hoy en día? La diversidad, el estancamiento y la post-verdad.
Pares y nones
Antonio Fernández Reymonde
Ciertamente, la marca personal para un artista no es más que la huella que pretende dejar en el cerebro de los que consumen su obra……
«Por eso, cuando la transgresión es puro nihilismo, no es arte, es pose» Yo no lo hubiera escrito mejor
Hablemos de cosas importantes y más cercanas a la gente:
El Aeropuerto de Ciudad Real y la empresa JAS inician una nueva línea de negocio de reciclado de aviones.
Una gran noticia parra la provincia y para el presente contínuo de muchas personas, que podrán desarrollar su actividad profesional en esta actividad.
Justo hoy, en Teruel (que también existe), se ha dado la noticia de que van a construir el segundo hangar más grande de España, para pintura de naves, que duplicará hasta 400 los empleos actuales de dicho aeropuerto.
O sea que incluso ya hay competencia nacional en este sector. Pero no dudo de que hay mercado, para ambos aeropuertos, en este negocio.