Jesús Millán Muñoz.- Stephen Vizinczey, en el diario El País del domingo 29 de octubre de 1989, publicó un artículo que tituló Los diez mandamientos de un escritor.
Teniendo como excusa dicho escrito, me atrevo a ofrecer una serie de consejos a los escritores, pero también adaptados a cualquier persona o autor de cualquiera de las artes o de los saberes ortodoxos existentes. En algunos puntos coincidiendo con dicho artículo:
1. Ten una formación, oficio, profesión con el que te puedas honradamente ganarte la vida.
Compagina el estudio y la formación de esa profesión con tu interés o vocación, en la escritura o en la pintura o en el arte o saber que sea.
Esto es esencial, solo quizás el uno por ciento de personas que se dedican a la escritura, pueden vivir de ello, quizás los porcentajes cambien de un país a otro. Si tienes un oficio o profesión del que puedas vivir, podrás dedicar más tiempo y con más sosiego a la escritura o al arte que sea. Podrás vivir más tranquilo, y además tendrás más libertad de innovación y creación.
2. No dejes de tener o fundar una familia, porque seas un escritor o pintor o autor. Una familia es esencial, para el ser humano, ella te centra y te hace vivir, como la inmensa mayoría de los seres humanos, con sus quehaceres y sus deberes, sus alegrías y los esfuerzos.
Demasiadas personas, por dedicarse a la escritura o literatura o a cualquier otro arte, creen que todos los esfuerzos hay que dedicarlos a ello y solo a ello. Y eso, es un error. Demasiadas personas se pierden en el mundo. En cambio estar o ser o crear una familia, a la edad correspondiente, da sosiego y te centra en la realidad.
3. Cómo dice el autor, que comentamos, “No beberás, ni fumarás, ni te drogarás”.
Los escritores, denominados “malditos”, han sido un problema para ellos y para los demás. Como indica dicho autor del artículo que comentamos, “necesitas todo el cerebro que tienes”.
Ser escritor o pintor o filósofo es una carrera de fondo. Cuánto mejor esté tu vida y existencia y tu cerebro más tiempo podrás soportar, teniendo en cuenta, que “muchos son los llamados, pocos los escogidos”. Pocos son los que terminan viviendo de su arte o de la literatura.
4. Además de la formación, en tu oficio y profesión que te permite vivir y existir digna y honestamente, tienes que observar.
El oficio de cualquier arte o saber, es intentar entender y comprender la realidad. Para eso hay que observar. Comprender observando, entender observando.
5. La lectura es un modo de observar.
Tienes que conocer, las grandes obras de tu especialidad. Diríamos que si a nivel mundial, se consideran cien o quinientos autores o autoras, con varias centenares de obras, que son las obras maestras en su especialidad, a nivel mundial. Debes conocer esas obras, releerlas, pensarlas, comprenderlas, sentirlas, madurarlas despacio y lentamente. No ir deprisa.
6. También, conocer dos o tres manuales, en la medida de lo posible de cada saber, de cada ciencia. Es decir, dos o tres manuales de psicología, de filosofía, de antropología, de economía, de… Es decir, alrededor de unos veinte saberes, entre ciencias y letras filosofía y humanidades y teología y estética.
Entre ambas realidades te permitirán, tener la arquitectura esencial del conocimiento humano ortodoxo, sobre la realidad. Ciertamente, esto hay que irlo haciendo, al mismo tiempo que realizas las funciones anteriores que hemos indicado.
Todo el mundo aconseja leer mucho. Yo, yo estimo que hay que leer lo conveniente, lo correcto, lo adecuado y lo más verdadero posible. Para eso, hay que leer los manuales que nos indiquen el saber ortodoxo. En muchos tendrán que ser libros de divulgación, pero eso te dará una idea más real de la realidad. Y con ella, podrás montar, con tu imaginación-creación-inteligencia tu mirada a lo real, y lo transformarás en escritura-literatura o en el arte que hayas o te haya escogido.
7. En la medida de lo posible, escribirás al menos, media página cada día. En el género o estilo que desees. Podrás tener una sola obra empezada, o dos o tres al mismo tiempo. Según tu situación ambiental y circunstancias psicológicas. El género que escojas o te escoja, es lo menos importante, puede ser novela o artículos periodísticos o aforismos o microrelatos o fragmentos de frases. Cada uno, tiene que estar y ser en su género, y soportar el tiempo.
Escribirás siempre respetando la legalidad vigente de tu sociedad, y con el mayor nivel ético y moral posible. Escribes para pensar el mayor grado posible de verdad-bondad-belleza-racionalidad-prudencia.
En la medida de lo posible, leerás o releerás varias páginas cada día de los grandes, esas cien grandes o mil grandes obras de la humanidad en la especialidad que hayas escogido. Y también en los saberes ortodoxos que hemos indicado
8. Huirás y no caerás, en ninguno de los siete errores morales graves, que la tradición indica, porque es la manera de vivir y existir en el mundo de la forma más adecuada, y buscarse los menos adversarios y enemigos posibles. En los mundos de la cultura hay muchas envidias y competitividades. Intentarás no caer en la ira-cólera, en la vanidad, en la soberbia, en la gula, en la lujuria, en la pereza, en la soberbia.
Intentarás llevar una vida ética y moral y ascética lo más correcta posible, según el saber ortodoxo. No olvides que no piensas solo con tu cabeza, ni percibes solo con tus ojos, sino todo tu ser, cuerpo-cerebro-alma, si es que admites tener alma. Todo tu ser interviene en la producción cultural, por tanto tienes que cuidar correctamente de tu cuerpo-carne, de tu psique-cerebro-mente, de tu alma-espíritu.
9. Desde tu lugar de existencia normal y rutinario. Intentarás proyectar lo que has hecho al mundo. Primero, harás el registro de propiedad intelectual de tus escritos terminados. Segundo, lo enviarás a los agentes literarios o editoriales o concursos. Tercero, si después, de un tiempo, no consigues que te lo publiquen o editen. Tienes la posibilidad de tener un blog en Internet u otras redes y publicar parte de ello.
El arte y la cultura y cualquier saber, es cuestión de buscar o investigar, crear, esperar. Continuarás haciendo otra u otras obras.
Al final, te dedicas a la escritura o literatura o cualquier otro saber, porque intentas entender la realidad. Al menos, habrás comprendido aspectos de lo real, que de otra forma, quizás no habrías entendido. Tienes que soportar el fracaso, de ahí, la enorme importancia de llevar una vida normal y rutinaria en todos los aspectos, que hemos indicado. Una vida normal será el soporte para soportar el fracaso como escritor o pintor o filósofo o científico social o…
10. El escritor puede y debe comprender, que existen cientos de miles de escritores actuales y vivos en el mundo. No todos podrán vivir de esto. Pero si tiene derecho a que las administraciones públicas y privadas, conserven sus obras, las obras de todos los que quieran para el futuro.
Defenderás, que los escritores o pintores o pensadores, tienen derecho, sea en texto o en imágenes, que sus obras, si ellos quieren, permanezcan para el futuro, por lo tanto, las docenas de miles de escritores, que realizan su trabajo durante décadas, tienen derecho que existan Archivos o Bibliotecas o Centros Documentales, que conserven sus obras, para el futuro. Hoy, los sistemas de Internet lo permitirían económicamente. Por consecuencia, la administración pública o entidades privadas, deberían realizar esta función. Así, investigadores, antólogos, críticos, especialistas podrían ir a bucear en esas aguas para encontrar autores conocidos o desconocidos de ahora o ahora o dentro de cien años.
11. Seas creyente o no, seas ateo o seas agnóstico, tienes que estar abierto, a la posibilidad de la Trascendencia, de que exista el Buen Dios. Por tanto, piensa que tu trabajo cultural, de creación e investigación, tiene que estar abierto a esa posibilidad, a ese horizonte. Paz y bien.