José Andrés Gallardo hace un recorrido fotográfico por los restos de lo que fue la antigua cárcel de Herrera de la Mancha en Manzanares en una exposición que se puede contemplar en la Casa de Baños de Puertollano hasta el 30 de diciembre de la mano del Club Manchego de Fotografía.
Gallardo exploró los restos de la primera cárcel de Herrera, antigua granja agrícola penitencia, construida en los años sesenta y abandonada en los noventa del siglo pasado, albergó pabellones, una iglesia, una escuela, cocinas, viviendas e incluso una pequeña estación de ferrocarril.
Finalizada su actividad, comenzó el lento deterioro y el rápido saqueo, siendo finalmente sus paredes usadas como lienzos por los artistas urbanos de la zona; hasta que todo se demolió en 2018. Hoy, las fotografías son el único testimonio que permanece de su existencia y de la metamorfosis de aquel espacio, conforme al tiempo y a las personas que en algún momento lo transitaron y dejaron su huella.
El ojo del artista compone incluyendo varios elementos: desde la arquitectura del lugar a los grafitis de las paredes, pero también nos muestra el saqueo en busca de metales, los destrozos y grietas en las paredes o el desmoronamiento de los tejados, incluso la basura y las latas de bebidas acumuladas, restos de alguna fiesta juvenil clandestina.
José Andrés Gallardo, licenciado en Derecho y graduado en Bellas Artes por la UCLM en 2017, con la perspectiva que otorga inevitablemente la madurez, nos habla con su trabajo fotográfico de la transformación y del paso del tiempo, de la lenta pero inexorable decadencia nuestra y de las cosas que nos rodean.