Fermín García Sevilla inauguró ayer en el Museo del Quijote su exposición ‘Tierras de Don Quijote’, una muestra que recoge 27 de sus obras, casi todas recientes y principalmente paisajes, dictadas con luz y color por su “amada” naturaleza.
Más que inspirarse en el Quijote, explicaba, ha identificado algunos pasajes del Quijote en sus pinturas. No se trata de un monográfico sobre la novela de Cervantes, sino sobre la obra de García Sevilla, con algunos títulos adaptados a la exposición. Más allá del lema de la exposición, indicaba, se basa en la naturaleza, que es “la que le impulsa a hacer cosas y la que fundamenta todo su trabajo”. Su objetivo es trasladar al espectador a un entorno concreto, atrapando la mirada y centrando la atención en un punto determinado, y haciéndolo partícipe de la obra.
En cuanto a su estilo, el autor comentaba sentirse muy interesado en la envoltura aérea. El paisaje, reconocía, es un pretexto, para abordar “el ambiente, la calidez o frialdad de un momento determinado”. Por eso, señalaba, pinta siempre al natural, para captar esa sensación que, en el estudio y con una fotografía, “sería imposible”.
En cada pieza, apuntaba, puede adivinarse la hora en la que está pintada, pues trata de ser muy fiel al momento que quiere reflejar en su obra. Para lograrlo, trabaja en sesiones cortas, de dos o tres horas, para que no cambien la luz, las sombras ni la gama cromática. Un sistema al que dice ser muy fiel, “y ahora mucho más”.
Una oportunidad única para admirar ese pedazo de naturaleza que parece estar viva en el lienzo……