La plantilla de la Diputación de Ciudad Real se ha visto incrementada durante seis meses con ocho personas más gracias al programa Dipu-Capacita, una iniciativa novedosa que ha llevado a cabo el Área de Personal, por empeño y deseo del presidente, José Manuel Caballero, mediante la que se pretende acreditar a las personas con capacidades diferentes como trabajadoras y trabajadores que desempeñan funciones de diversa naturaleza a plena satisfacción de sus compañeros y jefes.
Hoy han recogido el diploma que certifica su paso laboral por la Diputación de Ciudad Real con la esperanza de que les sirva para acceder a un trabajo, ya que si es adaptado a sus capacidades, lo desempeñarán perfectamente con total seguridad. Caballero ha dicho que están dispuestos a elaborar cartas de recomendación, si es necesario.
Les ha dado las gracias por ser unos extraordinarios y excepcionales trabajadores y porque han sido capaces de generar en torno a ellos un ambiente formidable así como una actitud favorable, cosa que, según ha precisado, en muchas ocasiones es difícil en los centros de trabajo.
Ha mostrado su satisfacción porque la experiencia ha resultado altamente positiva y ha expresado su intención de dotar de continuar a este programa. No es una frase hecha, porque en los Presupuestos de 2019 figura una cuantiosa partida para hacerla extensiva a todos los pueblos de la provincia.
Ha destacado que no se ha producido ningún problema y que los ocho trabajadores con capacidades diferentes han trabajado perfectamente integrados con sus compañeros, que se han enriquecido, al igual que ellos, con la experiencia. Lo ha vivido con emoción, tal y como ha referido Caballero, se han sentido a gusto y valorados, y con su disposición y buen hacer han demostrado un enorme entusiasmo por tener un trabajo.
Así se lo han manifestado en el pasillo antes de comenzar el acto. Muchos le han confesado que quieren seguir trabajando en la Diputación, una institución que seguirá teniendo sus puertas abiertas para las personas con capacidades diferentes.
Los encargados de describir la experiencia en el acto de entrega de certificados laborales han sido Raquel Aparicio Acosta, que ha participado propuesta por la Asociación Fuensanta; Irene Martín Sánchez, por la Asociación Caminar; y Pablo Rodríguez Martín.
Han trabajado dependiendo, respectivamente, de Protocolo, de Personal y Servicios Sociales y de Tesorería. Aunque los trabajos que han realizado han sido de diferente naturaleza, ya que también han contado con trabajadores con capacidades diferentes en la guardaría infantil «La flauta mágica», en la residencia universitaria Santo Tomás de Villanueva, en la secretaría, etc. Caballero ha precisado, a este respecto, que han tratado que no sólo desempeñaran labores administrativas.
Tanto Raquel Aparicio como Irene Martín y Pablo Rodríguez se han mostrado encantados con la experiencia. La primera de ellas ha sido la más explícita. Ha explicado que durante seis meses ha desempeñado funciones de apoyo a los trabajadores que dependen del servicio de Protocolo. Ha calificado la experiencia de «muy buena» a nivel personal y profesional y ha asegurado que le ha supuesto «un impulso de autoestima».
Ha querido dejar claro, al igual que Pablo Rodríguez e Irene Martín que se ha sentido como una más, que ha hecho las cosas lo mejor que ha podido y que cree que sus compañeros han quedado satisfechos.
Los tres han recibido el certificado que acredita los meses que han trabajado al igual que José Luis Barrera Romero, Fátima Navarro Fernández, Lionel Gómez Pedro, Pilar Jiménez Acero y Noelia Sánchez Duro.