La juventud no es excusa porque hasta un niño de seis años sabe que hay que respetar lo que es de todos. Los reiterados episodios de vandalismo contra el patrimonio cultural y monumental de Puertollano son, más allá del incivismo, una muestra palmaria de necedad y estupidez.
En las últimas horas han vuelto a aparecer pintadas en el mural de Frida Kahlo, pintado por el artista David Caravantes sobre la fachada del Centro de la Mujer, y por enésima vez en la parte trasera de la Casa de Baños, en el corazón del Paseo de San Gregorio.
Ambas acciones, realizadas presumiblemente por autor o autores reincidentes, dañan gravemente a los símbolos de la ciudad minera y conllevan cuantiosos gastos en acciones de limpieza y reparación.