En 1991 apareció una momia en medio de los Alpes. Era el cadáver de un hombre de hace 5.000 años, de la Edad del Cobre, cuando se estima que, en Europa, la especie humana – el Hombre –transitaba hacia el sedentarismo.
Los objetos que llevaba consigo esta momia (con distintas calidades de cueros, hilos, piedras y maderas; con hongos curativos o artilugios para hacer rápidamente un fuego) nos habla de un ser plenamente autónomo, que basaba su supervivencia en el control de los recursos naturales. Ötzi(que es el nombre que se le ha dado a esta momia alpina) era un individuo que representaba a la especie. Hoy en día, como consecuencia de la especialización diversificada de los individuos en la sociedad, no hay ningún individuo que represente a la especie: el Hombre es un concepto principalmente biológico, un concepto más general que concreto. Quizás por ello sería más apropiado referirnos al conjunto, a la Humanidad (como objeto, no como virtud) para referirnos al estado actual de la evolución de la especie humana.En el resto de especies animales, podríamos decir que cualquiera de sus individuossí que representa perfectamente a su especie.
La afirmación de que el Hombre es la especie animal más inteligente del planeta,merecería algunos matices. Ciertamente, podemos hablar, razonar, manipular, reir… La capacidad de comunicación que proporciona la escritura, nos ha permitido un progreso constante del conocimiento y el avance tecnológico. Podemos convertir el agua estancada en agua potable, conocer microorganismos nocivos y combatirlos, transformar las fuentes naturales de energía para el aprovechamiento de las máquinas, obtener instantáneamente frío o calor … prodigios cotidianos de todo tipo que no por corrientes son menos asombrosos. Pero todo ello se debe a una inteligencia colectiva, colaborativa, no individual. Ni siquiera se puede hablar de la inteligencia de las personas como una mónada, pues desarrollamos distintos tipos de inteligencia, dependiendo de nuestra propia capacidad, el desarrollo de los distintos lóbulos cerebrales y nuestra propia inquietud: la inteligencia se entrena, como los músculos. Demasiadas variables. De hecho, la medición de los coeficientes intelectuales arroja resultados de lo más variopinto. La consecuencia, es que hay gente muy lista, gente muy tonta; y luego la mayoría, que somos clase media (alta o baja, pero media).
La evolución de nuestra especie – pongamos que entre la época deÖtzi y 2019 – ha sido objeto de estudio de especialistas en diversos campos. A Charles Darwin se atribuye el axioma de que “las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más rápidas, ni las más inteligentes; sino aquellas que se adaptan mejor al cambio. En la lucha por la supervivencia, los más aptos ganan a expensas de sus rivales porque consiguen adaptarse mejor a su entorno”. Al igual que la teoría genética de Mendel, la teoría de Darwin sobre el origen de las especies ha sido muy influyente en el desarrollo de estos estudios. El supremacismo anglosajón ha abrazado esta teoría, y la ha adaptado a un contexto sociológico para justificar la dominación de determinados sectores sobre otros. Pero teniendo valor un indudable valor científico, esta teoría no es la única: hay otras teorías, algunas de las cualesconsideran que la evolución de las especies también se relacionacon la colaboración de sus individuos en el bien común de dicha especie… justamente lo que sucede en el caso del Hombre. Es decir, a diferencia de Ötzi, la supervivencia del individuo actual no depende de su inteligencia: la supervivencia de nuestra especie depende sobre todo de las aportaciones procedentes de distintas individualidades: dequien potabiliza el agua, de quien procura el fuego, de quien cura las enfermedades, … parcelas del saber que nadie acapara en su totalidad, pero de las que puede disponer la Humanidad, con mayor o menor calidad según el contexto (estable o inestable) del lugar del planeta donde se habite.
Un día, a uno le surge la necesidad de resolver X problema. Entra en el buscador de Google y escribe “cómo se resuelve X problema”. Y Google presenta al instante multitud de vínculos, que en forma de páginas web o de videos dan respuesta a lo que buscábamos. Videos o webs con o sin fines comerciales, pero que en definitiva demuestran que en los seres humanos hay un rincón donde además de una parcela de conocimiento, hay humanidad.
¿Y nuestros políticos, cómo andan de inteligencia colaborativa para lograr el beneficio del progreso del país?
Pares y nones
Antonio Fernández Reymonde
El individualismo es tóxico. Una ideología que nos hace pensar que podemos ser independientes de la sociedad en la que vivimos.
Es necesario superar el individualismo de las políticas de la identidad y crear un nuevo concepto de ciudadanía más amplio.
Y es que quieren hacernos llegar el mensaje de que desayunando ‘Cola-Cao’ llegaremos a ser deportistas……
Lo que tú propugnas es el colectivismo y además identitario, o sea excluyente…al modo de crear guettos para los discrepantes o distintos y condenandoles al ostracismo social.
Un neocomunismo o neofascismo.
El colectivismo es el individualismo de los camaradas.
Los camaradas son ese vestigio del comunismo o el fascismo del siglo pasado, unidos en su pobre cultura y personalidad contra quienes no piensan como ellos y van a su rollo sin meterse con nadie.
El individualismo va en contra de la propia naturaleza humana porque somos seres sociales que necesitamos relacionarnos con los demás para tener la mente activa, para sentirnos queridos e integrados en un grupo…..
En un grupo primero familiar y comunitario, ni colectivo ni estatal ni sectario.
Anular la individualidad, que es cosa distinta del individualismo, es anular los derechos INDIVIDUALES de las personas con derechos y obligaciones públicos y privados.
Vosotros pretendeis supeditar los derechos individuales a los colectivos…que creáis y dirigiis vosotros. Eso es neocomunismo.
Porque aquí no hay más colectivos que los que decís vosotros que deben existir para manejarlos a vuestro antojo, y subvencionandolos atraer sus votos.
Y hay del que no admita ser colectivizado o no tenga colectivo… porque no le de la gana porque sea libre.
…o porque sea normal.