La iglesia de los salesianos, ubicada en frente de la Plaza del Pilar, está siendo objeto de unas obras para renovar su fachada, sobre la que no se había actuado desde que se finalizó, hace medio siglo. Nuevas puertas, más altas, letras en bronce y una cruz que se ilumina, son los elementos que más destacan del nuevo diseño.
Julián Sánchez Mora, director del colegio salesiano Hermano Gárate, comenta que la Iglesia de San Ignacio recibió su nombre de los jesuitas, a quienes perteneció, junto a todo el edificio de lo que hoy es el centro educativo. El padre Ayala, relata, quería dejar una obra en Ciudad Real. Los terrenos entre las calles Tinte y Ramírez de Arellano y la Plaza del Pilar pertenecían a su familia, y era donde tenían su residencia. El jesuita pidió permiso a su padre y hermanos para levantar allí unas escuelas, y así se hizo, en torno a 1914. Posteriormente, continúa, se construyó un noviciado para los jesuitas de la provincia. Todo esto se remodela y, en 1968, se concluye el actual edificio que acoge el colegio. También la iglesia, a la que se le retira una espadaña, dejándola sin elementos, más allá de un letrero, que indicaran que allí había un templo.
La comunidad salesiana ha decidido hacer una reforma, explica Sánchez Mora. No obstante, apunta, “había que hacer algo que no desentonara y que no fuera muy costoso, porque en la educación tenemos más urgencias”.
En cuanto a la obras, el director del Hermano Gárate detalla que se ha quitado la visera que cubría la entrada y la fachada se ha dejado en línea recta con el conjunto del edificio. Además, se ha subido la altura y se han puesto puertas nuevas, que son de una pieza y en su parte superior tienen unos cristales translúcidos para dar luz al vestíbulo que precede a la iglesia. En todo caso, ha recalcado, “la altura no puede subirse más”, porque encima están las clases del centro educativo. Esto implica que, pese a los cambios efectuados, seguirán sin poder salir por la entrada de la Iglesia los pasos procesionales. Ni el paso de Jesús entrando en Jerusalén –la borriquilla- en Semana Santa, ni en mayo los de María Auxiliadora o San Juan Bosco, aclara.
La fachada se ha cubierto con losas granito, y en la parte superior de la fachada se han instalado letras de bronce. Irá terminada, comenta, por unas lamas, también de bronce, que aún no se han instalado, y que estarán colocadas en unos días.
“No es una obra de gran calado”, concluye Sánchez Mora. Lo que se pretende es aportar un “elemento de modernidad”, como es la cruz que destaca en la fachada, que estará iluminada durante la noche. En definitiva, “otro modo distinto de ser iglesia y de atraer a la gente; un elemento más juvenil para una iglesia de los jóvenes”.
La Iglesia debe actualizarse. Hoy, simplemente, el cristianismo no está respondiendo a los retos de la fe cristiana que se enseñan en la Biblia…..
Personalmente creo que era más acogedora la anterior portada. Pero para gustos los colores.