Manuel Valero.- Que el primer Pleno de un Ayuntamiento electo debata y apruebe –o no- el organigrama político de funcionamiento y fije los emolumentos de los ediles, el número de liberados, la asignación a los grupos y los medios necesarios para que tanto gobierno como oposición realicen sus tareas con la mayor efectividad, es tan lógico como empezar una casa por los cimientos.
El cogollo viene después. En estos días postelectorales hemos asistido a bochornosas sesiones plenarias en ciudades y pueblos de España por la generosidad que los elegidos han tenido para con su nómina. Incluso algún alcalde que no recuerdo ni quiero, le ha venido a decir al plenario que no se merece a un tipo como él porque vale su peso en oro.
Es difícil entrar en el hueso de melocotón de los dineros sin que el ramaje de la demagogia- en cualquier sentido, que la hay-te golpee por cualquier parte. Pero hay una trocha en medio de este aparente sin Dios y es la que conduce a la recta distribución de los recursos conforme a la Ley. Puede que políticamente sea discutible pero lo que despeja las dudas de un abordaje presupuestario con mayor o menor sentido de la responsabilidad es el argumentario político sensato, la distribución de los medios y la imagen pública de seriedad. Las elevadas autosubidas de alcaldes y concejales –siempre aprobadas por unanimidad, curioso-es un preceder impúdico por más razones con que lo adoben. Y además es un comportamiento más chabacano y hortera que inmoral, que es casi peor.
En Puertollano hubo debate, acuerdos, desacuerdos, réplicas y contrarréplicas y abstenciones y al final ocurrió lo esperado: el organigrama propuesto salió airoso con los votos del bipartido. La oposición, menos el PP que se abstuvo, basó su rechazo no tanto en la rebaja de un 25 por ciento del sueldo de los dos liberados que les corresponden sino, sobre todo, a la compartición de dos auxiliares administrativos no políticos entre los cuatro grupos, es decir, uno para dos. En total diez liberados progresivos – sólo dos al cien por cien- más una asignación por asistencia a sesiones y otra fija por grupo y número de concejales, partiendo de la asignación existente en el presupuesto heredado de este año.
Es cierto que si el actual equipo de gobierno hubiera presentado una rebaja discrecional desde la alcaldía a la última concejalía liberada hubiera supuesto un guiño a la ciudadanía. Tal vez esa rebaja no hubiera aliviado las arcas municipales pero hubiera sido un detalle y un mensaje de fineza política. Sin embargo, dada la realidad del hemiciclo local que ha pasado de cuatro grupos a seis- hace dos legislaturas sólo había tres-y los actuales tiempos de integridad fiscalizadora, el reparto general de dineros y competencias delata un estudio minucioso de la equidad, aunque el equipo la haya tejido desde la responsabilidad y la estrategia de gobierno, como la hubiera planificado cualquier grupo de la oposición si hubiera ganado las elecciones.
El dinero de los concejales es materia tan sensible como el núcleo de una central nuclear. Pero esa sensibilidad no obedece en ocasiones a un espíritu frugal de los caudales públicos, que debería argüirse tanto en tiempos de bonanza como en épocas de penuria. Tocando la nómina se activan otros mecanismos más humanos, a veces, tan humanos, que ponen en duda la verdadera y desinteresada vocación de servicio. La prueba irrefutable viene de la respuesta a la terrible pregunta : si hubiera más euros que telarañas en la tesorería municipal y la alcaldesa Isabel Rodríguez hubiera desplegado una generosidad temeraria liberando a diestro siniestro, dotando a cada grupo de un administrativo y un par de huevos duros por grupo y concejal y subiendo la presencia en órganos de debate a cien pavos… ¿quién se hubiera opuesto? Tal vez Casimiro Sánchez Calderón. La excepción iberista confirmaría la regla.
Cualquier distribución de funciones concita debates como no puede ser de otro modo, pero con la Ley en la mano y también con las recomendaciones de la Federación de Municipios y Provincias de Castilla-La Mancha, el reparto ha sido más equitativo que absolutista. El pacto PSOE-IU como un aseguramiento de la estabilidad es en puridad de una lógica de párvulo, entre otras cosas porque la primera obligación de un gobierno es precisamente garantizarla para comenzar a funcionar. En resumen, el Ayuntamiento de Puertollano parte hacia la lejana conclusión de la legislatura con 10 concejales liberados progresivamente, más la alcaldesa, con reducción de nómina salvo los dos concejales de dedicación exclusiva, lo que equivale a 8,9 liberados totales. A partir de ahora cabe esperar que la oposición trabaje para fiscalizar al gobierno y que apoye también propuestas y proyectos que beneficien a la ciudad, como que el gobierno atienda las iniciativas de la oposición sin ver en ello la sombra de su debilidad.
¿Se podría haber hecho mejor? Tal vez. O no (Rajoy decía): mediando reparto y recortes nadie calla, en la barra libre no hay debate sino complacencia. Convendría tener en cuenta que ser concejal no es un modus vivendi si no una tarea voluntaria, incluso de aquellas personas que son llamadas por la vocación política, indispensable para que haya políticos y políticas en el doble sentido del término. No hay que ser altruista al uso de un ong, pero la condición de edil exige unas mínimas dosis de desprendimiento . Si la actual alcaldesa hubiera apretado un agujero del cinturón a todos, empezando por ella misma, lo hubiera bordado, y en lugar de un notable alto hubiera sacado un sobresaliente. Sin cum laude que los carga el diablo.
Como se te nota el plumero. La medida es caciquil e injusta. Tenemos una ciudad cuesta abajo con una de las corporaciones más caras. Por no hablar del sueldo de la alcaldesa.
Me encantas Manuel…cuando te pones así…de políticamente incorrecto.
Cómo no poner de manifiesto…la condición humana… imprescindible para comprender cualquier noticia.
Don Manuel Valero: confieso que me gusta su escrito, aunque como sólo he podido ver un trozo del Pleno, que por cierto en mi tele se veía fatal, no puedo juzgar a fondo. Pero en una cosa estoy en desacuerdo con usted: en mi opinión, el fondo del problema no es la cuantía económica sino el intento de estrangular hasta la muerte a la oposición. Como el equipo de gobierno es consciente de lo débil que es en formación, cultura y capacidad para exponer razonamientos, ha recurrido a la fuerza de una mayoría absoluta que no le han dado las urnas sino el vergonzoso comportamiento de IU, para anular a la oposición. Al menos eso es lo que yo entendí del trocito de Pleno que puede ver.
«Subiendo a 100 € la presencia en órganos, ¿Quién se hubiera opuesto? Tal vez Casimiro» . Claro, Casimiro fue alcalde sin sueldo y sin prebendas. Madre mía, tanta ductilidad cortesana empieza a ser demasiado sospechosa.
A mi juicio, César, creo que usted minusvalora a la oposición en la que hay personas de indiscutible capacidad intelectual y gestora. Otra cosa será el modo en que la ejerzan. Pero no creo que la oposición quede estrangulada, si bien reconozco que quien reparte se lleva la mejor parte, sea quien sea quien reparta. Los mismos concejales de la oposición se comprometieron a seguir trabajando aunque en «peores condiciones» como no puede ser de otra forma. La alcaldesa ha hecho una maniobra inteligente al asegurarse el apoyo de legislatura de IU dándole tareas de gobierno, como ha hecho el PSOE en Ciudad Real con Ciudadanos, y como haría cualquier partido. La falta de cultura de pactos nos lleva a tildar de traidores a las partes que acuerdan en función de nuestro punto de vista ideológico. Y como digo en el articulo, una rebaja general de emolumentos hubiera sido un detalle. En fin, todo es opinable menos el latrocinio o la sinvergonzonería de aplicarse una subida estratosférica, como ha ocurrido en Málaga, por ejemplo, con el voto favorable de PP, PSOE y Ciudadanos. Saludos
Viendo, en general, cómo se comportan los políticos, sólo se me ocurre decir: » trinco, trinco, gorgorito, debajo de la torre hay un tío, vendiendo botijos y botijones…..
Una cuestión controvertida…..
Casi dos meses sin papel higiénico.