La Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y la Asociación Española de Asesores Fiscales (AEDAF) celebran hoy unas jornadas de análisis sobre los retos tributarios de la economía digital que pretenden dar respuesta a los desafíos que plantea un nuevo contexto de generalización de las transacciones internacionales.
La generalización de la economía colaborativa y de las plataformas digitales, con fórmulas tan populares como elmicromecenazgo (o ‘crowdfunding’) o la simple adquisición de un producto en Amazon, presenta dos grandes problemas en el plano fiscal: la eventual evasión de impuestos o, por el contrario, la doble tributación como consecuencia de la falta de armonización de los sistemas de cada estado en transacciones que ya son globales. Con el objetivo de debatir sobre estos desafíos y de arrojar algo de luz sobre sus posibles soluciones, la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) ha reunido a un grupo de expertos en materia fiscal, profesores universitarios, profesionales de la fiscalidad digital y responsables institucionales, como el delegado de la Agencia Tributaria en Ciudad Real.
Celebradas en colaboración con la Asociación Española de Asesores Fiscales (AEDAF) en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de Ciudad Real, las jornadas “Retos tributarios de la economía digital” han sido inauguradas por el vicerrector de Economía y Planificación, Manuel Villasalero; el delegado de Madrid y la zona centro de la AEDAF, Ignacio Arráez Bertolín; y el decano del centro universitario y responsable del encuentro, Juan José Rubio Guerrero. Éste último ha justificado la conveniencia de la iniciativa aludiendo a la preocupación que han expresado tanto la OCDE como la Comisión Europea sobre las lagunas en la tributación de los gigantes tecnológicos como Facebook, Apple o Google, e incluso de plataformas que comienzan a obtener beneficios jugosos del comercio internacional como Airbnb, Trivago o Wallapop. Rubio Guerrero ha recordado que la OCDE ha presentado un informe que debería ser ejecutivo a partir de 2020 sobre los cambios de los principios de fiscalidad internacional basado en los denominados BEPS (acrónimo de Base Erosion and ProfitShifting), es decir, las estrategias de planificación fiscal utilizadas por las multinacionales para aprovecharse de la disparidad de los sistemas fiscales nacionales e incluso de las lagunas existentes en algunos de ellos. El profesor considera que esta propuesta precisa de “un análisis más realista de sus efectos” y que debería ser sometida a “más consultas” si va a transformar la fiscalidad internacional.
Por su parte, el delegado de Madrid-zona centro de AEDAF ha insistido en la relevancia de estos eventuales cambios en la tributación de la economía digital para el conjunto de los ciudadanos, que son los que hacen uso de las nuevas fórmulas de economía colaborativa y de las plataformas digitales. “El reto está en que no queden zonas de evasión y, a la vez, que estas nuevas formas de economía no se vean sometidas a una tributación excesiva, a una doble imposición, o que no se vean discriminadas con respecto a la economía tradicional”, ha manifestado.