«Cuando era muchacho vi encerrar toros [en mi pueblo], para correrlos en las plazas, de esta manera: traianlos hasta la entrada del pueblo acompañados con otros bueyes mansos, apartando y quitando la mucha gente que los podía ablentar; no consentían los toreasen ni diesen voces; antes, con miedo y temor no se les fuesen, los vaqueros los traían con caricias y regalo según lo consentía su fiereza.
En entrando en la calle por donde habían de ahilar al corral del encierro y donde ya con grande dificultad se habían de tornar, los silbaban, daban gritos y los hacían mal, para que con esto no se pudiesen divertir para echar por una u otra parte, sino ir su calle derecha».
Con estas palabras dejó testimonio escrito acerca de cómo eran los Encierros de Almodóvar del Campo en el siglo XVI uno de sus hijos más ilustres, san Juan Bautista de la Concepción, reformador de la Orden de la Santísima Trinidad, a quien este viernes 20 de septiembre del año en que se conmemora el segundo centenario de su beatificación, el pueblo que lo vio nacer en 1561 ha querido rendir tributo descubriendo una gran inscripción cerámica en la que tan oportuna descripción queda para la posteridad en la puerta grande del coso por el que cada mes de septiembre salen a las calles los astados.
La inscripción ha sido bendecida hacia las 12,40 horas, ante numerosísimos vecinos, entre integrantes de diferentes hermandades y en especial la de los Santos Juan de Ávila y Juan Bautista de la Concepción, por el carmelita descalzo fray Francisco Javier de María, pregonero este año de las celebraciones patronales septembrinas y quien, acto seguido, ha tenido el honor de repetir por segundo año consecutivo como lanzador del chupinazo con que se abría el tercer encierro del actual ciclo almodovareño.
“Tenemos hoy el gozo de descubrir una placa conmemorativa con el espíritu del santo que nos da una señal muy gráfica de cuándo se daban encierros en Almodóvar; siempre estamos con la fecha que no sabemos, pero es el dato más antiguo que tenemos ahora mismo y podemos datarlo de 1570, cuando él era un crío”, refería este también joven sacerdote almodovareño, también de una consolidada afición al mundo taurino.
Fray Francisco Javier de María recordaba que el santo tenía “esa manera de explicar las cosas espirituales, haciendo referencia gráfica a cosas de la vida cotidiana, de animales y demás, como es el caso con esta descripción acerca de cómo se encerraban los toros y eso supone tener un dato cercano sobre la antigüedad de nuestros encierros”.
Comunión de toros y santos en Almodóvar del Campo
Para el alcalde, el acto de hoy supone unir “esa devoción que tenemos a san Juan Bautista de la Concepción, al igual que a san Juan de Ávila, y también ese recordatorio que el propio santo decía a los Encierros de Almodóvar del Campo”, algo que en su familia ya le inculcaron al propio José Lozano sus padres.
El regidor ponía de manifiesto que los almodovareños “son de los encierros más antiguos de este país y que el santo, allá por el 1570, año arriba año abajo, los veía y por qué no, seguramente los correría; por eso es hoy un motivo de orgullo haber plasmado uno de los documentos que dan sentido a los Encierros de Almodóvar del Campo”.
En el acto, Pepi Rey, en representación de la Hermandad de los Santos, expresaba el agradecimiento por este gesto y anunciaba que el 28 de septiembre se celebrará una misa para conmemorar los 200 años de la beatificación de san Juan Bautista de la Concepción, cuya casa está siendo sede jubilar “para el perdón y la reconciliación”.
La jornada taurina ha tenido también una componente infantil destacada. A las once, con los encierros de varios ejemplares de goma para el disfrute de los más pequeños, a los que este año se ha sumado una ambulancia del mismo material y que ha discurrido junto a decenas de chiquillos entre ‘Las Eras de Marta’ y la glorieta del Carmen.
Carlos Aranda ha recibido una reliquia del santo
A la vuelta al coso, ha habito primero oportunidad de recortar a los tres simpáticos astados y, posteriormente, el destacado novillero daimieleño Carlos Aranda, ha tenido el gesto de enseñar a los pequeños algunos de los pases más artísticos de la tauromaquia, en una elogiable clase magistral de toreo de salón.
Una cita que ha agradecido el alcalde de Almodóvar del Campo a quien el domingo participará en la novillada fin de feria taurina y a quien, a colación del acto en torno al patrón almodovareño, le ha entregado una reliquia del hábito de san Juan Bautista de la Concepción para que así le ampare durante su trayectoria.
Y pasados unos minutos de la una de la tarde, el tiempo que ha sido preciso para, con la ayuda de la grúa de la Policía Local de Puertollano, retirar un vehículo estacionado en la plaza de San Benito, que forma parte del recorrido de los Encierros almodovareños, se ha dado inicio a la suelta de astados de este viernes.
El chupinazo hoy lo volvía a dar el pregonero, que ya el año pasado lo encendía con motivo de su ordenación sacerdotal. Es algo que “recibo con el afecto y cariño de mis paisanos”, al cual él corresponde recíprocamente y significaba que “ese cohete que sube al cielo, como decía en el pregón, avisa a los que están allí arriba que se asomen por un lucero, junto con la Madre del Carmelo y los santos nuestros que también son toreros”.