Jesús Milán Muñoz.- Según el libro del Éxodo, 20, 17 indica “No desearás la mujer de tu prójimo”, según el Nazareno, en Mateo 5, 28, expresa: “El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio, con ella en su corazón”. Según las leyes de Noé o noajita, el cuarto mandato sería la “prohibición de las relaciones sexuales ilícitas. Respetar el matrimonio”.
Existen temas o cuestiones, que raramente los articulistas, sean literarios o sean profesionales del periodismo tratan. Por la dificultad de todos tipos, y por la controversia o polémicas o contradicciones que pueden tener. Pero un articulista que se precie, tiene que cumplir su función, que es hacer reflexionar al hipotético publico, a que piense sobre una diversidad de temas, aunque él o ella como escribiente u observador o pensador, sea imposible que sea experto en la multitud de temas que la sociedad y la cultura y la naturaleza nos proporciona. Pero si, sucintamente, deberíamos replantearnos algunas cuestiones, que quizás no sean del agrado de la mayoría.
– ¿Tenemos que plantearnos si vivimos y existimos en un mundo social y cultural, de un enorme pansexualismo o claramente lujuría, es decir, un desorden sexual, en mayor o menor parte, teórico o, y práctico? ¿Dicho de otro modo, venimos de una era, mal llamada victoriana, del siglo diecinueve y antes, que Freud tanto criticó, pero quizás hemos caído en el extremo contrario, en una especie de una sexualidad desaforada y desequilibrada, por utilizar un término débil, y que desde luego Freud, de vivir y de existir ahora, posiblemente no admitiría…?
¿Nos tenemos que plantear, sin desear herir a nadie, individuo o colectivo, si todas las prácticas y concepciones sexuales, son correctas, desde el punto de vista psicológico, antropológico, social, político, estatal, moral y espiritual…?
¿Es decir si todos los tipos de sexualidad, si todos los tipos de actos, y todos las relaciones sexuales son correctas desde todas las dimensiones del ser humano, biológicas, psicológicas, morales, espirituales, etc.? ¿O dicho de otro modo, existen unas normas morales y espirituales y psicológicas normales en la sexualidad, existen unos límites, o en la sexualidad, todo está o se debe aceptar, siempre que dos personas consientan, supuestamente en libertad…?
– ¿Nos debemos plantear, si Occidente, que es el mundo que más conocemos y dónde vivimos y existimos, ha caído en una especie de lujuria o en sexualidades inadecuadas, unos la materializan en un tipo de realidades o prácticas o concepciones, y otros en otros en diversos tipos o cantidades o calidades o con diversos objetos o personas o seres…?
¿No estamos hablando, aquí en este artículo, del adulterio solo, sino de todas las concepciones y prácticas sexuales actuales, admitidas o medio admitidas, toleradas o medio toleradas…?
¿No entramos que la sociedad y sus sistemas jurídicos o sociolegales, tengan que disponer de un ámbito muy amplio de aceptación o de tolerancia sexual? ¿Sino si todas las prácticas y modos de sexualidad, se deben aceptar, tanto desde el tipo de vista de la legalidad imperante, desde la psicología de la salud, desde una moralidad o ética correcta, desde una espiritualidad-religiosidad suficiente…?
– ¿Hasta dónde sabemos, en todas las sociedades y culturas que han existido en el mundo desde la antigüedad, la concepción sexual o teorización y la práctica sexual, ha tenido sus límites, no todo ha sido aceptado?
¿Si hemos incluido tres ordenamientos jurídicos, de nuestra sociedad y cultura, se podría hacer lo mismo, aplicando ideas de todas las sociedades y culturas…?
¿La cuestión entre muchas, es que nadie, nadie quiere quedar como obsoleto, conservador, antiguo, retrógrado, pero todas las prácticas sexuales, tipos y usos de la sexualidad son correctas o todo tiene un límite?
¿Y los límites, lo tiene que fijar el individuo o la persona individual, o dos personas individuales o tres, o un grupo o un colectivo, o tiene que fijarlo, diríamos el saber ortodoxo, de la ciencia y de la filosofía, y al mismo tiempo, la racionalidad legal, la racionalidad moral, la racionalidad espiritual-religiosa, el sentido común y la prudencia y, analizar sus consecuencias…?
¿Aunque la sociedad, por organización interna, y por muchas otras razones y motivos, tiene que ser tolerante, con muchas prácticas sexuales, igual que es tolerante con el consumo de alcohol, pero una cuestión es ser tolerante, y otra, que pensamos y creemos que el exceso de consumo de alcohol, o consumir a determinadas edades, y situaciones sea bueno, conveniente o adecuado…?
¿Porque son dos realidades diferentes, por un lado estaría la tolerancia, toleramos, docenas de cosas, incluso legalmente, pero creemos, que el uso inadecuado de ellas, no es correcto, sea por salud psicológica, salud biológica, salud moral, salud espiritual…?
¿Hemos puesto el ejemplo, del alcohol, pero se podrían poner tantos…?
– ¿Para terminar la cuestión es simple y sencilla, por eso muy compleja, Occidente, se tiene que detener y empezar a reflexionar, sobre las teorizaciones sexuales, que acepta, o que tolera o que permite o que conceptualiza como bien o como mal…? ¿Las personas individuales y los colectivos y la sociedad en general, y la cultura occidental y mundial…?
¿Pondremos un ejemplo, el fenómeno titulado la Manada, en cuánto a la sexualidad, no se terminará, si quizás no se plantea de otro modo, es decir, porque siempre los que realizan ese acto, dirán y hablarán del consentimiento, pero la persona, por lo general, una mujer, hablará de la coacción, inseguridad, temor por su vida, estado de conciencia alterado por sustancias, etc.?
¿Qué solución entonces? ¿En este caso, claramente, sea ilegal jurídicamente, la sexualidad en grupo, de varios hombres con una mujer? ¿Así de ese modo, se salvarían todas las disquisiciones…?
¿Y en los otros casos, en el siglo diecinueve, los libros o tratados de moralidad, se hablaba de más de veinte tipos de sexualidad, la mayoría no admitidas moralmente…? ¿Quizás, haya caído mucho agua desde entonces, pero quizás, se debería reflexionar, y, que las ciencias aporten soluciones y teorías y conceptos, y la filosofía y todos los saberes ortodoxos también…?
¿Quizás, sea tiempo, ya necesario y absolutamente necesario, que detengamos el carro, y empecemos a pensar, desde los saberes ortodoxos, sobre este tema, y no solo se admita, la libertad personal, el consentimiento entre personas, la autonomía personal, la conciencia personal, etc., sino que se admitan que quizás también existen otros valores y otros parámetros, que haya que reconciliar entre sí…?
¿Porque cuánto sufrimiento traerá, cuántos traumas, acarreará a personas, a un número, posiblemente ingente de personas, una sexualidad no correcta, aunque haya sido libremente admitida, más si no ha sido libremente consentida…? ¿Cuántas consecuencias tendrá, para los actores de esas realidades, para sus hijos, sus descendientes, sean conscientes o no lo sean…?
¿Nadie se rasgue las chaquetas, ni las camisas, ya que esta cuestión de la sexualidad, es una fuente enorme de felicidad, pero también de sufrimiento, si no se conceptualiza y práctica de forma adecuada y correcta o no?
Del amor y del arte no se habla, se hace. Afortunadamente, la religión tiene cada vez menos incidencia en la gente y es menos ejemplarizante…..