El editor Javier Flores, de Ediciones Puertollano, y la alcaldesa de la ciudad minera, Isabel Rodríguez, presentaron este jueves el nuevo número del anuario de Puertollano, que repasa los acontecimientos más destacados en el año 2018.
Rodríguez afirmó que “se están escribiendo nuevas páginas para el futuro de la ciudad y lo hacemos pensando en escribirlo con mejores datos con un proyecto ya consolidado con objetivos conseguidos, proyectando una ciudad más allá de una legislatura y será el legado de quienes nos sucedan”.
Así, la alcaldesa aseguró que Puertollano no se entiende sin su Anuario, que el 10 de noviembre cumple treinta años de andadura, y ya es tradición que las familias guarden un ejemplar del año que nacen sus hijos.
Escribir las mejores páginas
Asimismo afirmó que lo que le ocupa y preocupa en estos momentos es el «entusiasmo» del nuevo equipo de gobierno a su entrada al Ayuntamiento. La alcaldesa reconoció que está intentando escribir las mejores páginas para el Anuario del 2023. “Espero que el artículo que pueda escribir ese año como alcaldesa sea de una ciudad que ha cambiado, que se ha hecho mejor así misma, más amable y más accesible, y los datos estadísticos puedan verse mejorados en materia de inversiones, de creación de empleo y empresas. Es a lo que estamos entregados y a lo que nos dedicamos cada día”, dijo.
Entenderse en los asuntos importantes
Meses al frente del ayuntamiento, dijo la alcaldesa, «en los que nos hemos conciliado con una convicción democrática, es que es mejor entendernos en los asuntos importantes que forman parte de la ciudad y es parte también de la madurez democrática de nuestra ciudad, de hablar, de conversar y discrepar porque también la democracia lo es cuando no se comparten proyectos”.
Primi Ortega y Angel Parla en el recuerdo
El editor Javier Flores recordó que el anuario es fruto de un intenso trabajo de recopilación de información estadísticos, como sanidad, justicia, educación o deportes, que se combina con los principales hechos acontecidos a lo largo del año, como las pérdidas de dos nombres de la cultura local, Primi Ortega y Ángel Parla.