Agosto recordado

Entre agosto de 1961 y agosto de 1969 se escribe una parte de la historia contemporánea, por más que queramos olvidarla.

El 13 de agosto de 1961 comienza la construcción del Muro de Berlín, que venía a personificar el colofón de la Guerra Fría y la partición de la ciudad en manos de los aliados de antaño en la victoria de la Segunda Guerra Mundial, que hoy habían adquirido ya una alta enemistad. División de la ciudad de Berlín que arranca  en 1945 con los sectores controlados por las distintas potencias y que se refuerza el 7 de octubre de 1949 con el nacimiento de la Republica Democrática Alemana. Cuya vida quedará atada y vinculada al Muro divisorio, que acabaría cayendo el 9 de noviembre de 1989, como preludio de la  desaparición de la RDA al año siguiente.

Enemistad de Occidente y Oriente, que representa la divisoria geoestratégica entre el Pacto de Varsovia y el Tratado del Atlántico Norte (OTAN), en un mundo dividido en bloques de la órbita Capitalista y Comunista y de que se visualizaba a la perfección, en el levantamiento del Muro y en su propia denominación según se mirase.

Denominado en la República Democrática Alemana (RDA) como Muro de Protección Antifascista Antifaschistischer Schutzwall, y por parte de los medios de comunicación de la Republica Federal Alemana y parte de la opinión pública occidental como Muro de la vergüenza o Schandmauer.

Un Muro visto como Mauer en su denominación alemana, un Muro visto como Wall en su denominación inglesa, que formaba parte del Telón de acero, así denominado por Winston Churchill, que recorría Europa desde el Báltico hasta Trieste en el Adriático. Un Eiserner Vorhang a la alemana y Iron Curtain a la inglesa que dividía y nos dividía de forma visible. Como una representación ideológica de momento.

 Ocho años más tarde, el 9 de agosto de 1969, tiene lugar la matanza de Sharon Tate y seis personas más, en su casa de Los Ángeles, en Cielo Drive, a manos de la Familia Manson. Un grupo de fanatizados, a caballo de la contracultura hippie de los sesenta y de ciertas pizcas de contracultura desnortada, dominados por las dotes de persuasión de Charles Manson, que se cree visionario y redentor al mismo tiempo. Una suerte de Rasputin temerario y analfabeto funcional, pero capaz de dirigir los cuerpos y mentes de sus leales drogados  y adormecidos y recorridos por un sexo fácil y a mansalva. Manson que pasó sus primeros treinta años encerrado en un internado, y de los 30 a las 34 soportó la cárcel, resulto ser un imposible líder redentor. Dispuestos sus pupilos a limpiar el mundo de cerdos fascistas y escoria burguesa, en palabras recogidas en el Documental Charles Manson. The secret tapes que puede verse estos días junto a la película que citamos a continuación.

Square

Asuntos los del asesinato de Sharon Tate, que no son los centrales en la pieza  que ahora Quentin Tarantino retoma cinematográficamente en su novena película Erase una vez…Hollywood. Desarrollada cronológicamente entre febrero y octubre de 1969. Que sirve para realizar un ejercicio de rememoración y de nostalgia musical, cinematográfica y televisiva de esos meses, tras la movida hippie del año anterior y de los Acuerdos de Paris, que comenzaban a visualizar el final de la Guerra de Vietnam, en la que Estados Unidos se había visto involucrado desde los apoyos económicos de Truman en 1950, y ya abiertamente con Johnson desde 1964.

Vicisitudes de la guerra de Vietnam que aún no se traspasan al cine, como acabaría ocurriendo en las décadas de los 70 y de los 80. Aunque al final, Tarantino eluda la muerte en casa de los Polanski y se dirijan las iras vengadoras de la secta Manson, por error,  a la casa vecina, donde vive un actor en decadencia Rick Dalton que representa Leonardo di Caprio, acompañado de su doble cinematigráfico, Brad Pitt. Donde se produce un sorfprendente final made in Tarantino y aparca el asesinato de la casa del lado.

Un comienzo y un final, al Este y al Oeste.

Periferia sentimental
José Rivero

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1 COMENTARIO

  1. Es la naturaleza efímera de la vida y una manera formidable de ir despidiéndose para Tarantino (bueno, eso es lo que dicen). Muy recomendable….

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