Como “una buena noticia” y un primer paso para la defensa de los intereses hídricos de Castilla-La Mancha. Así ha valorado la portavoz del Ejecutivo regional, Blanca Fernández, la presencia de este martes y por primera vez en la historia, de los representantes de los ribereños en la Comisión de Explotación del Trasvase Tajo-Segura a pesar de que fuera “sin voz y sin voto” y de que no se haya podido impedir un nuevo trasvase, en este caso de 16,1 hectómetros cúbicos.
Aprovechando esta coyuntura, Fernández ha hecho un llamamiento a la unidad alcanzada por primera vez entre todos los grupos políticos con representación en las Cortes de Castilla-La Mancha –PSOE, PP y Cs- al registrar de forma conjunta una proposición no de ley y que “próximamente aprobaremos por unanimidad”.
Un primer punto de partida en un “camino largo” y en “una batalla difícil y dura”, a juicio de Fernández, pero que “será más segura si lo hacemos desde la unidad y el sentido común” ante la amenaza que representa el cambio climático, que en el caso de España supone una reducción de una cuarta parte de las reservas hídricas, con el efecto que ello tendrá para la cabecera del río Tajo.
Precisamente, la consejera y portavoz ha asegurado que la solución a la situación del Tajo tiene que ser integral y que depende del “empuje” que se haga desde Castilla-La Mancha, pero sobre todo de la decisión que se adopte en Madrid mediante un pacto nacional del agua, “pero con una llamada de atención: hay que salvar el Tajo”.
Finalmente, Fernández ha avanzado que, como en el caso de los anteriores, y al no ser para abastecimiento humano, “el Gobierno regional recurrirá todos los trasvases que se autoricen”.