Cerca de 30 personas, procedentes de diversos municipios castellano-manchegos, participaban en la cata de aguas que tenía lugar este fin de semana en la Escuela de Catadores de Campo de Criptana, organizada por Aquona y el Ayuntamiento de la localidad.
La Escuela de Catadores de Campo de Criptana acogía por primera una cata de aguas, una cita que despertó el interés y la curiosidad de las cerca de 30 personas que se trasladaron hasta estas instalaciones para conocer de primera mano cómo es el agua de Campo de Criptana, así como sus características organolépticas.
Durante la cata de aguas, los asistentes cataron cuatro tipos de aguas de las que tenían que apreciar y puntuar su sabor, su olor, su color y su apariencia, para después descubrir qué agua era la que habían probado. Además de la propia cata de aguas, se genero un momento de debate espontáneo en el que el personal organizador de las catas respondió cuántas preguntas surgieron sobre la propia cata de aguas, o las características del agua en Campo de Criptana.
Un evento, con gran aceptación por parte de los participantes, que no dudaron en mostrar su satisfacción por este tipo de iniciativas sostenibles, como así quedó reflejado en las encuestas realizadas tras la cata de aguas.
Con las catas de agua, además de informar sobre la procedencia del agua del grifo y las cualidades y sabores del líquido elemento, se contribuye a fomentar el consumo de agua del grifo para su desarrollo sostenible. Con estas acciones, Aquona y el Ayuntamiento de Campo de Criptana impulsan el Objetivo de Desarrollo Sostenible 12 “Producción y Consumo Responsable”.
Los controles del agua del grifo son los más estrictos, el agua del grifo no genera residuos plásticos, su huella de carbono es más pequeña, es más ecológica, y es entre 500 y 1.000 veces más barata que las aguas embotelladas.