Jesús Millan Muñoz.- Todo autor plástico debe conocer algo del mundo del mercado del arte. Hoy, diríamos que existen según los especialistas cuatro modos de inversión en arte: Compra de acciones de empresas del arte, fondos de inversión en arte, crowdfunding de arte, compra física o material de la obra de arte.
– Debo indicar que no soy un conocedor o especialista en esta materia, pero como articulista debo abordar algo de este tema.
La historia de los fondos de inversión en arte, se remontan, aunque con otro nombre, a principios del siglo veinte, pero se considera que el primer fondo de inversión en Arte, es de 1974 cuando la British Rail Pension Fund, invirtió una parte de sus fondos económicos en comprar más de dos mil objetos artísticos, tuvo un coste de de tres millones cuatrocientas mil libras, y una proporción del 2,9 % del capital que disponían.
A los diez años aproximadamente, se puso en venta, una gran parte de los objetos artísticos, consiguiendo una venta de 35 millones de libras. Lo cual, es obvio y evidente la ganancia.
– Por otro lado, según Nicolás Galley, en el País, 11 febrero 2012, indica que existen unas doscientas galerías que “fabrican” a los artistas, y de ellas treinta que lo deciden todo.
Si tenemos en cuenta, que existen, posiblemente docenas de miles de galerías de arte en el mundo, y existen cientos de miles de autores plásticos en el mundo, en estos momentos, se puede entender algo mejor lo que está sucediendo…
Ciertamente este experto en mercados artísticos mundiales, indica que existen otras dos realidades, que la mayor parte de obras de arte, se vende entre cinco y diez mil dólares. Pero, si es que lo he entendido bien, si un artista, a los treinta años, sus obras no han alcanzado el precio de cien mil dólares, entonces, entiendo yo, o añado yo, que “ese artista plástico, no llegará diríamos a los primeros ranking de la notoriedad mundial del arte plástico”. Expresa, que a un artista, no se permite que se reduzcan los precios, ya que supongo, añado yo, los precios están relacionados con el valor. Sino que, con otras palabras, se le deja caer, es decir, una manera del olvido artístico. En literatura se dice, el “purgatorio de los escritores”, que casi todos pasan, después de fallecidos, un olvido momentáneo o para siempre de su valor en el mundo estético y cultural.
– Se suele decir que las razones principales para invertir en arte, sea de uno de los cuatro modos que antes se ha indicado, tiene por lo general, las siguientes características entre otras: es una diversificación de otras inversiones, diríamos que las entidades que tienen arte elevan su producto y su empresa en distintos sentidos, revalorización con el tiempo en casi todas las tendencias y autores, suele ser un activo que no se deprecia tanto en tiempos de conflictos, puede tenerse las obras de arte en los domicilios particulares pero también en aduanas internacionales, suele ser un activo líquido o sirve para congelar diríamos el dinero y después materializarlo en la divisa que se quiera o pueda, se puede transportar y ser discreto en esos viajes en muchos casos, tiene una fiscalidad especial, los gobiernos suelen aceptar obras de arte en pago de impuestos de herencia y en otras ocasiones, pueden servir las colecciones de arte particulares como imagen del mecenas, no está sujeto al cambio de divisas, el disfrute estético y cognoscitivo que produce, el ascenso real o supuesto que supone tener obras de arte, etc.
– Debo indicar como modesto articulista de opinión, y como autor plástico que no se come ninguna rosca, en el lenguaje popular, no estoy en contra de esta forma de compra y venta de arte, en esta forma de inversión, porque entre otras razones, “todo el mundo estamos dentro de la burbuja de la técnica y la tecnología”, y éstas cuatro, formas, son sistemas tecnológicos económicos de comprar y vender arte. Diríamos que los cambios, a y en todos los sentidos, se producen, y el individuo, diríamos está en el oleaje de ese torbellino.
Pero es cierto, que este modelo explica muchas realidades del mundo del arte, y que un autor plástico, de los cientos de miles existentes en activo hoy, no entiende dicho mundo, aunque lleve en él décadas, si no comprende que la situación histórica actual de la compraventa del arte, y de la valoración del arte y por tanto, de sus estéticas, ha cambiado o se ha transformado. O dicho de otro modo, hubo un tiempo que compraba la Iglesia, otro tiempo la nobleza, y en esta última etapa, la burguesía. Y dentro de esta última fase, estamos en la situación actual de los grandes coleccionistas…
– Siempre he pensado o al menos desde hace mucho tiempo, que igual que existen macroempresas o multinacionales en todos los sectores. El arte terminará sucediendo lo mismo. Supongo que con el tiempo megaempresas artísticas, controlarán una gran parte del arte mundial. Supongo que este paso, todavía no se ha dado, pero resumiendo, serán “empresas que gestionarán la obra de cientos o de miles de autores plásticos, que venderán online, una gran parte de su producción, pero que también tendrán comercios físicos o materiales, de cientos de metros en docenas o cientos de ciudades, y también dispondrán de casas de subastas y sistemas de medios de comunicación, y conexiones con grandes museos, etc.”. Ciertamente, tendrán secciones de arte, de autores de todos los precios y valorizaciones, desde las más modestas a las multimillonarias y artistas, con la misma condición.
¿Qué falta o qué sucede que el mundo del arte todavía no ha terminado en esta evolución natural, como ha sucedido en el resto de los sectores económicos…?
Se han dado ya pasos intermedios, grandes galeristas que tienen galería física en todos los continentes, casas de subastas que son empresas que venden grandes obras, a veces, prestando parte del dinero, unos cientos de artistas mundiales, que se gestionan los precios y ventas, y se organizan sistemas de grandes exposiciones en grandes museos, etc.
Solo falta que fondos de inversión, empresas de casas de subastas ya con acciones, grandes galerías mundiales y algunos otros sectores converjan sus negocios, se pongan de acuerdo en crear una gran empresa del mercado artístico mundial, se divida en acciones y empiece a operar a y en todos los sentidos. Pero supongo que este proceso no tardará mucho tiempo en materializarse…
Todo está para que nazca ese concepto, que es simplemente una copia, del resto de sectores sociales y económicos, pero ahora aplicado al arte. ¿Lo veré yo, o todavía queda unos lustros o décadas…?
– Para terminar y, no cansar más, solo pediría al mundo artístico, que existen docenas de miles de autores plásticos, que sus obras, terminan destruyéndose y perdiéndose. Que al menos, las instituciones públicas y privadas, aunque esas obras apenas se les considere que tienen valor económico y estético, se conserven de forma material en centros documentales, se conserven, a menos en forma virtual, en archivos digitales, y que puedan ser consultados. Igual que se conservan en teoría un ejemplar de todo libro que se publica en cada país.
Estos miles o docenas de miles de autores, no van a hacer competencia, al actual sistema del mercado artístico, ni al futuro cuándo surjan esas multinacionales del arte por acciones. Pero al menos, una riqueza cultural no se perderá. Hoy que se recicla todo o así se quiere, “que el arte también se recicle, al menos se conserve, en forma de imagen fotográfico, en grandes Archivos Digitales de museos, fundaciones, etc.”. ¡Paz y bien…!