V.G, uno de los acusados acusado de dar una paliza a un hombre en las inmediaciones del bar ‘El Calvario’ de Pedro Muñoz (Ciudad Real) ha admitido que se peleó con I.C. pero que fue «en defensa propia» y que no le dio «todos esos golpes y esas patadas que dicen».
Ha mantenido su teoría de que I.C. se cayó hacia atrás y que esta fue la causa del traumatismo craneoencefálico que le han acarreado supuestamente graves secuelas al denunciante.
Así lo ha explicado en el derecho a la última palabra en la sesión final de un juicio que ha quedado visto para sentencia y que se ha celebrado este miércoles en la Audiencia Provincial de Ciudad Real.
El otro acusado, y ejerciendo este mismo derecho, ha vuelto a negar su participación en la pelea a pesar de que varios testigos lo situaban dándole patadas a la víctima la noche de los hechos. «No tiene sentido que yo me quedara allí cuando llegó la policía si hubiera hecho algo», ha explicado una vez más.
«ES CASI MILAGROSO QUE ESTÉ VIVO»
Los forenses han sido contundentes en sus conclusiones sobre las lesiones de I.C. «Es casi milagroso que esté vivo», y han corroborado como «sufrió traumatismos craneales muy graves, que le han provocado daño neurológico y perdida de un oído», a consecuencia de «impactos múltiples, de gran intensidad, compatibles con patadas que le provocaron fracturas óseas, de hecho estuvo en coma mucho tiempo», desmontando así la tesis de la defensa de la caída fortuita que han mantenido los dos acusados hasta el final.
Un papel fundamental para que I.C. continúe con vida la tiene la Policía Local de Pedro Muñoz, según han corroborado los forenses que han admitido que «sin asistencia médica hubiera muerto». Los propios agentes han contado que tuvieron que retenerle hasta que llegara al UVI Móvil, ya que cuando llegaron al lugar de la pelea se levantó, «tenía síntomas de ir bebido, y sangraba por el oído y la nariz, pero se quería ir a su casa; no quería denunciar a nadie».
Un hombre que casualmente pasó por la puerta del bar El Calvario y vio a dos chicos pegando a otro que estaba en suelo y a un tercero intentado separarlos, ha sido el testigo que ha contado al tribunal como ahuyento a los agresores cuando desde el coche que conducía y en el que iba acompañado de otras dos personas, les grito: «¡No le peguéis más!».
«Yo no les conocía de nada», ha insistido este testigo que en su momento fue el que más detalles dio, junto a sus acompañantes, sobre la vestimenta y el aspecto de los acusados, pero tras pasar cinco años, ha sido más vago en su descripción.
Así, la Fiscalía se ha mantenido en su petición de 10 años de cárcel para los dos acusados ya que ha considerado suficientemente probado la participación de ambos en la pelean y que son responsables de las graves secuelas de la víctima, incapacitado para trabajar. «La prueba de cargo es abrumadora», ha asegurado en el caso de V.G.
La acusación particular, por su parte eleva su petición de condena hasta los 12 años de prisión para ambos por la «violencia gratuita y el ensañamiento en los golpes» que emplearon contra I.C., por una tontería, en referencia sobre la causa de la discusión, que al parecer fue porque la víctima habló mal a una camarera conocida de uno de los acusados.
LIBRE ABSOLUCIÓN O LESIONES SIMPLES
Las defensas se han agarrado a la falta de precisión en sus declaraciones de los distintos testigos para pedir la libre absolución, o en caso de condena que se aplique un delito de lesiones simple del Código Penal, que no implique unas penas tan elevadas frente a la petición de un delito un delito de lesiones con pérdida o inutilidad de un miembro u órgano principal, tal y como ha calificado las acusaciones.
Por su parte, el abogado de I.L. ha pedido la libertad provisional para su defendido ya que se encuentra en prisión por dar un nombre falso y marcharse a trabajar a otro país, El letrado ha insistido en que no hay una sola prueba de cargo contra este hombre.