José Sanchis Sinisterra, es uno de los autores vivos más representados y de los más influyentes en las nuevas generaciones teatrales. El próximo día 12 de octubre y en el marco del XIII Festival Internacional de las Artes Escénicas de Calzada de Calatrava, recibirá un más que merecido homenaje por su trabajo, que, en palabras del director artístico del festival, Luis Molina López “hay sobradas razones para que el Festival Internacional de las Artes Escénicas de Calzada le rinda este homenaje que sin lugar a dudas merece”.
Molina López asegura que “la mejor definición de José Sanchis, es la de trabajador constante, con claridad de criterio y es, sin lugar a dudas, uno de los hombres claves en el movimiento teatral de Iberoamérica”.
El creador de ‘Ay, Carmela’, ‘El lector por horas’ o ‘El cerco de Leningrado’ es uno de los autores más premiados y representados del teatro español contemporáneo y un gran renovador de escena española, siendo también conocido por su labor docente y pedagógica en el campo teatral. Vinculado al estudio y a la enseñanza de la literatura, ha reivindicado siempre la doble naturaleza –literaria y escénica– del texto dramático. Además de sus obras, en su faceta de investigador y divulgador, Sanchis Sinisterra ha escrito numerosos artículos sobre teatro y participado en diversos coloquios y congresos dedicados al arte dramático.
Ha recibido numerosos premios entre ellos: Premio Max de Honor (2018), Premio Nacional de Teatro (1990) y Premio Nacional de Literatura Dramática (2003), también ha fundado espacios teatrales de referencia en España, entre ellos: La sala Beckett en Barcelona y La Corsetería en Madrid.
A partir de los años 1980 Sanchis Sinisterra cruza con frecuencia las fronteras entre los géneros narrativo y teatral creando dramaturgias a partir de obras de autores del siglo XX, como James Joyce, Julio Cortázar y Franz Kafka; pero también a partir de autores del Siglo de Oro español.
Sanchis Sinisterra defiende la necesidad de acercar el teatro a otras artes o a la ciencia y participa de la defensa de lo que este autor denomina una «teatralidad menor»: un tipo de teatro muy distinto al espectacular y comercial.
