Almodóvar del Campo: La restauración de la Ermita de la Trinidad está ya en su ecuador

Las obras de restauración en profundidad de la Ermita de la Trinidad que propicia el Ayuntamiento de Almodóvar del Campo, en cofinanciación con el Programa ‘1,5% Cultural’ del Ministerio de Fomento, han superado ya su ecuador y una vez concluyan los trabajos de albañilería, personal de restauración de los frescos actuará sobre ellos.

Así lo ha adelantado el alcalde, José Lozano, quien, en compañía del concejal de Obras, Roberto Donoso, han visitado este histórico inmueble que se encontraba desde hacía tiempo muy afectado por humedades de capilaridad provocadas por la cantidad de agua del terreno y deficiencias en las antiguas instalaciones de desagüe de las cubiertas.

Al margen de los bajos de sus paredes interiores, los daños más preocupantes de este edificio catalogado como Bien de Interés Cultural con categoría de ‘Monumento’ desde 1992, estaban en sus bóvedas, cuyas pinturas decorativas al fresco presentaban desde hacía ya años un avanzado estado de deterioro.

El proyecto elaborado por el arquitecto municipal, incluye la reparación de la instalación de evacuación de aguas, la reparación de cubiertas, tratamiento de humedades de capilaridad, tratamiento de fachada, instalaciones interiores, restauración de pinturas, restauración de las carpinterías de madera y tratamiento del suelo.

Unas obras por tanto de conservación y de mantenimiento óptimo para que pueda volver a ser disfrutado en las mejores condiciones de habitabilidad, seguridad y funcionalidad, reduciendo en la medida de lo posible intervenciones futuras de esta complejidad y especificidad restauradora.

De hecho, como apunta el alcalde, este enclave “encierra un patrimonio artístico y cultural enorme y queremos ponerla en valor, con la intención de que de cara a Navidad pueda estar ya terminada y la puedan contemplar los ciudadanos de Almodóvar”. Además, tendrá uso como Oficina Municipal de Turismo.

Lozano recalca la importancia que supone el aprovechamiento de este tipo de espacios históricos. “Es algo que hemos de agradecer al Estado y a lo que aporta este Ayuntamiento”, convirtiéndose en un “recurso ideal” como lugar de información para los visitantes, “en el plan de dinamización turística que queremos desarrollar”, refiere.

La labor comenzaba en verano con la protección de los elementos artísticos existentes por parte del equipo de restauración que, una vez concluyan los trabajos de albañilería, regresarán con una minuciosa labor para recomponer ese conjunto decorativo de la cúpula, con pinturas de motivos vegetales y geométricos y también reseñas a los santos de la localidad, san Juan de Ávila y San Juan Bautista de la Concepción.

Un poco de su historia y arquitectura

Como recoge en su proyecto el arquitecto municipal José Antonio González Baos, la construcción de este lugar comienza, con traza gótica, en el siglo XV y finaliza en el siglo XVI como capilla destinada al culto de la Santísima Trinidad, por lo que se la conoce también como la Antigua Ermita de la Trinidad.

Su decoración barroca interior se realiza en el siglo XVII y la decoración pictórica de la cúpula es de Manuel Santos, en 1950.

Formaba parte de un conjunto de capillas que existían en esa manzana en torno a la Casa Natal de San Juan de Ávila, siendo la única, junto con la casa del santo que se conserva en la actualidad. Tras la desamortización de Mendizábal pasa a manos particulares, dejando de estar abierta al culto.

Posteriormente es adquirida por el Ayuntamiento, dedicándose en principio a actos protocolarios y después a Archivo Histórico hasta que debido a los problemas de humedad se desaloja, no albergando ningún uso desde entonces.

Estructuralmente es un edificio de pequeñas dimensiones que tiene planta rectangular dividida en dos tramos, de distintas proporciones. El mayor es de planta cuadrada y está cubierto por una cúpula realizada sobre tambor, sustentada por pechinas, rematada por linterna y capulín y es el que tiene las pinturas a restaurar.

El otro tramo, de planta rectangular, está cubierto con bóveda de cañón sin decoración en la actualidad. En el lado menor que da al exterior existe una ventana con arco de medio punto, cerrada por vidriera emplomada con vidrio soplado. El solado es de mármol blanco y rojo alicante con despiece geométrico paralelo a las trazas de la capilla.

La fachada es de tapial, enfoscada y pintada de blanco con recercados de ladrillo en huecos frontón y aleros. Su composición en varias alturas refleja la distribución interior. La altura más baja corresponde con el tramo menor y en ella solo está la ventana de medio punto recercada con doble rosca de ladrillo, protegida por reja de forja artística.

La parte más alta corresponde con el cuerpo principal de la edificación en el que está la portada principal, que consta de dos cuerpos y está rematado con frontón triangular con pináculos de ladrillo a modo de espadaña.

La portada está constituida por dos cuerpos, el inferior compuesto por vano con cuatro arcos superpuestos rebajados, uno de ellos adovelado, que descansan en pilastras decoradas por el mismo ladrillo variando su disposición. En el segundo hay una ventana de características similares a la existente en el cuerpo más bajo, situada en el centro de la composición y a cada lado, en prolongación de los ejes de las pilastras mayores, sendas pirámides de ladrillo, sobre pedestales y rematadas por semiesferas de piedra.

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