Luis Mario Sobrino Simal.– Madrileña de nacimiento y saharaui por acogida, Conchi Moya combina magistralmente varias tendencias que abarcan desde el rock y el underground hasta el activismo social pasando por la literatura, la poesía y la radio. Pero son el Sahara, sus gentes y su causa uno de los temas que más fuerza emocional tienen en su obra y quizás el motivo más importante en su lucha cotidiana.
“Las acacias del éxodo”, que presenta este sábado a las 12 horas en el Museo López-Villaseñor, es una breve visión, amena y profunda de la situación histórica que vive el pueblo saharaui desde la colonización española a finales del siglo XIX.
Es una reivindicación literaria, de un territorio invadido, traicionado y saqueado. Pasado, presente y futuro (Inch Allah) del pueblo saharaui se dan cita en los 24 relatos cortos que componen esta obra de la escritora, periodista, activista y artista.
Pregunta.- Mañana sábado presentas esta obra en Ciudad Real, a las 12, en el Museo “López Villaseñor”. Vamos a hablar un poco de ella. En `Las Acacias del Éxodo” has tratado de acercarnos al día a día y a las experiencias del pueblo saharaui en diversos momentos, aunque haces especial hincapié en esa etapa dramática que supuso la inacción española y la ocupación por parte de Marruecos y Mauritania. ¿Es correcto?
Respuesta. – Así es, he intentado reflejar lo que se oculta en España. En diferentes gobiernos tanto del PP como del PSOE, ha habido ministros han negado la responsabilidad de España en el tema de la descolonización. Por el contrario, España es aún la “potencia administradora del territorio”, figura esta reconocida por la ONU, organismo internacional que por cierto denomina a Marruecos como “potencia ocupante”.
P.- Nombras a la ONU. ¿Qué papel ha tenido este organismo en todo este tiempo?
R.- El problema está en los países con derecho a veto como es Francia y su apoyo a Marruecos. En este sentido cualquier avance o resolución que se quiera hacer en favor de los saharauis, Francia lo frena. Francia es el principal valedor del ocupante marroquí. Por tanto, mientras no haya una ONU en la que todos los países cuenten igual y no haya ninguno que tenga derechos a veto, pues por desgracia no se puede hacer nada. En este sentido la ONU tiene la tarea pendiente de realizar un Referéndum de Autodeterminación desde el año 1998 que fue en año en que se suponía que se llevaría a cabo el citado referéndum y a fecha de hoy aún se está a la espera.
Existe una misión de paz en los territorios que es la MINURSO – Misión de Naciones Unidas para el referéndum en el Sahara Occidental y ni siquiera tiene competencias para vigilar los derechos humanos en territorio ocupado. Podéis imaginar la labor de la ONU en estos territorios ahora mismo. Nula.
P.- ¿Por qué crees que existe aún mucha falta de información objetiva sobre este tema en nuestro país y en esa otra parte del planeta que autoproclama con cierta soberbia ser el “primer mundo”?
R.– Hay muchos intereses de por medio. Ya he comentado que la ONU admite que Marruecos ocupa el Sáhara, pero no hace nada y se tapa y oculta cualquier información sobre este tema. Cuanto menos se sepa mejor… Se necesita tapar que Marruecos es un país invasor que expolia y explota los recursos naturales saharauis, violando sistemáticamente los derechos humanos de la población saharaui con palizas, torturas, detenciones, asesinatos, encarcelamientos, ahora mismo tenemos presos políticos saharauis con penas de cárcel que incluyen cadena perpetua.
P.- Y hablando ya de tu libro, algo que destaca es la importancia y el protagonismo femenino desde el principio de la travesía hasta nuestros días. La mujer saharaui sigue teniendo un papel esencial en la comunidad en todas las facetas de la vida. ¿Hay matriarcado?
R.- En cierto modo sí, pero es debido a su propia cultura. La mujer siempre ha tenido un papel muy importante en la sociedad saharaui. La igualdad se da en muchos niveles de la vida. La escolarización es obligatoria por igual para niñas y niños. Hay mujeres saharauis que ostentan cargos importantes en el gobierno y la administración, como ministras, parlamentarias, alcaldesas; hay parlamentarias saharauis en la Unión Africana, organización de la que la República Saharaui es miembro fundador. Es una sociedad matriarcal porque desde tiempos remotos las mujeres eran las “dueñas” de las jaimas mientras sus maridos iban con los camellos nomadeando en busca de pasto. En los campamentos, mientras los hombres estaban luchando en la guerra, ellas fueron las constructoras y administradoras de los campamentos. Esto no quita que la mujer saharaui tenga que luchar contra un tipo de machismo que también existe y estén inmersas en su propia revolución feminista.
P.- El libro que vas a presentar es cortito, se lee muy bien y abre los ojos a una causa que sufrió un genocidio no muy conocido por el común de los mortales…
Abre también los ojos a conocer la modernidad cultural que adoptó una parte de aquella generación saharaui que vivió la década de los 60 y los 70.
¿Crees que se mantiene ese espíritu de modernidad y curiosidad intelectual entre la juventud saharaui?
R.- Efectivamente los jóvenes saharauis de aquella época vivieron también los grandes cambios culturales y de todo tipo que se experimentaron en esas décadas, con acontecimientos como la guerra del Vietnam, las revoluciones en América Latina, las descolonizaciones africanas, etc. La música de grupos como The Beatles, The Rolling Stones, Led Zeppelin, Pink Floyd, etc., marcaron a los jóvenes de una generación. El saharaui son un pueblo curioso, estudioso y muy formado y eso se mantiene en la juventud actual. También es cierto que no son las mismas las vivencias del joven que se queda en el campamento que la que tiene el que viaja a Europa o el que estudia en Argelia o Cuba. Son casos distintos.
P.- Efectivamente llama la atención en la lectura la presencia de la música que abarca desde lo tradicional a lo más moderno. En tu libro aparecen nombres como Mariem Hassan, Aziza Brahim, Estrella Polisaria o Tiris, también otros con estilos más modernos como el rapero Yslem, hijo del desierto o Kamal.
¿Qué papel o misión tiene la música, como alimento espiritual, en la vida diaria de los y las saharauis?
R.- El tema de la música ocupa el último capítulo del libro y está dedicado como dices a la música saharaui y sus intérpretes. La música tuvo un papel importantísimo como en cualquier revolución, a través de canciones, himnos, consignas, etc., que animaban y espoleaban la lucha anticolonialista y emancipadora. Mariem Hassan, que falleció en 2015, ha sido una de las grandes embajadoras de la causa saharaui a través de su música, en muchos países llegando al nº 1 de muchas listas de música étnica. Todos estos intérpretes apuestan por la revolución a través de la cultura.
P.- Y ya para finalizar esta agradable y motivadora charla, aparte de agradecerte de nuevo estos minutos “robados” de tu tiempo, sabes que en Ciudad Real se organizan desde hace años las “Vacaciones en Paz” gracias a la estrecha colaboración entre entidades civiles y ONG, trayendo niños y niñas a esta ciudad para que disfruten unos días del cariño de las familias de acogida en paz.
¿Qué opinas de estas iniciativas?
¿Qué le pedirías a las personas solidarias de Ciudad Real en la causa saharaui?
R.- Vacaciones en Paz lleva realizándose desde hace unos 40 años y es una buena iniciativa pues por un lado les viene muy bien a los niños por motivos de salud y de escapar de las temperaturas infernales del verano en los campamentos. Por otra parte, sirve para que conozcan de primera mano cómo se desarrolla en normalidad la vida cotidiana lejos del exilio. Imagínate los estrechos lazos de unión de familias españolas con saharauis a raíz de la experiencia con estos niños de acogida. Ya hay familias que tienen “nietos”, aquellos niños ya han sido padres. Los niños son los mejores embajadores de la causa. Los padres que los traen de vacaciones deben tener muy claro que vienen en acogida de verano, no en adopción pues estos niños deben volver a sus raíces que dentro de las lamentables condiciones en que viven, allí tienen su casa y sus familias. Y que sepan que estas acciones solidarias no son caridad, si no otra cosa.
Y también decir, porque hay que decirlo y no tener miedo, que estos gestos hacia los niños no dejan de ser también gestos de apoyo a la causa del pueblo saharaui en su lucha por la libertad.
En el Sáhara Occidental todavía hay mucho miedo al feminismo como casi en todas partes del mundo….
Si cierto gobierno…hubiera hecho BIEN sus deberes descolonizadores…ahora no estariamos como estamos.