Terminada la etapa de las consignas, de las pancartas, de las apariencias interesadas, de las medias verdades o ni siquiera eso, ha comenzado el momento de los hechos.
Hecho primero: Después de su rotundo “éxito”, Valls amenazó a Cs con dar la espantada si llegaba a algún acuerdo con Vox.
Hecho segundo: Sánchez ha invitado al partido naranja a forjar acuerdos de gobierno; y lo ha hecho después de coquetear toda la campaña con los potenciales votantes de UP.
Tercer hecho: El presidente del gobierno en funciones se ha reunido con Macron
La rapidez de movimientos para allanar el camino a algún pacto PSOE-Cs sería la puesta en práctica de la recomendación transmitida a Rivera en su reunión con Soros, Valls, Garicano y otros, a las afueras de Madrid antes de las elecciones generales. También se ajustaría a los deseos manifestados por dirigentes de organizaciones empresariales y financieras. Entretanto, durante la campaña electoral, PSOE y Cs se embutieron en un atractivo disfraz para, unos, atraer a los votantes de Podemos y, otros, a los del PP o Vox. Todo muy sincero, vaya.
Como es bien sabido, Macron es un gran revolucionario izquierdista, cuyos patrocinadores, los Rothschild, han dado permanentes muestras de su preocupación por el desarrollo del género humano.
En su día, Sánchez recibió a otro gran benefactor, Soros, una especie de Director Mundial Operativo de la entente usurera planetaria. Ahora toca hacer los honores al Director Operativo de la UE yendo a su casa; Manuel Valls actúa en comisión de servicio, es lo que pasa cuando se pierde rango. Debe esmerarse para recuperar posiciones en el escalafón, y lo sabe.
Seguramente, Sánchez aprovechó para explicarle al francés –es un decir; Macron es un cosmopolita, un ciudadano del mundo al que le saldría urticaria si celebrara las fiestas de su pueblo – lo generosa que ha sido la diosa Fortuna con él en las elecciones generales, pues siendo necesarios 176 diputados para la mayoría absoluta en el Congreso, el azar, esa suerte de los triunfadores, hizo que su partido, el PSOE, podría sumar 180, tanto si pactara sólo con Cs, como con UP y ERC, conjuntamente.
Pero el azar tuvo además el detalle de escarmentar al PP y a Vox, haciendo que la suma de ambos diera como resultado 90, justo la mitad de los 180 a disposición del PSOE, en sus dos opciones para conseguir la mayoría con otros grupos parlamentarios..
No sería de extrañar que ante tales prodigios Macron haya agarrado de las manos a Sánchez y exclamara: ¡demos las gracias al Gran Arquitecto!, que es como esta gente llama a no se sabe bien qué, salvo cuando se refieren a Bafomet; éste sí sabemos de qué pie cojea.
Al francés –repito, es un decir- seguramente le habrá interesado mucho que el secesionismo haya conseguido el control del ayuntamiento de Barcelona. Los que juegan al despiste se empeñan en no considerar como tal ni a los comunes de Colau ni al PSC de Iceta. Que se lo digan a Pisarello y, sobre todo, a la flamante presidenta del Congreso de los Diputados y a su homólogo del Senado.
El PSC es lo que siempre se llamó un submarino; en este caso, de los separatistas. Al frente del socialismo catalán está Iceta, pero quien lo estimula y motiva es Pedro Sánchez.
Macron probablemente habrá sonreído al ver como el PP, Cs y Vox andan que no se lo creen con su triunfo en Madrid. Ni la capital de España ni la CAM le importan al francés o a sus patrocinadores. Ambas plazas son un premio de consolación. Al francés le interesa que sus terminales españolas controlen regiones con potencial fragmentario donde inocular el virus nacionalista.
¿Dónde se encuentra dicho potencial? En la lengua.
Tras Cataluña, el País Vasco, Galicia, Baleares, Navarra o la Comunidad Valenciana, el siguiente objetivo es Asturias. El control del Principado tiene un extraordinario valor simbólico. Se trata de hacer de Covadonga el emblema de la nación asturiana, enterrando su simbología como germen del reino astur, quien, a su vez, fue padre del de León y abuelo de Castilla.
De hecho, si el heredero de la corona de Castilla y León ostentó desde 1.388 (Enrique III) el título de príncipe de Asturias fue en reconocimiento a que el reino asturiano encarnaba las tradiciones más antiguas de la corona castellanoleonesa, y ésta se consideraba una continuadora de aquélla. Se reivindicaba, también de esta forma, ser la monarquía más antigua de Occidente, debido a su estirpe visigoda. Protocolariamente, el Príncipe de Asturias tendría prevalencia sobre el de Gales. Como sabemos, esta tradición se continuó con la unificación de los reinos hispánicos.
Hay que irse armando de argumentos porque estos cosmopolitas amantes de aldeanías inventadas, Dios sabe por dónde puedan salir.
En Asturias nació el ortograma imperial sin el cual es imposible entender a España.
El PSOE del también cosmopolita Pedro Sánchez, será el encargado de dar el paso estableciendo la cooficialidad del bable. No es difícil predecir lo que pasará después.
Hay que ampliar la demanda de la plurinacionalidad en un estado federal asimétrico ¿Acaso alguien no sabe que España es una cárcel de naciones?
Macron posiblemente se haya alegrado al ver cómo nuevamente Fortuna ha permitido zanjar cualquier frente interno en el PSOE. Las mayorías absolutas de Page y Vara calmarán sus pasadas travesuras díscolas por el temor de entonces a perder sus poltronas.
Rivera estará un poco inquieto y celosón. No acaba de entender las reglas de la caverna de Platón que es el mundo en que vivimos. Le cuesta asumir que es un simple meritorio, como D. Pedro. Si no es capaz de controlar al PP no pasará nada. Hay una larga cola de aspirantes al acecho.
Mi enhorabuena a Soros, Macron, Valls, acólitos y meritorios españoles. Con sus trucos de tahúr estarán celebrando el avance de su estrategia fragmentadora.
¿Estarán seguros de saber dónde se están metiendo?
¡Ay, el azar, el azar!
Mi padre, que era un guasón, escribió una pequeña obra cómica en verso recordando su etapa de músico. Era una reflexión sobre el carácter frágil e inestable de la fama. He seleccionado un minúsculo fragmento y sustituido la palabra fama por la de azar.
Con todo cariño se lo dedico a quienes supra he dado mi enhorabuena.
El azar es como un palo
parecido a una cucaña
Y hay que tener mucha maña
si quieres atravesarlo.
A penas pones un pie
sin la debida destreza
Porrazo que Dios te dé
y al suelo vas de cabeza.
¡Que así sea y lo veamos todos!
Sin tapujos
Marcelino Lastra Muñiz
Y no te olvides de cómo hablan los de Tomelloso, o los de las Peralosas, o los del Robledo.
Ahí también está el germen del separatismo….
Hostias, cómo se nos va la chola….
En el Pozuelo de Don Gil, germen de la españolidad culiparda, han envenenado el agua para cargarse a todos los muy mucho patriotas…
Así está la cosa ahora mismo.
Un artículo muy agudo en el análisis Marcelino, como siempre.
Todo cuadra con el plan preestablecido y por supuesto gracias al azar electoral que permite esa extraordinaria probabilidad de que los escaños de los seis partidos más votados sean múltiplos de tres.
Nos tutelan desde fuera con el objetivo de desestabilizar la Europa de las Naciones con la que originalmente se diseñó la CEE.
Vaciar la soberanía de los Estados a través de la fragmentación política y social.
Pero eso sí, nada de fragmentación económica, no sea que los intereses de los usureros del sistema económico mundial, Soros y compañía, se vean perjudicados.
El vacío de autoridad existente en el Estado español es el resultado.
Se quiere que España sea únicamente un parque de ocio y el geriátrico de los europeos ricos.
Bueno, ya puestos en faena, pues mucho me temo que este asunto también sea cosa de los ‘Hombres de Negro’. Una figura controvertida que da mucho juego……
No. El BCE nos ha venido prestando, para gastarlo y no invertirlo, sin descanso por nuestra cara bonita. Los hombres de negro son los padres, todo el mundo lo sabe. En el país de la piruleta, todo es posible.
Me auto-felicitaré. Enhorabuena por su acertado análisis, Marcelino.
Saludos desde Andalucía.
Cada vez que te leo me dan ganas de hacer la revolución
Marcelino se moja.
No ensueña.
Las Abdicaciones de Bayona; ora Pedro, ora Albert. Cuando vi correr a Pedro Sánchez a rendir cuentas a Macron, vinieron a mi cabeza los atentados del 11 de marzo de 2004. España entonces miraba al Atlántico, que es cuando mejor le ha ido históricamente. Entramos en un periodo donde nos asaetearán con mil peligros y terrores virtuales. La ultraderecha, retroceso de derechos libertades, el fascismo… Pero el peligro real es el que portan nuestros salvadores. Tensarán la situación política resultante de las elecciones, para que Rivera nos salve de la debacle evitando que el PSOE gobierne con etarras y nacionalistas y demás enemigos de España. Aquí nada es lo que parece. El azar para mí es el factor humano, don Marcelino. No sé si en los españoles queda algo del carácter de otro mayo de 1808.