Las cruces de mayo en mi pueblo: Piedrabuena

Manuel Cabezas Velasco.- Nuevamente la climatología acompaña a unos días de algarabía y de gozo en el que se homenajea la llegada del mes de las flores por excelencia, Mayo, siendo las Cruces de Mayo una de las manifestaciones más tangibles y de mayor belleza.

Plano donde se ubican las Cruces de Mayo en Piedrabuena

Una de las poblaciones que hacen gala del oficio y el sentir de estos iconos patrimoniales declarados como Fiesta de Interés Turístico Regional desde el año 2017 es Piedrabuena, tañéndose tanto los instrumentos de cuerda y cantando los Mayos como elaborando una variedad de Cruces en las que el brezo se manifiesta en su esplendor, las telas engalanan a la Cruz e incluso las corrientes de agua sirven de banda sonora llenándolas de musicalidad.

Testimonio de la declaración de esta festividad de un 24 de abril de hace dos años es la recientemente inaugurada fuente en los conocidos como “jardincillos”.

Fuente de los «Jardincillos». Declaración e Interés Turístico Regional

Desde que el 27 de abril se iniciasen las actividades que aparecen en el programa oficial de actos de estas fiestas con las XII Jornadas de Juegos Tradicionales y XII Concurso de Migas, a lo largo del presente mes de mayo asistiremos a los Mayos a la Virgen y al Santísimo Cristo de la Antigua desde la medianoche del día 1, iniciándose la Apertura y visita de las Cruces desde el día siguiente, en el que también se celebrará el Festival del <Mayo manchego>, donde se homenajeará al Mayero Mayor y actuarán diversos grupos locales.

Al día siguiente, día 3 de mayo, Día de la Santa Cruz, se inauguraba la exposición de artesanía de Manuel Sánchez Galán y se celebraba el encuentro de Bandas de Música. A partir de ese momento las calles de Piedrabuena se verán frecuentemente transitadas por los viandantes tanto locales como de las diversas poblaciones que en forma de visita guiada o por libre siguen el itinerario de las Cruces de Mayo, cuya ubicación es la siguiente[1]:

1 – Cruz Municipal. Plaza de Toros.

2 – Cruz de la Cueva del Castillo. Calle Cofradía, 14.

3 – Cruz de la Peña “Los Discípulos”. Calle Hernán Cortés, 19.

4 – Cruz de la Peña “Los Frescolabis”. Calle Tercia, 20.

5 – Cruz de la Asociación de Amas de Casa. Calle Ramón y Cajal, 1.

6 – Cruz de la Peña “La Corchea”. Calle Luis Rodríguez Lázaro, 37.

7 – Cruz de la Peña “Los Novatos”. Calle Rodríguez Marín, s/n.

8 – Cruz de la Asociación UDP Piedrabuena. Calle Rodríguez Marín, s/n.

9 – Cruz de la Asociación “Amigos de las Cruces”. Calle Rodríguez Marín, s/n.

10 – Cruz del Centro de Mayores de Piedrabuena. Calle Carolina, 10.

11 – Cruz de la Casa de la Juventud. Calle Carolina, 12.

12 – Cruz de la Peña “El Calvario”. Calle Labradores, 25.

13 – Cruz de la Peña “Brezo a Brezo”. Calle General Rodrigo, 14.

14 – Cruz de la Peña “Cruz y Malla”. Calle Independencia, 43.

Cruz de Mayo de brezo en Plaza de Toros

El espectáculo visual, lumínico, sonoro y sensitivo al que asistirá el público, sin lugar a duda, gozará de una gran acogida entre aquellos que contemplen las Cruces piedrabueneras.

Además de la visita imprescindible a las Cruces, el programa oficial establece una serie de actividades en estos días de mayo. Así:

El día 4 asistíamos al matutino XVII Encuentro de Encajeras en el Parque Municipal y a los vespertinos actos de reconocimiento al poeta Francisco Caro, en la bóveda del castillo, y del pasacalles teatralizado por el grupo teatral “La teatrería” en la Plaza de Toros.

Llegó entonces el día grande, el de la Romería de la Sierra de la Cruz, 5 de mayo y Día de la Madre, donde la Procesión y la Santa Misa se celebraron en la Sierra de la Cruz, cantándose con posterioridad el tradicional <mayo> a la Cruz e invitándose posteriormente a los asistentes a <limoná> y refresco. La Hermandad, conmemorando el 120 aniversario de su reorganización, homenajeó a todas aquellas personas, entidades y asociaciones implicadas en la celebración de dicha fiesta.

Continuarán los posteriores días las visitas guiadas a las Cruces repartidas por la localidad, desarrollándose algunos actos en los días siguientes tal como se contempla en el programa oficial. De esta forma:

Cruz de Mayo de brezo y corriente de agua en Cueva del Castillo

El 10 de mayo la Coral Polifónica Mixta de Piedrabuena actuará en la bóveda del Castillo.

El día 11 de mayo, la actriz y cantante piedrabuenera, Gloria Albalate, actuará presentando en dos pases su espectáculo musical “Putas Rancheras”.

Y el domingo 12 de mayo, en el mismo lugar de los actos anteriores, se entregarán los premios del II Concurso de Fotografía “Cruces y Mayos”.

Paralelamente durante estos días del 10 al 12 de mayo la Plaza Mayor de Piedrabuena acogerá el Mercado Medieval.

El final de esta quincena de “Cruces y Mayos” se verá coronada el 15 de mayo con la celebración de San Isidro y la Romería en honor al santo. La procesión y la Santa Misa tendrán como epicentro la Ermita cercana al lugar conocido como “Fuente Agria”, cantándose el habitual <mayo> a San Isidro y participando los existentes en la posterior <limoná> y refresco.

Cruz de Mayo, de tela

Una vez conocido el calendario de esta Fiesta de Interés Turístico Regional, me centraré en algunos aspectos sobre el origen de esta, para lo cual habría que diferenciar entre Mayos y Cruces, aunque ambos en la actualidad vayan de la mano.

Sin duda alguna, con la llegada de la estación primaveral y su mes por excelencia, Mayo, se homenajea la viveza y el colorido que tiñen los campos castellanos. Origen etimológico de aquel mes que obedece a la ninfa griega conocida como Maya y que, por asimilación de los romanos, adoptaría los nombres de Bona Dea o Maia.

Así su veneración como diosa simboliza el crecimiento de todo lo viviente y del desarrollo de las tierras. Sin embargo, su origen pagano acabaría siendo cristianizado dedicándose el mes de mayo a María, la madre de Dios.

Un mayo ventanero de Piedrabuena así nos lo canta:

“Mayo florido y hermoso

a esta casa me has traído,

para cantaros el mayo,

niña, licencia te pido.

La licencia ya la tengo,

de tus manos la recibo,

de echar el mayo a quien sea

sin echarte a ti en olvido.

Niña, te vengo a cantar

con alegría y amor,

abre puertas y ventanas

de tu hermoso corazón.

Ya te ha florecido el mayo,

jara, tomillo y romero,

el rosal de tu jardín

y esos amores primeros.

¿A quién echaré por mayo?

Por mayo le vengo a echar

a la señorita (…),

que es una rosa <encarná>.

¿Quién ha de ser su galán

que te ayude a cortar flores?

Será mi amigo (…)

que muere por sus amores.

Mis compañeros me dicen

que te eche la despedida,

adiós las flores de mayo

porque son las más bonitas”[2]

Cruz de Mayo, de tela

Estas estrofas siempre hay que acompañarlas de la sonoridad musical que guitarras, laudes o bandurrias hacen gala, siendo este un ejemplo de los rasgos que definen a la estación primaveral y al mes de mayo: el crecimiento de las flores, las mariposas que los amoríos llevan al estómago y las galanterías que esas manifestaciones despiertan.

El origen, sin duda alguna, de esta tradición cabe remontarla a tiempos muy lejanos. Allá por los siglos medievales, la cruz simboliza de forma tangible la toma de una plaza por las tropas cristianas y, dentro de la población campesina, se convertía en una forma de acción de gracias tanto a la Naturaleza como a Dios “por el disfrute de la estación primaveral y la conclusión de hielos e inclemencias invernales para con los productos de la siembra y la salvaguarda de los mismos hasta su total recolección”[3]. Así, esta “costumbre oral y musicalizada (…) evoluciona a los que son los <mayos> en la despedida de abril y la llegada de mayo y, luego, dos días después, en la celebración de la Santa Cruz”[4].

Desde entonces, cuando llega la noche del 30 de Abril, se acerca el momento de <echar el mayo>, el primero a la Virgen y con ella al Santísimo Cristo de la Antigua. En aquel momento los jóvenes y los mayores participan de la fiesta, el Mayero Mayor es homenajeado. La medianoche se acerca y el “Dibujo a Santa María” y / o el “Mayo a la Virgen” muestran la veneración de los allí presentes. El texto de este segundo caso se iniciaría como sigue:

“Gracias a Dios que llegamos

a la puerta de la iglesia

a cantarle a la princesa

la gracia que Dios me ha dado.

A la puerta de la iglesia

llegar, llegar compañeros,

que venimos a cantar

donde está el Rey de los cielos.

A los últimos de abril

te ruego, Reina y Señora,

que reúnas tus rebaños

al valle como pastora.

Al valle como pastora

bajasteis, Virgen María,

para ser repartidora

del pan de la Eucaristía.

Y con tanta idolatría

un divino mensajero

nos trajo la profecía,

la divina luz del cielo.

Escritas en un letrero

cinco letras que decían:

<No han de haber luz en el mundo

hasta que nazca María>.

Diciembre, el octavo día

te floreció la manzana

y vos fuisteis concebida

en el vientre de Santa Ana…”[5]

El sonoro folklore se hace dueño de las calles del pueblo, siendo homenajeados Mayeros de gran renombre. Juan Jiménez Ballesta y Nicolás del Hierro nos citan algunos: Ramón Sierra, Gabriel Lizcano, <El Capitán>, Nicolás del Hierro Iglesias, Eusebio de la Cruz <el Conde>, Juan Ortega Palomo, José Galán <el Chela>, y como pulsadores de púas y cuerdas: Luis Alba, Julián <Quevedo> o Alejandro Rivero <el Cachorro>[6].

El tiempo de las flores ha llegado y ya queda lejos el frío invierno y las nieves, mecidos por los fuertes vientos.

Si en los mayos hablamos de antigüedad, sin duda alguna de las Cruces también habría que distinguir su complejidad. No ya sólo los vivos colores de elementos vegetales y delicadas telas que se contemplan en las Cruces, sino que también la Santa Cruz se manifiesta a través de otras dos vertientes: la Sierra de la Cruz y la Cruz de San Marcos.

Sin duda alguna, por lo que se refiere al enclave conocido como Sierra de la Cruz, que supone un auténtico desnivel respecto a la cubeta en la que se aloja Piedrabuena, aquella colina próxima a los 800 metros de altitud alberga la Ermita donde la Romería se celebra, habiendo testimonios desde los tiempos del rey Alfonso XI que deja referido en su conocido “Libro de las Monterías”, de ahí que la aceptación sea unánime respecto a esta tradición, llegándose incluso a remontar – aunque no fuera de manera continua – a tiempos más remotos como los del reinado de Alfonso VI [7]. A partir de entonces surgirían las advocaciones y la veneración a la Santa Cruz.

Cruz de Mayo

La Cruz de San Marcos, festividad que se celebra el 25 de abril, consistía en vestir una mesa con una cruz para sacarla en procesión. La vestimenta de esta es humilde y, en origen – finalizando el siglo XIX – pareció estar encargadas “la custodia, culto y celebración de cuanto esta cruz se supone” [8] en exclusiva a las dinastías de tres familias: los Dueñas, los Rivero – Buitrago y los Herrera, aunque de forma más reciente sólo persiste la de los Rivero. Como apuntan Juan Jiménez Ballesta y Nicolás del Hierro:

“En el libro <Piedrabuena: mayos y cruces>, su autor, incluye un detallado croquis o <árbol genealógico de quienes pusieron y ponen la Cruz de San Marcos> en Piedrabuena, donde se detallan los apellidos dinásticos que desde 1740 mantuvieron tal tradición” [9]

Las visitas a la Cruz de San Marcos están restringidas para mantener un mayor recogimiento de fe para la familia más cercano, llegando incluso a perderse la tradición del antiguo paseo procesional desde el año de 1960.

Finalmente, y en contraste a la anterior, aunque surja de la misma, el 3 de mayo se conmemora la veneración de la Cruz de Mayo, cuyo origen es incluso pre – cristiano al conmemorar el culto europeo al Árbol y recordar el hallazgo de Santa Elena de la verdadera cruz de Jesucristo en su peregrinación a Jerusalén

Se muestra, entonces, en una habitación la imaginación y el fervor de todos aquellos que, año tras año, deciden innovar y sorprender con una nueva Cruz de Mayo, bien sea de tela, de brezo o de carácter mixto.

Aunque las de tela puedan parecen menos vistosas, el cielo raso, el altar en varios niveles o el ornato que acompaña a la Cruz sin duda alguna dan muestra del fervor de las personas que colaboran – mayoritariamente mujeres, llegando a superar en dicha tarea la veintena.

En cuanto a las de brezo y mixta, la riqueza las hace aún más atractivas para el público, no sólo por el entramado de brezo acompañado de romero, madroña, ajedrea o tomillo, sino por la musicalidad que las corrientes de agua o la atractiva presencia de animales como la liebre, la perdiz o el conejo, que pueden estar disecados o no.

Todas ellas, con el paso del tiempo, han ido adquiriendo gran renombre más allá del vecindario piedrabuenero, haciéndose merecedora esta fiesta desde el año 2017 de la Declaración de Fiesta de Interés Turístico Regional, aunque dada la gran acogida del público asistente a estos festejos y al itinerario de visitas establecido para las Cruces de Mayo, no tardará mucho tiempo en adquirir la relevancia suficiente para hacer honores a nivel nacional.

Sus visitas son imprescindibles para aquellos que aún no las conozcan y ¡ojo! cuando llegue San Isidro habrá finalizado el período de exposición al público y el comienzo de los preparativos para una nueva cruz al año siguiente. Resonará entonces en el entorno de la Ermita del Santo el habitual canto de un mayo en su honor, que podría comenzar así:

“Gracias a Dios que llegamos

con alegría y fervor

a la puerta de tu ermita,

San Isidro el Labrador.

Los buenos días te damos

los vecinos de este pueblo,

los que te adoran y quieren,

los que tuvieron un sueño.

Te damos gracias, Señor,

por habernos construido

con alegría y amor

la ermita de San Isidro.

El día de San Isidro,

patrón de los labradores,

por los campos de La Mancha

rezamos tus oraciones.

Cuando sembrabas los campos

de trigo, avena y cebada

con tu bendición divina

todo se multiplicaba.

Tú que fuiste labrador

sembrabas todos los campos,

los bueyes araban solos

mientras tú estabas orando…”[10]

MANUEL CABEZAS VELASCO

ooo000ooo

[1] Véase folleto “Piedrabuena. Cruces y Mayos. Del 2 al 15 de Mayo. 2019”, editado por el Ayuntamiento de Piedrabuena y la Diputación Provincial de Ciudad Real, en http://www.piedrabuena.es/cultura/crucesYmayos2019/triptico.pdf

[2]JIMÉNEZ ALBALATE, Pedro: MAYOS DE LA PROVINCIA DE CIUDAD REAL. Biblioteca de Autores Manchegos. Diputación de Ciudad Real. 2002, p. 167.

[3]JIMÉNEZ BALLESTA, Juan, y HIERRO, Nicolás del: p. 313.

[4]JIMÉNEZ BALLESTA, Juan, y HIERRO, Nicolás del: op. Cit. P. 313.

[5] JIMÉNEZ ALBALATE, Pedro: op. Cit. pp. 172 – 175.

[6] JIMÉNEZ BALLESTA, Juan, y HIERRO, Nicolás del: íbidem cit. p. 315.

[7] JIMÉNEZ BALLESTA, Juan, y, HIERRO, Nicolás del: íbid. Cit. pp. 315 – 316.

[8] JIMÉNEZ BALLESTA, Juan, y, HIERRO, Nicolás del: íbid. Cit. p. 317.

[9] JIMÉNEZ BALLESTA, Juan, y, HIERRO, Nicolás del: íbid. Cit. p. 317.

[10] JIMÉNEZ ALBALATE, Pedro: íbid. Cit. pp. 192 – 193.

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6 COMENTARIOS

  1. Enhorabuena por el artículo, Manuel. Se agradece que algún periodista salga de la típica reseña y profundice algo en esta singular fiesta que a los piedrabueneros nos emociona tanto.

  2. Soy un piedrabuenero más. Es mi pequeño granito de arena a una fiesta que, año tras año, se ha ganado a pulso su merecida fama y renombre.
    Gracias

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